Diana Pérez Custodio nos habla aquí de una pieza para piano y electrónica, estrenada por su dedicataria, Sofya Melikyan, el 16 de noviembre de 2019 en el marco del XVII Festival de Música Española de Cádiz.

Diana Pérez Custodio
1 abril 2021
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En el Museo de San Joaquín y Santa Ana de Valladolid está expuesto un pequeño escaparate de cera napolitana del siglo XVII; se llama Los Novísimos. Se trata de una especie de ventana dividida en cuatro secciones iguales. En la sección inferior izquierda se ve el busto de un anciano moribundo; en la inferior derecha se ve el busto de un hombre gritando de dolor y envuelto en llamas; en la superior derecha el mismo busto, también entre llamas aunque menos aterradoras, y en vez de gritar mira al cielo con desesperación; por último, en la superior izquierda encontramos el mismo busto vestido de blanco y cargado de joyas, mirando al cielo con beatífica cara de felicidad. En un espacio físico tan reducido se resumen las tres posibilidades que, según las doctrinas católicas de la época, pueden aguardar a un ser humano tras pasar el inevitable trance de la muerte: infierno, purgatorio y paraíso.

En un ejercicio de… ¿frivolización?... ¿actualización?... ¿acercamiento a otras tradiciones en las que el trance de la muerte no resulta el fin definitivo del proceso?... mi obra para piano y cinta Play again propone convertir en una especie de videojuego musical las enseñanzas contenidas en esta pequeña pieza barroca. Según le va marcando la electroacústica pregrabada (Start game), el intérprete va transitando por diferentes oportunidades de muerte encarnadas en un pasaje de cierto virtuosismo técnico; el primer trance (Death) resulta poco “virtuoso”, por lo que se ve abocado a una experiencia onírica (Hell) bastante desagradable; a modo de segunda oportunidad (Try again) el segundo (Death), algo más merecedor de compasión pero no lo suficiente, le conduce a un terreno ambiguo e inestable (Purgatory); el juego le reconduce (Try again) a un último intento (Death) esta vez sí pleno de virtud y virtuosismo, que le compensa al fin con una vivencia angelical (Paradise).  Objetivo superado: Game over.

La parte de cinta está construida a base de música “vintage” de videojuegos manipulada, locuciones del traductor de Google y fragmentos recombinados de obras mías anteriores que me evocan infiernos, purgatorios o paraísos. La parte de piano es pura mecánica.

La obra fue estrenada por su dedicataria, Sofya Melikyan, el 16 de noviembre de 2019 en el marco del XVII Festival de Música Española de Cádiz, como un fruto más del Taller de Compositoras que, desde su creación en 2005, dicho festival viene realizando anualmente. Sin apenas contacto previo entre Sofya y yo, el día de ese concierto quedé impresionada por cómo de profundamente había integrado el espíritu de la obra hasta hacerlo propio, y me había devuelto mi propuesta materializada, convertida en un espejo deformante de la inquietud que me invadió en aquel museo de Valladolid al ver  Los Novísimos.

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