Roberto Alonso & Marek Poliks: Crossing the Iron Ocean; Mist-Crawler. Roberto Alonso, violín. Christian Smith, percusión. Roberto Alonso & Marek Poliks, desarrollo de Archon (Machine Learning Enviroment). Roberto Alonso, Marek Poliks y Wulf Weinmann, productores. Marek Poliks, ingeniero de sonido. Un CD DDD de 59:13 minutos de duración grabado en el Orpheus Institute de Gante (Bélgica), del 28 al 30 de junio de 2022. NEOS 12312.

Paco Yáñez
1 septiembre 2023
Share Button

Después de que en el último número de Sul Ponticello nos hubiésemos adentrado en los resultados musicales creados por la plataforma de aprendizaje Demiurge Synthesis Engine, red neuronal tripartita desarrollada conjuntamente en la Hong Kong Baptist University por el violinista español Roberto Alonso (Vigo, 1983) y por el compositor estadounidense de origen polaco Marek Poliks (Nueva York, 1989), volvemos hoy a disfrutar de su tan interesante y actual trabajo por medio de Archon, un compacto del sello muniqués NEOS que es un perfecto complemento a la edición del sello vigués Creotz Music que el pasado julio visitó nuestra revista.

Nuevamente, la síntesis y la hibridación de los medios acústicos y electrónicos están en el centro del trabajo musical desarrollado por Alonso y Poliks, y si durante décadas hemos hablado de una impronta de la electroacústica en la sonoridad instrumental alquitarada por medio de las técnicas extendidas, llegados a esta tercera década del siglo XXI lo que en Archon escuchamos es, quizás, una camino 'de vuelta', en el que dicha paleta de sonoridades acústico-instrumentales informa a lo electrónico, alcanzando una simbiosis de alto nivel y voltaje en dos piezas, Crossing the Iron Ocean y Mist-Crawler, creadas en 2022 y en las que reverbera buena parte de la mejor composición instrumental de nuestro tiempo, así como cuanto ambos creadores han aquilatado a lo largo de sus trayectorias.

Dentro de ellas, el trabajo con Vertixe Sonora tiene un peso específico en el caso de Roberto Alonso, y de las sonoridades más saturadas y potentes en la órbita del compositor (también vigués) Ramón Souto parecen llegar ecos (casi explícitos, por lo que a ciertos motivos en rebote se refiere) en la abigarrada Crossing the Iron Ocean, una pieza en la que lo visual tiene una gran importancia, con su denso paisajismo, digno de un Anselm Kiefer. El interfaz abierto Archon es el que se encarga, en conexión con el sistema Demiurge Synthesis Engine, de crear la música que aquí escuchamos. Se trata de un nuevo ejemplo de la fe expresada por Roberto Alonso y Marek Poliks de que en el futuro los algoritmos reemplazarán (como creen que ya lo están haciendo) a los instrumentos tradicionales, asumiendo una base de datos que comprenda a la propia historia de la música, como fuente para recombinarla en base a macro-categorías.

Ello depararía, según los creadores de este proyecto, una música que se reinventaría a sí misma de forma continua, con una inmensa capacidad de adaptación a los más altos niveles de eficacia y eficiencia, tanto técnica como musical. De hecho, no sólo la música de este disco ha sido generada mediante Archon (escrita en Python y Supercollider) y Demiurge (Python), sino las perturbadoras imágenes que se insertan en el libreto de esta edición, así como los propios textos; de forma que el propio Archon intenta describir lo que Archon es.

Resulta curioso que, en dicho texto, las preguntas sean una constante: una re-formulación de los códigos compositivos al uso, así como de las propias capacidades y contextualización del creador, por lo que el sistema evidencia, de algún modo, sus propias dudas y cuestionamiento de sus límites, humanizándolo. Pero Archon expresa, asimismo, una poderosa creencia en las capacidades de un sistema que trabaja en distintos modelos pero que aquí no deja de movilizar ciclos y procedimientos que podríamos emparentar con la variación, dentro de un lenguaje más tradicional, lo que compacta y referencia históricamente este sinfín de novedades, confiriendo estructura(s) a lo que, en una primera escucha, pudiera parecer un festín de sonoridades bruitistas, rugosas y extendidas.

