A partir de la exposición "Arte y espiritualidad. Imaginar lo extraordinario" organizada, ideada y con obras de la colección BBVA, comisariada por Alfonso de la Torre, se explica su parte sonora, "Oír lo extraordinario", que relaciona música, artes visuales y espiritualidad.

Joan Gómez Alemany
1 mayo 2022
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Emerge la forma, pareciendo brotar sobre lo oscuro. Espacio de la tiniebla en embate con la luz, opus nigrum, evocando a Marguerite Yourcenar, el tiempo también dibuja: es el cuadrado negro sobre fondo blanco de Malévich[1].

Así se inicia el catálogo escrito por Alfonso de la Torre para la exposición Arte y espiritualidad. Imaginar lo extraordinario de la colección BBVA. Estas palabras citadas que construyen una imagen (imaginando) al dibujar temporalmente una forma, no podrían más que recordar la "imagen sonora" de la música como escritura del tiempo. También se ha dicho muchas veces, la música como posibilidad de escuchar el tiempo y cobijarlo. La música no está en el tiempo, la música es el tiempo. Pero si la sugerencia musical-temporal aparece en las palabras iniciales, no se termina ahí para resultar algo anecdótico, todo lo contrario, es plenamente estructural. Citemos otra vez las palabras de Alfonso que se encuentran a pocas frases de la anterior: Mas también la trascendente belleza de las extensiones rothkianas que, encontradas con lo visible, podemos hermanar con el rumor evanescente de las Structures (1951) de Morton Feldman, músicas flotantes y numinosas, sonidos como activaciones milagrosas[2]. El símil interdisciplinar entre Rothko y Feldman, también queda ejemplificado de manera genial y brillante en la "música visual" que Feldman compuso para la Rothko Chapel (1971). Pero la "estructura" sigue progresando; las Structures de Felman pueden también ser puestas en relación con las Structures I (1952) y Structures II (1961) de Pierre Boulez, gran admirador de la pintura de Paul Klee.

En la obra de Malevich Cuadrado negro citada al inicio, el tiempo parece hilarse como una forma de tejidos diferentes. Por un lado, lo visual, ya que vemos que el paso del los años (la Historia) ha cuarteado la misma pintura. Pero por otro lado, el resultado sumamente extraño y siniestro de esta "intervención temporal",  despierta la reflexión tanto espiritual como musical. Su orgánica construcción sugiere el árbol que nace de la semilla, pero su aspereza y rugosidad, parecen originarse como el misterioso hongo nuclear que brota de la bomba atómica.

Cuadrado negro (1915) de Malevich[3]

Una luz que vino del caos, el opus nigrum que convertimos en materia sonora, como el Lux Aeterna del Requiem opus 48 de Gabriel Fauré, como igualmente del opus 9 de Maurice Duruflé. Pero más moderno y contemporáneo está el Lux Aeterna, que también nace del opus nigrum, esta vez de György Ligeti. Compositor quien escribe otra obra con "claras" conexiones "nigromantes" al estilo Malevich, Ramifications (1968), que con su micropolifonía nos hace escuchar y ver el surco del tiempo. Pero estos hilos temporales que tejen patrones (Why Patterns? (1978) se titula una composición de Feldman, Phase Patterns (1970) otra de Steve Reich) nos remiten e inquietan, nos preguntan, nos sorprenden en su extraordinariedad matemática-espiritual. Por ello, nombremos como si fuese la última hoja bellamente tensada en la rama, Liturgia fractal (2003-2008) de Alberto Posadas, que contiene una pieza no casualmente titulada Arborescencias.

