Artículo que trata sobre las relaciones interdisciplinares entre música y pintura en la obra del artista valenciano Vicente Gómez García.

Joan Gómez Alemany
1 junio 2022
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Estudio Abstracción geométrica 4 de Vicente Gómez García

INTRODUCCIÓN

El 28 de abril de 2022, en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV)[1] pronuncié una conferencia titulada Conexiones interdisciplinares entre la pintura y la música en Vicente Gómez García con motivo de la presentación del libro VALENCIA Y LA ABSTRACCIÓN, CONSTRUCCIONES CON GEOMETRÍA Y COLOR. Trayectoria vital y creativa del artista Vicente Gómez García (1926-2012)[2]. Este texto recoge las palabras que se escucharon allí y algunas imágenes que se mostraron.

TEXTO DE LA CONFERENCIA

Las relaciones entre pintura y música han sido muy estudiadas, teniendo un momento clave durante las vanguardias históricas a principios de siglo XX. Por un lado, podemos encontrar artistas como Picasso (por ejemplo en su cuadro Los tres músicos), que recurrentemente pintaban instrumentos o ponían partituras dentro de sus cuadros. O por ejemplo el futurista Giacomo Balla, en su cuadro La mano del violinista, mediante la representación del violín repetido creaba sensaciones rítmicas y de movimiento. Podríamos decir que estos ejemplos se aproximan a la música desde sus elementos representativos. Por otro lado, algunos artistas rechazando toda forma de representación o figuración, buscaban similitudes entre pintura y música basadas en conexiones abstractas y sinestésicas. El mismo Kandinsky, no casualmente tituló musicalmente Composición e Improvisación, a varios de sus cuadros abstractos, incluyendo la que se considera la primera abstracción del arte moderno. Otros artistas que trabajaron este planteamiento abstracto pictórico-musical, son también Mondrian, Paul Klee, Kupka, Macdonald-Wright, Morgan Russell, etc. Posteriormente, después de la segunda guerra mundial, fueron varios los compositores como Earl Brown, quienes, por el contrario, para escribir su música se inspiraron en las artes visuales. En su partitura December 1952 podemos ver las similitudes entre las formas que utiliza Mondrian para sus cuadros y las que utiliza Brown para sus partituras gráficas, que generan una música aleatoria. Justo la obra de Mondrian Boogie Woogie (1942-43) está inspirada en la música del Boogie-Woogie, por tanto, lo visual y lo sonoro en estas dos obras están muy entrelazados.

Boogie Woogie (1942-43) de Piet Mondrian

Algunas de las partituras de Morton Feldman, como Projection 2 también aleatoria, aunque un poco más concreta que la de Brown, ya que indican el tipo de instrumento a utilizar, también tienen conexiones con las formas de Mondrian. Otros compositores que trabajaron las partituras gráficas fueron Bussotti, quien practicó la partitura gráfica desde múltiples opciones, John Cage, Ramati, Carnelius Cardew, Penderecki y otros. El uso de la grafía musical servía para transmitir una nueva cualidad sonora o actitud al enfrentarse a la música, rechazando la partitura convencional. A la música se le añadía la aleatoriedad, la performance, el juego, el happening, etc. Como también las nuevas grafías servían para enriquecer la paleta sonora de las partituras funcionales, añadiendo signos más bien plásticos, que transmitieran mejor estos nuevos sonidos, por contraposición a los signos antiguos y convencionales. También ha habido otros momentos en que lo visual y lo sonoro, se han estrechado hasta confundirse, como en Fluxus.

Partituras gráficas o música visual de Baude Cordier

El interés visual por la notación musical es muy antiguo. Baude Cordier (nacido c. 1380 y muerto antes de 1440) fue un destacado compositor de lo que se ha llamado música visual. El motivo circular que vemos lo podemos conectar con una reciente partitura de George Crumb Magic Circule de 1972. La “sonoridad de este círculo” la podemos emparentar a la pintura de Robert Delaunay, miembro del llamado grupo vanguardista “orfismo”. Nombre procedente del Dios griego Orfeo, muy asociado con la música. No casualmente muchas composiciones y óperas musicales están inspiradas en esta figura, que como narra la mitología, con su música encantaba y calmaba a las fieras. Por ejemplo, Monteverdi compuse una ópera titulada Orfeo, y Stravinsky un ballet, asociando estrechamente lo visual (en la escenografía y la danza) con lo musical. Otros interesantes círculos musicales también los encontramos en cuadros de Kupka, como Alrededor del punto o Discos de newton, estudio para fuga en dos colores artista muy conectado con lo musical como mostraremos posteriormente. Vicente Gómez García tiene numerosas obras en sus abstracciones geométricas que utilizan estos círculos de manera compleja. Para nosotros, estas obras evocan esa sensación musical que comentábamos en las obras precedentes, miremos algunos ejemplos.