En este sentido, una de las cuestiones más interesantes es el balance entre lo instrumental y lo electroacústico (aunque, en último término, la producción tanto de Crossing the Iron Ocean como de Mist-Crawler es enteramente electrónica). Las sucesivas apariciones de violín (en ambas obras) y percusión (en Mist-Crawler) confiere esos puntos de apoyo e inserción en una tradición instrumental que, de este modo, aflora en las dos piezas y que nos da una idea de esa forma de retroalimentar lo electrónico desde la propia impronta de la electroacústica en las técnicas instrumentales a la que antes nos referíamos, afianzando lo aquí escuchado como un paso sustantivo y de verdadera calidad en el rizoma de la evolución artístico-musical (nuevamente, por tanto, lejos de banalidades de tan baja estofa y mal gusto como las que proclaman y componen autores que tan deficientemente entienden el uso y desarrollo tecnológico-musical como los adscritos al Nuevo Conceptualismo).

Roberto Alonso y Marek Poliks, por medio de sus dos ediciones en NEOS y Creotz; respectivamente, Archon y Debris, se sitúan en otras coordenadas afortunadamente bien distintas, en las que la materia musical tiene un peso y un trabajo verdaderamente sólidos, pudiéndose hablar de piezas que tanto deben al antes citado Ramón Souto como a la Música saturada francesa y a las raíces que, desde ellos, conducen a Helmut Lachenmann, Luigi Nono y un largo etcétera; como, en paralelo y de forma interactiva, a los Edgard Varèse, Karlheinz Stockhausen, Iannis Xenakis, Pierre Schaeffer y toda un a proteica línea de diálogo entre instrumentos acústicos y electrónica, ya sea de forma explícita (como proceso físico) o conceptual.

Mist-Crawler es un perfecto ejemplo de ello, con sus sonoridades de campanas tibetanas, tan queridas por Stockhausen, junto a abrasiones y fricciones de los materiales electrónicos que deparan un paisaje más rugoso, una suerte de niebla inextricable (cual las pollockianas) entre las que emergen la percusión y el violín. Las irrupciones de Roberto Alonso, en este sentido, parecen emanadas de un paisaje de tiempo y memoria, cual las de Gidon Kremer en La lontananza nostalgica utopica futura (1988), una obra a la que aquí se da varias vueltas de tuerca a todos los niveles, si bien, dentro del entroncamiento en las corrientes más sólidas de los siglos XX y XXI al que antes nos referíamos, algo que aflora en Mist-Crawler como un marasmo de tiempos y ecos espaciales superpuestos.

Instrumentos, pulsos electrónicos, señales híbridas y estratos de diversas naturalezas acústicas en los que, alcanzado el decimotercer minuto de Mist-Crawler, resuena una voz amenazantemente distorsionada; todo ello se va superponiendo y complejizando en este gran palimpsesto cuyos 20:49 minutos de duración (por los 38:24 de Crossing the Iron Ocean) no dejarán de sorprendernos ni un segundo.

Bienvenidos, por tanto, a la música de un futuro que es ya presente; un futuro en el que uno cree que los instrumentos acústicos tradicionales sí tendrán una presencia destacada, como la propia voz, las formaciones coral-instrumentales al uso, y, sin duda, estos nuevos lenguajes que Archon y Demiurge representan; siempre, eso sí, que se manejen sus potentísimos recursos con criterios artísticos de calidad y excelencia, como aquí es el caso.

Excelencia, asimismo, en los estándares de sonido, con una presencia impresionante en nuestros equipos que es otro de los puntos fuertes de este compacto; cosa que no nos debe extrañar, pues es el propio Marek Poliks quien se ha encargado de la ingeniería de sonido, con el compositor e ingeniero turco (residente en Nueva York) Murat Çolak en la mezcla y el masterizado. Los resultados son acústicamente espectaculares, como las imágenes creadas por Archon para el libreto del disco, de un desgarro y una presencia de la carne propios de Gunther von Hagens y del Wiener Aktionismus, en los que Archon parece haberse 'inspirado', sumándole poética visual, hibridación entre ser humano y máquina, presencia de lo musical y una invitación a la frenética y acelerada danza de un nuevo mundo que, sin duda, está en los albores de sus primeros pasos. Archon nos ayuda a conocerlo algo mejor, así como a cuestionar quiénes somos ante los trascendentales cambios que se avecinan en la creación musical.

A excepción del contenido de terceros y de que se indique lo contrario, éste artículo se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International Licencia.

Share Button