Entrevista de Macarena Montesinos a Joan Gómez Alemany sobre sus partituras gráficas.

Macarena Montesinos
1 abril 2021
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Intervención en Time and Motion Study III de Ferneyhough

Macarena Montesinos: ¿Cuándo entras en contacto con el mundo de las partituras gráficas? ¿Desde cuándo te empiezan a interesar este tipo de obras y cuándo compones tu primera partitura gráfica?

Joan Gómez Alemany: Pues imagino que muy pronto me interesé por las partituras gráficas, no sabría decir cuándo exactamente, aunque sí que puedo decir la fecha exacta en que hice la primera. Fue por febrero del 2017 cuando se celebraba el Festival Impuls en Graz, donde acudí y durante el tiempo libre que tenía escribí mi primera partitura gráfica. Recuerdo la fecha exacta porque esta partitura para clarinete bajo titulada Miirnaetu - Miniature, la escribí para el Festival Mixtur de Barcelona, donde se estrenó el 7 de abril de 2017. Por eso puedo recordar las fechas. A partir de esta partitura, he ido realizando otras esporádicamente. Aunque si entendemos la partitura gráfica más como una obra autónoma y en donde lo plástico (antes que la transmisión de un código de instrucciones) es lo más relevante, diría que mi primera partitura gráfica es la que realicé luego de la anterior, Das Blut von Tristan und Isolde y que la terminé el 14 de septiembre de 2017.

Miirnaetu - Miniature

Desde muy pequeño empecé a dibujar, ya que mi padre estudió bellas artes y nos enseñaba a mi hermano y a mí técnicas de dibujo y pintura, mucho antes que empezara mis estudios musicales. Por eso mi primer contacto con las partituras gráficas correspondería y vendría desde un interés más en lo plástico, que en lo musical y la partitura en sí. Al encontrar cierta belleza en las grafías musicales (aunque fueran de cualquier partitura convencional y no las que solemos entender por partituras gráficas), sin interpretarlas desde el punto de vista funcional, de código musical, sino puramente plástico o gráfico.

M.M.: Al tener una doble formación, cuando compones una partitura gráfica ¿piensas más en el plano sonoro o en el visual? ¿Cómo articulas tu pensamiento? ¿Qué técnicas gráficas o lenguaje eliges y por qué?

J.G.A.: Por todos los trabajos que he ido haciendo, afirmaría que al realizar una partitura gráfica pienso más en lo visual (al menos hasta ahora). Tal vez como me licencié en Bellas Artes y porque con pocas excepciones, el mundo de la música y el conservatorio suele ser (como indica su nombre) conservador; pensar en lo visual me permite una mayor libertad en la experimentación, frente al discurso más rígido y académico que suele dominar en las instituciones musicales. En contra, las artes visuales, sus artistas y su historia, están más vinculadas a los radicales y marginales movimientos de vanguardia, que prácticamente no existen en la música. Ésta, muchas veces por estar estrechamente conectada con lo social y económico (orquestas, salas de concierto, etc.), tiende a repetir modelos y a estancarlos (aunque obviamente hay excepciones).

No suelo tener un pensamiento muy sistemático a la hora de crear una partitura gráfica o cualquier obra. La organización y reflexión suelen venir luego de la creación, que tiende a ser espontánea e intuitiva. Aunque no por ello renuncio a una articulación metódica, organizada y clasificatoria. Esto suele ser un paso inicial en el momento de la elaboración de una obra, creación de apuntes e ideas, para potenciar combinaciones o recursos que la propia experiencia previa, contexto o inercia del material, no ayuda a crear. De todas maneras el método, un pensamiento más racional, científico o deductivo, para mí nunca son un fin en sí mismo y por tanto no limitan la creatividad, el azar, lo intuitivo o la espontaneidad, imposibles de prever y anticipar como para poder controlarlos sistemáticamente (no me interesa ser "un policía de los sonidos o de las imágenes").