Estudio Abstracción geométrica 6 de Vicente Gómez García

Gómez García se inspira claramente en los pintores de las vanguardias históricas y algunos de sus cuadros pueden ser puestos en relación con las prácticas plásticas de ciertos compositores. La relación de Vicente Gómez con la música se encuentra ya en lo biográfico, en palabras de Josep-Marí Gómez Lozano, cito el libro que hoy presentamos: [Vicente Gómez]Trabajaba habitualmente con música. Era una de sus pasiones, su padre fue afinador [de instrumentos] y tal vez la pasión de la música le venía por ahí. No sabría decirte una pieza favorita [de Vicente Gómez], pero sí varios compositores […]: Vivaldi, Haendel, Albinoni, Mozart, Beethoven, Mendelsshon, Schubert, Chopin, Schumann, Smetana, Liszt, Brahms, Dvořák, Chaikovski, Debussy, Falla, Cristóbal Halffter… entre otros[3].

Para señalar mejor la relación de Vicente Gómez entre pintura y música, recurriremos otra vez al ejemplar modelo de Kandinsky en referencia a su libro Punto y línea sobre el plano publicado el 1926, donde el autor dejó escrito en esta obra que el punto es la mínima forma temporal y analiza la dicotomía existente entre tiempo y pintura. Citamos este libro: Hace algunos años se comenzó a demoler, también aquí, un muro. Este muro había separado hasta ahora dos campos del arte: el de la pintura y el de la música. [Añadimos nosotros que] En ese mismo año, en 1926, nació Vicente Gómez, apasionado amante de la música[4].

Uno de los movimientos vanguardistas que más estrechamente une pintura y música, es el estadounidense y poco conocido "sincromismo", formado por Stanton Macdonald-Wright y Morgan Russell. El parecido entre sincromismo y sinfonismo es evidente, la raíz etimológica de ambos es la misma, que viene del griego "syn", que significa "con". Además, la relación entre "khroma" (que significa color, de ahí deriva sincromismo) y "phonos" (sonido, de ahí viene sinfonismo) es muy "sugerente". El sincromismo se basa en la idea de que el color y el sonido son fenómenos similares, y que los colores en un cuadro pueden organizarse de la misma manera armoniosa que un compositor organiza las notas en una sinfonía. Los artistas del sincronismo creían que, pintando en escalas cromáticas, su obra evocaría sensaciones musicales. A la inversa, el compositor Alexander Scriabin ideó un "teclado sinestésico", ya que Scriabin cuando escuchaba una nota concreta, veía un color asociado. En algunas de sus obras quería evocar colores, a través de sonidos ordenados en escalas y su proyección en luces durante el concierto. En un cuadro de František Kupka Piano Keys Lake, la conexión entre el teclado, los colores y la abstracción es muy evidente. En otro cuadro suyo, Mme Kupka entre verticales se puede ver la tensión entre la abstracción, podríamos decir geométrica-musical, y la figuración. En Estudio para el lenguaje de las verticales, ya la abstracción es vencedora y se ordena casi como una secuencia de notas o un teclado del piano. Casualmente el único autorretrato que existe de Vicente Gómez, también enfatiza la tensión entre figuración/abstracción. Induciéndonos a pensar que él se sentía muy identificado con esta polaridad y le gustaba rodearse de estos ritmos geométricos, que se pueden trasladar fácilmente a lo musical. Si vemos esta partitura de Ligeti titulada Athmosphers, podemos intuir como ciertos patrones de escritura musical, generan otros patrones muy visuales y plásticos. Lo mismo con esta otra partitura de Stockhausen, donde el color sin duda añade un valor plástico a la escritura musical.