Visitando la exposición Arte y espiritualidad. Imaginar lo extraordinario[4] puede uno observar rápidamente el reto del comisario, al reunir de forma tan lograda y sorprendente "dispares obras" en épocas y disciplinas, en una muy coherente muestra, que justamente nos revela "religiosamente" (podríamos decir en este contexto), su profunda unidad y que esa "disparidad" era sólo superficial. Mientras los ojos rápidamente nos descubren diferencias y contrastes caóticos en lo sensible, la "mirada del alma", nos inicia en un ver mucho más hondo que se acerca a la verdad en "comunión" con lo espiritual unitario; reflexionando sobre el origen del arte en/y lo sagrado. La música y su realidad "invisible e inefable", siempre ha sido un terreno muy propicio para indagar en estas cuestiones. No es casualidad que entre la mejor música que hay en la historia, se encuentra la música sagrada. Incluso nos podemos preguntar si dentro de la buena música que se toma a sí mismo en serio (no la música trivial o banal), es posible excluir alguien que no se sienta apegado a lo espiritual del sonido. Hemos de tener en cuenta que cuando se habla de espiritualidad, se va más allá del Dios con barba canosa... Han sido innumerables las formas en que lo espiritual se ha encarnado en las múltiples y ricas culturas de todo el mundo. La espiritualidad puede ser organizada y centralizada, como en las religiones del libro (judaísmo, cristianismo e islam), con su casta sacerdotal a las órdenes de un Dios monoteísta. Pero también puede ser plural, que esté presente en los rincones más íntimos de la naturaleza y la realidad, como en una concepción panteísta. Incluso la espiritualidad puede ser libre de todo misterio o elemento sagrado e irracional, como en el culto desacralizado a la "Diosa de la Razón", originado en el pensamiento ilustrado. Por ejemplo, Voltaire quería una religión natural sin dogmas, ni sacerdotes, nada coercitiva y con grandes valores humanos. Ya que en nombre de Dios se han cometido los peores crímenes de la humanidad.

Die Grotten von Beni Hassan am Nil (Las tumbas de Beni Hassan a orillas del Nilo) (siglo XIX) de Ernst Karl Eugen Körner[5]

No hemos de reducir la espiritualidad a un Dios terrible, omnipotente, totalmente trascendental e unívoco, que está más allá de este mundo. La espiritualidad puede ser rica y pluriforme, como democrática y respetuosa. Ella puede ser bien ejemplificada de manera original en la figura de Hölderlin. Leemos en el catálogo de la exposición: aquella helle Nacht de Hölderlin. Entonces, nueva es la luz en la tierra[6]. Esa contradictoria y compleja helle Nacht (noche brillante), siguiendo con el símil del opus nigrum y el Lux Aeterna, nos sirve como metáfora para ejemplificar lo espiritual-musical en diversos compositores, que se han inspirado en los versos de Hölderlin para sus creaciones. Citamos ejemplos de la tradición occidental (que es la que más conocemos por pertenecer a ella, no por ser eurocéntricos), pero no simplificando al compositor por ser un prolífico creador de música sacra (por ejemplo en el género por antonomasia que es la misa). Una saga importante de compositores han escrito música inspirada en los versos de Hölderlin, todos ellos podríamos decir "músicos espirituales", pero no en el sentido habitual de la palabra. Destacan Schubert y Brahms que aunque escribieron música sacra, se caracterizan más por lo profano, en contra de por ejemplo otro gran romántico como Bruckner explícitamente espiritual (al estilo de Bach). Por otro lado y en cierta manera en las antípodas, otros grandes compositores que pusieron música a los versos del "espiritual" Hölderlin, son Hanns Eisler y Luigi Nono. Dos compositores abiertamente marxistas, antirreligiosos y anticlericales, pero no por ello ajenos a lo espiritual en un sentido verdaderamente profundo e inteligente. Ya que aquél que quiera exigirse algo que supere su realidad inmediata, lo que sus ojos y sentidos le muestran, inevitablemente tendrá que "enfrentarse" a lo "trascendental" e incluso a la utopía. Pero esto no es huir de la realidad o tomar un atajo del pensamiento al invocar lo "espiritual". Sino que es exigir superar los límites dados por lo ilimitable, para que desde esa posición se pueda volver a pensar lo limitable, desde una nueva visión renovada.

Marieli Oviedo

Desde una posición antropocéntrica, se puede afirmar que el ser humano ha creado tres grandes maneras de explicar o habitar el mundo. Una primera, se podría conceptualizar  como la espiritual, la de las religiones, teología o creencias, que explican todos los sucesos que el ser humano necesita explicar (desde los fenómenos físicos a los metafísicos). Una segunda manera, es la filosófica-científica, que por medio de la racionalidad y otros métodos alejados de lo místico y lo espiritual, puede explicar todo aquello que se propone en sus límites cognoscibles (la famosa Crítica de la razón pura de Kant). Por último, una tercera, no tanto explicativa, pero sí necesaria para habitar nuestra realidad y construirla, sería la manera estética o artística. Religión-Filosofía-Arte, simplificando, tejen una red entre el símil y lo dispar, que el ser humano a lo largo de milenios ha ido desarrollando. En la exposición Arte y espiritualidad. Imaginar lo extraordinario podemos ver estos grandes temas entrelazados de forma sumamente interesante. Pero si apresuradamente pensamos que aquí sólo encontraremos dos partes (Religión y Arte) de esta "Trinidad", esto es falso. Citemos unas frases del texto escrito por Alfonso de la Torre en que podemos constatar la cuidadosa relación que se establece entre el arte-espiritual y el pensamiento reflexivo-filosófico: El asombro es la evocación primera a la búsqueda del pensamiento y sin la mención a tal finitud no hay verdad, quien contempla una pintura hecha de nada es emplazado al reto de lo ontológico, ya explicamos, del encuentro a solas con la obra de arte[7]. [...] Arribados a la planicie del desierto monocromo, se recuerda la pervivencia y autonomía de la pintura —por ende, la vindicación del oficio de pintar— como el hecho capital del crear, por ello deviene autorreflexión sobre el ejercicio de la pintura, los medios de la representación tornan objeto de la representación[8].

