El Oramics es un instrumento de música electrónica. Es un generador sonoro capaz de crear el sonido a partir del dibujo de una onda. Es decir, que permite al compositor diseñar unas curvas casi al azar para que la máquina las interprete con distintos parámetros de altura, vibrato, intensidad… Es un sintetizador bastante complejo si lo comparamos con otras máquinas similares de la época, ya que la evolución de estos parámetros consiguió generar un sonido propio que se alejaba de lo escuchado hasta el momento (siendo en esta época popular el theremin).
Oramics es un nombre que, además de a este aparato, puede hacer referencia tanto a la máquina como a la técnica que se utiliza para crear música dibujada, aunque la propia creadora, Daphne Oram, lo usaba para dirigirse simplemente a su trabajo y al lugar donde tenía montado su estudio de composición.
Daphne Oram fue compositora de música concreta británica nacida el 31 de diciembre de 1925. Desde pequeña estudió piano, órgano y composición, y en 1942 entró en el Royal College of Music. Desde 1943 trabajó para la BBC, en la que además contribuyó como cofundadora del BBC Radiophonic Workshop. A su talento musical, hay que sumarle las habilidades técnicas que aprendió de su hermano, ingeniero eléctrico. De la suma de estas dos facetas resultó la creación del Oramics. Sin embargo, tras su muerte el 5 de enero de 2003, Daphne Oram pasa al olvido. Quizás su memoria fue eclipsada por ser coetánea a Karlheinz Stockhausen y Pierre Schaeffer, o quizás no es más que otra víctima del machismo histórico. Sea como sea, aún no es tarde para recuperar a esta pionera de la música electroacústica.
Dibujo realizado por Daphne Oram conservado en la Universidad de Londres
Fue precisamente en la BBC donde Oram comienza su proyecto. A cargo de un curso de ingeniería de telecomunicaciones tiene la oportunidad de acercarse al Cathode Ray Oscilloscope, una máquina capaz de registrar las ondas sonoras en forma de gráfico. Esta máquina inspira a Oram para el proyecto contrario: una máquina que transforme el dibujo de una onda en sonido, es decir, que permitiera literalmente dibujar el sonido. Aun careciendo del apoyo de su tutor, comenzó a trabajar por su cuenta y a investigar nuevas formas de hacer música.
Así, desarrollaba su proyecto mientras seguía componiendo su propia música para orquesta e instrumentos electrónicos. En un viaje a Francia recibió influencias de la RTF y de Pierre Schaeffer quien le inspiró a empezar a trabajar con cintas. Con el material aportado por la BBC, entre 1953 y 1957, comenzó a montarse un pequeño primer estudio con una mesa de mezclas, osciladores y grabadoras. Aunque este material no estaba en principio pensado para una finalidad creativa, Oram se dedicó a jugar y experimentar con ellos de forma clandestina, comenzando así a desvincularse del sonido acústico y creando sus primeras obras íntegramente electrónicas.
La música electrónica entró en su época de auge, y en ella Oram aprovechó para fundar el ya mencionado Radiophonic Workshop de la BBC. Fue también en esta época cuando Daphne Oram, junto al apoyo del ingeniero Graham Wrench, creó el Oramics. El proceso de construcción finaliza oficialmente en 1968, cuando Oram compone su primera pieza usando este aparato. En 1971 publicó un libro en el que afirmaba que una vida entera no era suficiente para explotar todas las capacidades de su aparato. Quizás esa sea la razón por la que sus piezas realizadas con la instrumentación de Schaeffer eran bastante más ricas y estaban trabajadas con más meticulosidad. De esta manera, desgraciadamente el trabajo de toda su vida no dio los frutos que eran de esperar.
En conclusión, el Oramics, y junto a él, Daphne Oram, cayó en el olvido además de por todo lo comentado al inicio, porque no existió una obra maestra que respaldara su valía. Este final puede sonar a desgracia, pues la máquina es el resultado del trabajo de toda una vida y ciertamente es injusto que se echara a perder así, simplemente porque el tiempo no dio para más. Sin embargo, hace pocos años esta historia ha tomado un importante giro, pues el Sistema operativo de Apple ha desarrollado una aplicación basada en el Oramics y con su mismo nombre, que ofrece una versión adaptada a los tiempos actuales de este aparato. Además, el original está expuesto en el Museo de Ciencias de Londres.
Aún es demasiado pronto para saber qué fue importante y qué no en la historia de la música del siglo XX. Seguramente la visión actual cambie dentro de un siglo, pues compositores como J. S. Bach no fueron reconocidos hasta siglos después de su muerte. Como no tenemos la distancia histórica suficiente como para juzgar el arte del siglo pasado, solo nos queda tratar de salvaguardar tanto como podamos y dejar que sea el tiempo quien nos diga qué artistas tuvieron mayor impacto. Quizás esta aplicación consiga asegurar el futuro histórico del Oramics y de Daphne Oram, compositora pionera de música electrónica que ha conseguido ser rescatada del olvido.
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