En este artículo nos centramos en un recurso universalmente reconocido que se establece como visita obligada para todo creador y explorador de contenido musical.
Hablamos de Freesound, una base de datos colaborativa creada en 2005 que se constituye como lugar de encuentro e intercambio de sonidos. Con un uso muy extendido y consiguiendo reunir a una gran comunidad de usuarios, esta plataforma ofrece infinidad de fragmentos de audio bajo la licencia Creative Commons (CC).
El contenido alojado en ella es generado por los propios usuarios, quienes deben respetar una serie de pautas que garanticen la legalidad y la máxima optimización de sus recursos. Aunque la variedad de sonidos es infinita todos comparten unas características comunes: deben haber sido producidos o grabados personalmente y reproducir sonidos de ambiente y no de personas concretas u otras transmisiones que puedan contar con derechos de autor. Puesto que se admiten audios de cualquier duración, en multitud de formatos y procedentes de infinidad de fuentes sonoras, una herramienta imprescindible es el uso de etiquetas y descripciones detalladas que permitan tanto encontrar como ser encontrado. Como cualquier biblioteca que se precie, Freesound cuenta con una catalogación muy específica en la que se incluye tanto la descripción del sonido, origen o peculiaridades como las herramientas utilizadas para obtenerlo (grabador, micrófono, procesamiento…).
Uno de los mayores atractivos de este repositorio sonoro es su carácter gratuito, aunque esto no implica el hecho de olvidarnos de acreditar a los usuarios que nos han facilitado el recurso. La atribución nunca es una opción en el uso, aunque en algunos casos, cuando el audio cuenta con una licencia “cero”, incluso podemos sacar beneficio económico propio del mismo. Otra de las posibilidades que se proponen es el procesamiento de sonidos de la plataforma para crear otros nuevos, en cuyo caso también deberemos consultar las diferentes combinaciones de permisos y obligaciones.
En cuanto a su navegación, nos encontramos con una interfaz sencilla que destaca tres aspectos principales: el catálogo de sonidos en sí, los distintos foros de conversación y los perfiles de usuario. Para acceder a las muestras de audio podemos elegir distintas opciones filtrando según etiquetas, geoetiquetas o paquetes. Además, si no buscamos algo concreto quizás nos resulten de mayor interés las listas de sonidos más descargados, más recientes o incluso de sonidos al azar. Otro de los aspectos más interesantes es el apartado del foro, el cual favorece la comunicación e interacción entre los usuarios y acerca a diferentes artistas fomentando el aprendizaje en común y la oportunidad de compartir trabajos e ideas. Algunos de los foros más destacados son el de técnicas de producción o el de ayuda legal y cuestiones de atribución.
Por último, cabe destacar la columna lateral derecha dedicada a temas tangenciales como la búsqueda de apoyo económico común para el desarrollo y mantenimiento de la base o el enlace a Freesound Projects, sitio web paralelo a la plataforma en el que se alojan los proyectos, aplicaciones o investigaciones llevadas a cabo a partir de contenido de Freesound.
No cabe duda de que esta iniciativa desarrollada por el Grupo de Investigación de Tecnología Musical de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona desarolla una actividad que crece exponencialmente, contando con más de 440.000 sonidos publicados y casi 10 millones de usuarios registrados. Una vez más, solo nos queda recomendar la exploración de este mar sonidos que se consolida como lugar de encuentro entre creadores.
A excepción del contenido de terceros y de que se indique lo contrario, éste artículo se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International Licencia.