Sin título (1956) de Esteban Vicente[9]

Todo lo anterior nos remite otra vez al cuadro mostrado de Malevich donde se despliega un rico campo conceptual, dado el pensamiento del pintor, que partiendo de ideas espirituales (entre el cristianismo y la teosofía) y basando sus cuadros en los antiguos iconos rusos, pudo llegar a su pintura "abstracta" llamada "suprematista" (el nombre en su ambigüedad es muy sugerente). Y la música también es importante en Malevich (como en su conocido y compatriota Kandinsky), dado que entre otras cosas, colaboró en uno de los experimentos musicales (por desgracia aún algo desconocido) más interesantes de la vanguardia, diseñando el vestuario para la "ópera" futurista Victoria sobre el sol, donde apareció el continuamente citado Cuadrado negro.

Si escribíamos sobre lo "negro", recordemos ahora la estrecha asociación de la muerte con lo espiritual, como la muerte con lo musical. Pero si algo caracteriza nuestra época, es la ausencia o invisibilidad del pensamiento hacia la desaparición de la existencia, dado que en nuestra sociedad, la muerte es tabú y no hay una manera actual de simbolizarla. Todo lo contrario a lo que ocurría en la antigua sociedad religiosa, que tomaba la muerte como fundamento para estructurar sus creencias, cohesionar la ideología y conseguir adeptos. En el cristianismo, con la crucifixión de Jesús y su posterior resurrección para sentarse al lado de Dios, la cuestión no puede ser más evidente. Los antropólogos han dicho que frente a sociedades cerradas y colectivistas, las actuales modernas más abiertas y vitalistas, con un fuerte culto a la individualidad (y el narcisismo que puede conllevar) están estrechamente asociadas a la pérdida del pensamiento en el más allá, y la incredulidad que implica pensar una vida post-mortem. Cuando las personas en tiempo pasado creían convencidamente en la existencia del más allá, la muerte en la tierra era un simple tránsito, algo pasajero, y por ello estaban predispuestos a quitarse la vida en cualquier momento, sin darle importancia al hecho de fallecer, ya fuese en la batalla, en un duelo, por sacrificio, para recuperar el honor, etc. La desacralización y el laicismo que el pensamiento de la modernidad implica, con la destrucción de todos los ídolos religiosos por el uso de la razón y la ciencia, explica también la menor importancia que cada vez y de manera más pronunciada ha tenido lo espiritual en los tiempos contemporáneos, deudores de la ilustración filosófica anti-religiosa. Como dijo el pensador ilustrado Holbach: Tan pronto como un hombre se atreve a pensar se derrumba el dominio del cura. Si el proyecto ilustrado ha fracasado (lo que afirma el posmodernismo y puede reflejarse en la proliferación de "pseudo-religiones" o "misticismo" New Age) o aún está por implantarse totalmente de forma radical, es otro tema que no se tratará hoy.

Estudio de una calavera (1883) de Joaquín Sorolla y Bastida[10]