En lo que respecta a las técnicas o lenguajes que elijo, como ya he dicho, suelen ser bastante intuitivos y espontáneos, por eso me resulta difícil explicar el por qué de su elección. De todas maneras pensando en ellos, buscando sus vínculos y referencias en las partituras gráficas que he creado hasta ahora, la relación con la pintura es un referente claro. Tal vez porque es uno de los lenguajes que más realicé durante mis estudios en Bellas Artes (junto al cine y la fotografía). De esta me interesa mucho la idea del color, que generalmente está ausente en la partitura gráfica. Justamente por venir y relacionarse más con el campo de lo gráfico, el diseño, la tipografía, etc. que la pintura. Es en este último campo donde yo me identifico más y asimilo sus lenguajes y técnicas, para volcarlos a la "música o la partitura gráfica". Es así como el tipo de "técnicas y gestos" de un Jean Dubuffet, Jackson Pollock, Willem de Kooning, Antoni Tàpies, Franz Kline, Manolo Millares, Cy Twombly, Henri Michaux,  etc. pueden inspirarme a la hora de elegir ciertas técnicas. Otra pintura ya no tan gestual y más "formal-geométrica", también ha sido un referente, sobre todo una cierta pintura o dibujo que se refiere casi explícitamente al "lenguaje visual de la música". Por ejemplo en Pablo Palazuelo y sus obras llamadas DE MÚSICA o su dibujo sobre pentagramas musicales (las consulto ahora en el catálogo titulado no casualmente PALAZUELO Caligrafías musicales). O las "pinturas muy sonoras" (casi podríamos llamar de antecedentes de una "partitura gráfico-pictórica") de František Kupka, por ejemplo Estudio para el lenguaje de las verticales, Teclas de piano, lago y Localización de móviles gráficos. También Paul Klee, que tiene obras con muchas conexiones con la notación musical como VAST (Rosenhafen), Cooling in the Garden of the Torrid Zone y Highway and Byways o el "grafismo" de algunas obras de Kandinsky, por ejemplo Composición 8, otro pintor también muy relacionado con la música.

Intervención en ...da un Divertimento de Sciarrino

Por otro lado, otras técnicas y lenguajes que me interesan y tomo como referentes al pensar la partitura gráfica, es lo que se ha llamado el arte de la impresión (arte del cartel, revista, libro, etc.). A diferencia de la pintura, no es un arte de objeto único y original, sino que posibilita su reproductibilidad en serie (como la fotografía y el cine).Añadiendo además, que generalmente su sentido mecánico, anti-subjetivo y anti-gestual, me sirve como un buen y contrario complemento al tipo de partituras gráficas señaladas anteriormente. Sirve como ejemplo la larga serie de partituras gráficas que hice este febrero del 2021 y titulé Límites de la limitación (en la partitura gráfica). Aquí utilizo el escáner como creador de una partitura digital no física, que muchas veces ya no tiene nada de partitura y es una simple obra visual. De ahí viene la idea de "limitar los límites". También la herramienta digital, el tipo de píxel, color y forma que genera el escáner, como también el sentido del azar y la no predicción del resultado, posibilita una idea más objetiva y distante frente a la partitura de gesto. El azar también ha sido una técnica que me ha dado ideas o resultados, como en mi partitura gráfica DÍPTICO REVERSIBLE,  que surgió de un "error". Por azar se coló un folio ya usado por las dos caras al imprimir una partitura mía. Al ver el resultado, una superposición entre un texto que trataba sobre las artes plásticas (titulado EL CARBÓN por una página y en el reverso LOS LÁPICES DE COLOR) y la partitura (que justamente es la ópera que estoy terminando ahora y es un trabajo muy interdisciplinar entre música, vídeo, fotos, escenario, etc.) me pareció interesante incidir en la superposición de capas, para que la partitura deviniera una mezcla entre texto, partitura y obra plástica. Así que re-imprimí varias veces sobre el mismo folio desde las dos direcciones, para potenciar la idea de la superposición de capas y el reverso. También firmé al revés la página (tomando como referencia el título), además de que volví a imprimir sobre la firma para que la misma impresión la "tapara" incidiendo en las ideas comentadas, e incluir la firma como material de la obra en sí. No como habitualmente se hace, que es una marca externa del  autor y es "exterior" a la obra.

Díptico reversible

M.M.: ¿Qué relación existe entre compositor-intérprete en tus obras? ¿Sueles colaborar con el que va a ser el intérprete de la obra antes o después de la composición?