Hemos de tener muy enen centro Europa (Francia y Alemania), en España la vanguardia fue muy escasa, y tuvo una excepcional y breve vitalidad, principalmente durante la Segunda República. Los pocos gestos vanguardistas que se desarrollaron en este momento, durante la Guerra Civil fueron anulados, ya que muchos artistas tuvieron que exiliarse o dejaron de crear. Durante los inicios de la dictadura, estas prácticas artísticas fueron prohibidas y perseguidas. No será ya pasada la segunda guerra mundial, y sobre todo a partir del aperturismo del régimen franquista, cuando la vanguardia definitivamente se desarrollará en España (aunque siempre en la clandestinidad). Es en este contexto en el que Vicente Gómez y otros de sus colegas en Valencia, como los del grupo de Los Siete, formado entre otros por Joaquín Michavia, Eusebio Sempere y Juan Genóves, quienes empezarán cada uno a desarrollar prácticas artísticas alternativas a las imperantes, inspirándose en la muy escasa y deficiente información que había sobre el legado de las vanguardias. Esta relación entre lo internacional (las vanguardias históricas) y lo local (España y Valencia) no debería crear una jerarquía o supeditación artística entre unas prácticas y otras, como normalmente se hace en la historiografía del arte. Ya que la particularidad de España y Valencia, con su propia idiosincrasia, crea un vanguardismo y estética diferente y original. La idea de que unas zonas están desarrollados y otros están subdesarrollados, ya sabemos qué tipo de ideología la sustenta, y a veces no sólo se aplica a lo socio-económico, sino también a lo cultural. Por otro lado, el retraso temporal en que las prácticas vanguardistas llegaron a Valencia, ya no solo las vanguardias históricas, sino el mismo impresionismo y postimpresionismo, no quiere decir que los que posteriormente retomaron estas estéticas, simplemente las imitaron o copiaron defectuosamente. Todo lo contrario, a veces podemos ver que aquello que fue nuevo y original, luego fue reprendido y desarrollado desde un punto de vista más personal, con mucha mayor complejidad, añadiendo nuevas ideas y recursos formales.

Fuga en rojo (1921) de Paul Klee

Retomando las conexiones entre música y pintura, varios cuadros han sido titulados con la llamada estructura musical “fuga”, por ejemplo, Fuga en rojo de Paul Klee. La fuga consiste simplificando mucho en que una melodía es imitada y secuenciada posteriormente por otra (de ahí el término fuga o huida). Johannn Sebastian Bach compuso numerosas fugas. También Kupka y Pablo Palazuelo. Vemos en estos ejemplos que las conexiones entre lo visual y lo sonoro, se establecen por medio de crear pequeños motivos, que se van multiplicando por el espacio. Estos desplazamientos espaciales nos remiten a su vez a los desplazamientos temporales. El movimiento del ojo al contemplar la pintura, crea como una composición temporal-musical. Estas pinturas las podemos sinestésicamente asociar al motivo melódico de la fuga, que el oído va escuchando en sus numerosas imitaciones conforme va pasando el tiempo. Paul Klee, que además de pintor era un destacado violinista, tiene muchas obras emparentadas con el tema musical. Por ejemplo, esta obra que vemos no casualmente llamada Ritmos o esta otra Pastoral Ritmos, que parece recordar una partitura llena de pentagramas. Muchos compositores se han inspirado no casualmente en la musical obra de Paul Klee, por ejemplo, el mismo Ferneyhough, de quien vemos aquí una partitura suya compleja, densa y plástica, tiene una obra inspirada en el Angelus Novus de Paul Klee. Esta otra obra de Klee, Arquitectura de la llanura, también tiene algo de construcción musical. Y ya explícitamente como queda reflejado en el título, la siguiente obra Sonido antiguo. Con sus cubos geometrizados y en serie, recuerda una composición de música dodecafónica del compositor Anton Webern, contemporáneo de Klee. Aunque en otro contexto, la obra de Vicente Gómez Puerto de Valencia con cuadrícula cromática, también opta por utilizar estos cubos en un paisaje figurativo.

Puerto de Valencia con cuadrícula cromática (1988) de Vicente Gómez García

Entre la geometría y la música, podemos citar un movimiento de vanguardia llamado, el rayonismo (de la palabra rayo), protagonizado por Mikhail Larionov y Natalia Goncharova, muy emparentado con el futurismo italiano y ruso. En algunas de sus obras, aunque no son explícitamente musicales, son muy similares formalmente a las anteriores. Estas llamadas composiciones rayonistas (como si composiciones musicales fueran), se generan con rayos a la manera de fractales, que se imitan y multiplican por el espacio (como las fugas señaladas). Creando con sus tensiones y choques, casi podríamos decir, una sonora estridencia. Vicente Gómez también tiene varias obras que formalmente se parecen a estas, que parten de una figuración muy geometrizada y secuenciada por módulos, creando tejidos rítmicos. Otra es semi-abstractas porque el figurativo tema de Valencia aparece camuflado. O incluso esta, Valencia, paisaje en deconstrucción, se basa en fragmentos de Valencia, pero han sido tan deconstruídos, que es imposible reconocer la ciudad.