El pintor de la luz, del famoso iluminismo valenciano ejemplificado en sus pinturas de bondadosas y veraniegas playas, en definitiva, el pintor del "sorollismo"[11], aparece en este interesante (y poco conocido) cuadro suyo, Estudio de una calavera, como su perfecta imagen dialéctica: el pintor de la mortífera i luminosa oscuridad. Ya nombramos el réquiem (por antonomasia la muerte en lo musical) de Fauré y Duruflé. Hay innumerables y excelentes ejemplos a lo largo de la historia. Pero nadie igualó en su "siniestra espiritualidad" el réquiem de Mozart, que a diferencia del respetado Sorolla (quien murió con mucho dinero y reconocimiento), el menospreciado y genial Mozart, falleció en la máxima miseria. Tal es el extremo, que fue enterrado en una fosa común, por no tener dinero para pagar su lecho mortuorio en el cementerio. Pues a Mozart, alguien misterioso y desconocido le encargó escribir un réquiem, pero dadas las circunstancias, este réquiem no se convirtió en el de otro, sino en el suyo mismo. Como él dijo antes de fallecer, dejando inacabada su composición. Pocos artistas terminan sus vidas realizando todos los proyectos que hubiesen querido realizar, la "providencia" (y especialmente y de manera concreta cierta gente) no les otorga ni les provee de la suerte y la fortuna... Así que se ven obligados a morir en la flor de la vida, como Mozart a los 35 años, totalmente olvidado, en la máxima denigración. Aunque otros artistas por contra, "deberían" haberse muerto antes, para no repetirse tanto en su bienpensante y conformista monotonía, ni dejar una obra tan abundante, que a lo largo del tiempo pesa más que una inmóvil y eterna lápida... Por respeto, no diremos nombres...

Marieli Oviedo

Para la exposición Arte y espiritualidad. Imaginar lo extraordinario se me encargó realizar la lista musical titulada Oír lo extraordinario[12], complementando así la parte visual de la exposición. El eje musical de la lista, además de lo sonoro y lo espiritual, tenía que ser la interesante relación entre lo sonoro y lo multicultural[13] por medio de unos 10 ejemplos musicales. Siempre es un problema y un tema delicado que un occidental (no por él como individuo, sino por la historia que representa) trate sobre otras culturas ajenas, sin caer en un pensamiento exótico y colonizador. En ningún momento se pensó pretender ejemplificar en pocas pistas la totalidad o un resumen de lo espiritual en la música, tal reduccionismo no sólo es imposible, sino absurdo. Los ejemplos reunidos muestran como todas las listas que pretenden ser humanas y modestas, muchas lagunas. La lista es la siguiente ordenada por álbumes o pistas:

  • Max Bruch, "Kol Nidrei. Op. 47" (1880)
  • Estrellita Castro, "A la Virgen de la Amargura"
  • Johann Sebastian Bach, "Schemellis Gesangbuch" (1736)
  • Krzysztof Penderecki, "Utrenja" (1971)
  • Ravi Shankar y Yehudi Menuhin "West meets East" (1967)
  • Canto de los monjes tibetanos, "Big Om of Tibet" (1997)
  • Cantos de la República Centroafricana, "Dances for Rites of Passage: Bamara Ganza (UNESCO)" (1993).
  • Canto Espiritual afroamericano –"Go Down Moses" (Louis Armstrong, "C’est si bon!" (1990))
  • Cantos de Afganistán, “The traditional music of Hêrat (UNESCO)” (1996)

Visita virtual a la exposición[14]

La lista se podía consultar en la exposición al lado de un precioso cuadro de Palazuelo (el que aparece en la imagen) y por medio de un QR se obtenía en el teléfono para escucharla. Sobre este cuadro, escribe Alfonso de la Torre en el catálogo: ese ir más allá de lo conocido, aquello que se halla en torno al ser del artista, esa búsqueda de una verdad que quizás revele rescoldos del camino de la interrogación, podrá comprenderse desde un sustrato común, lo arquetipal en la voz establecida por Jung, esas formas transformadas desde la consciencia mas compartidas en la común consciencia de artistas de todos los tiempos. A eso se refería Pablo Palazuelo (Madrid, 1915-Galapagar, Madrid, 2007) cuando, explicando el cuadro Yantra III (1984), presente en esta exposición escribiera sobre la interrelación entre estructura y energía su intento de representar una energía que era metafísica, en el sentido de estructura activadora de fuerzas[15].

En la lista hay ciertos patrones formales que se repiten, como la casi omnipresencia de la voz humana, el instrumento "más antiguo" que existe. También cierta ambigüedad hacia lo espiritual, para no caer en tópicos o volver a señalar obras que ya conoce mucha gente. Por ello no está presente la música medieval, ejemplificada en el canto gregoriano (y su evolución en la misa polifónica), que sería el ejemplo paradigmático de música espiritual occidental. No obstante, lo cristiano se muestra en notables músicas tanto de credo católico (A la Virgen de la Amargura), protestante (Bach) y ortodoxo (Utrenja de Penderecki). El Kol Nidre, una declaración del servicio religioso judío, no es representada como se podría esperar por la voz humana en la sinagoga, sino por una composición de Max Bruch tildada a veces de sentimental (así la calificaba Schönberg, quien también tiene un Kol Nidre por su ascendencia judía), concebida para la laica y asceta sala de conciertos. Esta pieza para orquesta y cello solista, típicamente romántica y fuertemente emotiva, podría pretender ser una música pura o música absoluta (así se le llamaba a este tipo de música instrumental sin voz durante el siglo XIX). Por contra, el Kol Nidre de Bruch es en cierta manera una forma de espiritualizar y sacralizar el rito del concierto laico, una vez que la música se ha mudado del templo a esta sala. Otra ambigüedad la podemos detectar en las tensiones entre músicas de gran calidad formal y sonora, pero que a veces han tenido un significado (mejor sería decir, se les ha significado) con componentes que desde un punto de vista ético, son bastante cuestionables y rechazables. Así fue con el flamenco (al estilo del que aparece en la canción de la lista A la Virgen de la Amargura) instrumentalizado por el régimen franquista para sus fines propagandísticos. Lo híbrido y ambiguo también puede detectarse en músicas que van más allá del superficial género fusion, por su calidad y profundidad en su aproximación, pero igualmente intentan mezclar tradiciones diferentes, como es el caso de la hindú y la occidental de Ravi Shankar y Yehudi Menuhin en West meets East o en la música afroamericana del espiritual Go Down Moses de Louis Armstrong. El sentido religioso, adoctrinador y a veces dogmático que puedan tener ciertas músicas espirituales, no ha de provocar que las rechacemos totalmente y de manera intolerante, por contra, deben ser estudiadas y contextualizadas, también para preservarlas en la memoria histórica. Así enriquecemos nuestro legado, sobretodo, recordando todas las músicas del mundo en su variedad multicultural, contra el imperialismo y la obsolescencia programada del pensamiento (musical) único, y del "pop" en sus múltiples variaciones (sea el mismo género comercial pop, rock, electro, el repertorio de la música clásica de consumo, etc.).

El jardín del obispo (1978) de Fernando Zóbel[16]

Lo espiritual y la música pueden aparecer en el rincón más azaroso y sorprendente, citando de nuevo el catálogo de la exposición: Descansemos, ah, frente al jardín de Ryōan-ji en Kioto hasta el vaciamiento, tal lo evocó John Cage[17]. La espiritualidad zen fue algo muy influyente en el compositor y artista John Cage[18], que nace y crece en una tradición muy diferente a la japonesa. Pero si uno es capaz de crear conexiones y puentes interesantes, pueden ser compatibles los elementos que supuestamente parecen ser más contrastantes, como el oxímoron citado de la helle Nacht o la religión secularizada.

Finalicemos en "circular espiritualidad" (esa forma geométrica sin inicio ni fin tan predilecta para representar lo sagrado) citando las últimas frases del texto escrito por Alfonso de la Torre. Iniciamos nuestro texto con su inicio, concluimos sin terminar en infinito, citando su final. En sus "últimas palabras" él nombra (no podía ser de otra manera) al más Grande de los GRANDES, ese humilde y extraordinario músico espiritual por excelencia, llamado Nuestro Señor Johann Sebastian Bach. Pero antes de citar su texto, citaremos la primera estrofa de la preciosa canción de Bach Es ist vollbracht! Vergiss ja nicht (¡Ha concluido! No olvides) dentro de los Schemellis Gesangbuch presentes en la lista Oír lo extraordinario:

¡Ha concluido! No olvides,
corazón mío, estas palabras de Jesús,
cuando en la cruz murió por ti
y la bienaventuranza te obtuvo,
pues Él, que todo lo hizo bien,
lo dijo entonces: Ha concluido[19].

De la Torre cita la cantata de Bach BWV 82, titulada Ich habe genug (Tengo suficiente) donde se dice: «Tengo suficiente / Ahora deseo, incluso hoy / con alegría partir de aquí / Tengo suficiente / Duerme, ojos cansados / Cierra suave y agradablemente / Mundo, ya no me quedaré aquí / Ya no posees ninguna parte de ti / Eso podría importarle a mi alma / Aquí debo acumular miseria / Pero allí, allí veré / Dulce paz, tranquilo descanso». Fulgor de quien ejerce las preguntas, hay algo de elegíaco en lo intenso misterioso de representar el desvanecimiento que seremos. He recordado a Nabokov: nuestra corta existencia no es más que una breve rendija de luz entre dos eternidades de tinieblas[20].