Valencia, paisaje en deconstrucción (1981) de Vicente Gómez García

Algunas composiciones de Xenakis, también se basan en estructuras reticulares similares a las anteriores, incluso podemos decir en este contexto estructuras rayonistas. Xenakis, además de compositor era ingeniero y trabajó con Le Corbusier, ambos diseñaron el pabellón Philips. Aquí podemos ver las conexiones entre las retículas que veíamos en las partituras de Xenakis, ahora en la arquitectura. Además, este mismo edificio interiormente estaba musicalizado por medio de altavoces. La obsesión arquitectónica de Vicente Gómez por su ciudad natal, también es posible interpretarla musicalmente. Las pictoesculturas de Vicente Gómez, aunque no tienen que ver con la música, pero sí por ejemplo con la arquitectura, la escultura y la pintura, podrían sugerirnos una interpretación musical.

Si las vanguardias históricas como el rayonismo se desarrollaron en los inicios del siglo XX, en la mitad de siglo se puede hablar de neovanguardias o incluso de postvanguardias. Porque a diferencia de las tendencias artísticas conservadoras o reaccionarias, que se encierran en el pasado o lo imitan desde la nostalgia, por ejemplo, las que fomentaba el régimen franquista con su costumbrismo y sorollismo, o posteriormente el llamado postmodernismo, muchos de las innovaciones formales de la vanguardia, no se agotaron en sus iniciadores, sino que se pueden desarrollar desde múltiples vertientes. En nuestra opinión, hemos de juzgar las prácticas artísticas por su calidad en ellas mismas y pensándolas en su contexto, sin clasificarlas y encerrarlas en esquematismos y abstracciones historiográficas, que promueven una idea teleológica del arte o de un progreso por etapas. Algunas veces, las iniciales formas de la vanguardia histórica son algo simples, pero más tarde, con las siguientes generaciones de artistas, esta simplificación desaparece, ya que los artistas crean nuevas formas en sociedades más complejas culturalmente y tecnológicamente, que la de principios de siglo XX, donde emergió la vanguardia. Podemos observar la gran reflexión formal y dificultad, que encierra la serie de abstracciones geométricas de Vicente Gómez, siendo su obra más ambiciosa y creada a lo largo de más de 10 años de intenso trabajo. Aunque formalmente es similar a algunas propuestas mostradas anteriormente, va mucho más allá dada su complejidad y ambición. Veamos la secuencia anterior del políptico antes de su repintado final. Todo y que esta serie no se creó desde una intención musical, sin duda, por su gran variedad formal puede fomentarla e inspirar la creación sonora. Por último, aquí la serie primogénita en la primera fase que se conoce gracias a fotografías.

Abstracción geométrica Serie III conjunto (1ª fase) de Vicente Gómez García

Añadamos que el eclecticismo de Vicente Gómez, en un constante ir y venir entre la figuración y la abstracción, el collage y el apropiacionismo de la tradición pictórica, lo emparentan a tendencias contemporáneas de su época, totalmente ajenas a las de la vanguardia histórica (por ejemplo, cubismo, futurismo, fauvismo, etc.). Vicente Gómez transita por cierto hiperrealismo que se origina aproximadamente en los años 70. También muy diferente a los postulados de la vanguardia, son sus recreaciones de bodegones como el de Luis Meléndez, un híbrido entre figuración, abstracción, materismo, pintura repetitiva-óptica, etc. O estos otros dos, Bodegón con superposición geométrica y  Bodegón con espiral en el estudio Zapadores, con un componente geométrico muy importante. Estas secuencias repetitivas que vemos, se emparentan también con otras estrategias musicales que parten de la repetición minimalista, para crear a través del sonido sensaciones de movimiento y espacialidad. Por ejemplo, la partitura de Ligeti, titulada Continuum, viéndola ya es evidente sus patrones de repetición geométrica. En una transcripción visual de sus sonidos, que verticalmente analiza la frecuencia de las notas y en horizontal su temporalidad, esto es aún más claro. Pero la relación entre música y pintura no ha de asociarse necesariamente y únicamente a la geometría regular, también el gesto informal, puede transmitir sonoridades. Por ejemplo, la partitura que vemos de Ligeti llamada Volumina (que con su explícito título ya nos remite a lo visual del volumen), parte de gestos algo caóticos. La podríamos poner en relación también con el gesto caótico de la obra gráfica de Vicente Gómez València, abstracción de manchas y goteo, como también La Valencia barroca sobre plano Tosca. Las formas y sonoridades que escapan a patrones muy regulares y estructurados, también las podemos encontrar en la sonoridad global de otra partitura ya nombrada de Ligeti, Atmosphere. Podemos observar otra vez la estrecha relación entre lo visual y lo sonoro, como lo espacial y lo temporal. También en la transcripción plástica de una obra suya electroacústica, Artikulation, vemos las diversas y múltiples maneras de conectar lo sonoro y visual.