Marieli Oviedo

Notas

  1. ^ DE LA TORRE, Alfonso. Arte y espiritualidad. Imaginar lo extraordinario. Madrid: Fundación BBVA, 2022, p. 13. El catálogo puede consultarse y descargarse gratuitamente aquí: https://www.coleccionbbva.com/wp-content/uploads/2022/02/Arte-y-espiritualidad_libro-completo.pdf
  2. ^ Ibíd. p. 13.
  3. ^ Fuente de la imagen: https://es.wikipedia.org/wiki/Cuadrado_negro
  4. ^ En este link uno puede sumergirse en la exposición por medio de una visita virtual al mismo espacio expositivo, como informarse de su contenido mediante el catálogo, imágenes, folleto, audioguía, etc. https://www.coleccionbbva.com/es/exposicion_fisica/arte-y-espiritualidad-imaginar-lo-extraordinario-en-la-coleccion-bbva/#inicio
  5. ^ Este cuadro se muestra en la exposición, fuente de la imagen: https://www.coleccionbbva.com/es/pintura/555099-die-grotten-von-beni-hassan-am-nil-las-tumbas-de-beni-hassan-a-orillas-del-nilo/
  6. ^ DE LA TORRE, Alfonso. Arte y espiritualidad. Imaginar lo extraordinario. Op. cit. p. 29. La última frase es una cita de Poemas de la locura. UAEMEX, México, 2016 («13. Der frühling. La primavera»).
  7. ^ Ibíd. p. 29.
  8. ^ Ibíd. p. 25.
  9. ^ Este cuadro se muestra en la exposición, fuente de la imagen: https://www.coleccionbbva.com/es/pintura/1040-sin-titulo/
  10. ^ Este cuadro se muestra en la exposición, fuente de la imagen: https://www.coleccionbbva.com/es/obra_papel/580-estudio-de-una-calavera/
  11. ^ Para los que no saben valenciano, el entrecomillado de esta palabra expresa un juego de significados entre el "sorollismo" de Sorolla (escuela pictórica que inaugura el pintor) y el "sorollismo" del "soroll" (palabra que significa ruido en valenciano). El "sorollismo" ruidoso de Sorolla es ahora "puesto a la luz" dado la omnipresencia y explotación (marginando otros artistas) que este pintor "sufre" en su ciudad natal, que como una "mascletà fallera", no deja a nadie indiferente (para bien o para mal).
  12. ^ Puede escucharse aquí: https://open.spotify.com/playlist/58oyrOCH64nS4vDjYHnqWW?si=ae5cf0ee0c1f489f
  13. ^ Quien quiera explorar más la temática entre música y multiculturalidad, le recomendamos nuestro artículo en dos partes: GÓMEZ ALEMANY, Joan. Hibridaciones sonoras. La música y sus interacciones culturales a través de diversos ejemplos. Revista Sul Ponticello Nº 88 01/02/2022 https://sulponticello.com/iii-epoca/hibridaciones-sonoras-la-musica-y-sus-interacciones-culturales-a-traves-de-diversos-ejemplos-1/
  14. ^ Fuente de la imagen, captura de pantalla de la visita virtual a la exposición: https://my.matterport.com/show/?m=xxtDp6TdmSD
  15. ^ DE LA TORRE, Alfonso. Arte y espiritualidad. Imaginar lo extraordinario. Op. cit. p. 21.
  16. ^ Este cuadro se muestra en la exposición, fuente de la imagen: https://www.coleccionbbva.com/es/pintura/p05805-el-jardin-del-obispo-v/
  17. ^ Ibíd. p. 13.
  18. ^ Señalamos un pasado artículo donde se trató un texto de Alfonso de la Torre en el cual John Cage tiene una especial relevancia: GÓMEZ ALEMANY, Joan. Carta abierta dirigida a Alfonso de la Torre, sobre las interacciones de Pablo Palazuelo y una hipótesis. Revista Sul Ponticello Nº 75 01/10/2020 https://sulponticello.com/iii-epoca/carta-abierta-dirigida-a-alfonso-de-la-torre-sobre-las-interacciones-de-pablo-palazuelo-y-una-hipotesis/
  19. ^ Traducción extraída de: https://www.bach-cantatas.com/Texts/BWV458-Spa7.htm
  20. ^ DE LA TORRE, Alfonso. Arte y espiritualidad. Imaginar lo extraordinario. Op. cit. p. 31.

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