La interdisciplinariedad en Gómez García, como queda muy patente en sus diversas series de abstracciones, resulta compleja dada la gran abundancia y variedad de su obra en perpetuo cambio de estilo y renovación formal. Ello provoca que los patrones, las marcas o rasgos característicos y generales de un artista, que unifican su trabajo, no son útiles para analizar a Vicente Gómez. En la superficie de sus obras en conjunto, no se detecta fácilmente un rasgo común, lo que provoca una sensación de extrañamiento y resalta su dificultad de lectura global. Para poder encontrar un elemento que las englobe tenemos que centrarnos en los elementos meta-superficiales, es decir, los estructurales. Siendo la geometría el vertebrador sin igual de toda su producción, rasgo que sin duda lo emparenta muy estrechamente con la música, que también se presta a ser reducida a lo geométrico-matemático. Como conclusión, añadamos las palabras de Rafael Sánchez Grandía y Pablo Sánchez Gómez, que aparecen en el libro que hoy presentamos, para resaltar y complementar estas ideas: Si hay un primer rasgo distintivo en la obra de este artista es su tenacidad en la búsqueda de un eclecticismo integrado, armónico, en el que diferentes tendencias o escuelas pictóricas no solamente coexistieran, sino que se potenciasen mutuamente desde, o a través de, una perspectiva más amplia. Así pues, este es un primer elemento inquietante, disruptivo. Vicente Gómez utiliza la geometría desde otra perspectiva, o con otro interés, del que le es otorgado primigeniamente por su propia naturaleza abstracta. ¿Pero podemos ser capaces de definir esa otra perspectiva desde la contemplación, o análisis, de su obra? No, evidentemente, no. Las palabras, las ideas, nunca pueden definir una obra de arte. Así pues, tan solo nos va a ser permitido, intentando recurrir a todos los lenguajes que nos puedan ser conocidos […] Nos fijaremos en determinados aspectos y los desarrollaremos desde la visión más ecléctica que nos sea posible; tal vez de esta forma lleguemos a acercarnos a describir o recrear la obra de este artista[5]. Estas palabras de Rafael y Pablo, las he intentado hacer mías durante esta pequeña charla, y así concluyo y resumo que mi intención ha sido destacar en la variada y ecléctica obra de Vicente Gómez, varios aspectos musicales que, en nuestra opinión, pueden reflejarse en su obra de manera general y no explícita.

Notas

  1. ^ https://pintura.webs.upv.es/vicente-gomez-garcia/
  2. ^ https://www.edictoralia.com/valencia-y-la-abstraccion-construcciones-con-geometria-y-color-trayectoria-vital-y-creativa-del-artista-vicente-gomez-garcia-1926-2012/
  3. ^ Estas palabras pertenecen a Josep-Marí Gómez Lozano, hijo del artista, citadas en GARRIGA, Rocío. Notas impresas al compás de los paisajes de Vicente Gómez. En GÓMEZ LOZANO, Josep-Marí y GÓMEZ ALEMANY, Joan (Coords.). VALENCIA Y LA ABSTRACCIÓN, CONSTRUCCIONES CON GEOMETRÍA Y COLOR. Trayectoria vital y creativa del artista Vicente Gómez García (1926-2012). EdictOràlia, 2022, València, p. 109.
  4. ^ SÁNCHEZ GRANDÍA, Rafael y SÁNCHEZ GÓMEZ, Pablo B. Espacio, tiempo y lugar: Vicente Gómez y la figuración dinámica. En Ibíd. p. 82.
  5. ^ Ibíd. p. 82.

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