J.G.A.: La relación entre el intérprete y el compositor, depende bastante del tipo de obra que haga. Pero generalmente es la "habitual", no siempre por elección propia, sino porque muchas veces no conozco al intérprete, no tengo la confianza o vivimos lejos y la colaboración presencial (que es la mejor) no suele ser fácil. De todas maneras cuando he tenido la oportunidad y he podido colaborar cerca con un intérprete, para que sea parte del proceso al escribir una pieza, el resultado suele ser más original y personal. Que cuando simplemente escribo la obra sólo y luego se la entrego al intérprete, como un trabajo cerrado y terminado. Nunca he sido partidario de una separación y jerarquización entre ambos. Además de graduarme en composición, también me gradué en piano, por tanto mi punto de vista también es el de un intérprete y para mí, muchas veces se confunden. El caso de Vinko Globokar o Heinz Holliger que "empezaron" como intérpretes y luego se "convirtieron" a compositores, sin abandonar la primera práctica y que se refleja mucho en su forma de componer (sobre todo en Globokar), es ejemplo a admirar. De igual manera, algunos músicos de jazz, muchas veces se definen a sí mismos también como compositores y no sólo como improvisadores o intérpretes. La creación de fronteras inquebrantables es una actitud propia de los mediocres... Ahora mismo tengo un proyecto para crear una obra en donde se destruyan los límites entre la partitura gráfica, que deviene a su vez una partitura detalladamente escrita en el estilo de la "New Complexity" y en donde la música electrónica a su vez estará basada en las improvisaciones acústicas de los intérpretes. Esto da un ejemplo de mi interés en borrar las clasificaciones y jerarquías que nos vienen dadas (y a veces impuestas), por una tradición muchas veces basada en ideas injustas y falsas.

M.M.: ¿Cómo definirías tus partituras gráficas? ¿Qué grado tienen de indeterminación e improvisación? ¿Suelen ir acompañadas de instrucciones?

J.G.A.: Pues resulta difícil definir algo de lo que deseo que no sea definible... De todas maneras lo intentaré basándome en características generales, que encuentro en las diversas y algo dispares y contrastantes partituras gráficas que he ido realizando. Las clasificaré en grupos y eso ayudará a una definición a su vez concreta y general:

PARTITURA GRÁFICA-INTERPRETATIVA

Este primer grupo se definiría por recurrir a la partitura gráfica con una intención interpretativa, acompañada de claras instrucciones. En este caso el rechazo al uso y limitación de los signos que vienen dados por el programa informático de edición musical (Sibelius o Finale) y también la búsqueda de una potencia visual del gesto escrito y analógico, era la estrategia ideal para crear a partir de la partitura gráfica un tipo de sonido deseado. Es el caso de Miirnaetu - Miniature.

PARTITURA GRÁFICA DE GESTO Y APROPIACIONISMO

Partituras ya escritas por otros compositores (algunas editadas y otras manuscritas), que su apropiacionismo y descontextualización de su uso funcional-interpretativo, hace devenir ahora estas obras en "objetos únicamente visuales". Esta característica es potenciada además a partir de la intervención gráfico-plástico de ellas mediante gestos "analógicos" como rayajos, tachismo, etc. que generan esta modalidad de partitura gráfica. Aquí se incluiría mis obras tituladas:

- Das Blut von Tristan und Isolde
- Intervención en Time and Motion Study III de Ferneyhough
- Intervención en ...da un Divertimento de Sciarrino
- Intervención en Coptic Light de Feldman
- 2 compases de Beat Furrer
- Tríptico Prometeo de Luigi Nono

Tríptico Prometeo de Luigi Nono

PARTITURA GRÁFICA DIGITAL

Partitura gráfica que no tiene origen en lo físico (aunque pueda devenir en ello por su revelado) y es generada digitalmente a partir del escáner o el programa de edición de partituras (el caso de 20 páginas y 9 minutos en una sola mirada = Ich hab' von deiner weißen Hand die Tränen fortgetrunken). Puede ser a su vez el escáner de otra partitura gráfica (por ejemplo una de gesto), el escáner de cualquier material (plástico, cartón, tela, etc.) o la simple luz sin que el escáner contenga nada dentro de él. Es el caso de la serie Límites de la limitación (en la partitura gráfica), que está pensada más como objeto visual, que como partitura gráfica. Pero la anterior está siempre ")entre paréntesis(" y es su límite, referente y negación. Dentro de esta serie a veces la "partitura" dialoga a su vez con otros "códigos semióticos" como son los iconos de señales, los mapas, obras de arte, formularios burocráticos, facturas, calendarios, planos arquitectónicos, etc.

Límites de la limitación (en la partitura gráfica) (2 ejemplos de la serie)

PARTITURA GRÁFICA DE IMPRESIÓN

La partitura se genera a partir de una impresora. No existe previamente como archivo digital ya terminado, ni como único objeto físico producto de una "intervención analógica". Es el resultado de ambos en continuo proceso. Es el caso de Díptico reversible.

PARTITURA GRÁFICA IN SITU O EFÍMERA

Sería el caso de un mural que hice únicamente para un espacio expositivo a partir de partituras manuscritas, partituras gráficas de gesto y partituras editadas por ordenador. Todo junto crea un objeto visual efímero, que se montó y desmontó para la ocasión (aunque podría reconstruirse). La obra que realicé en la Fundación la Posta entraría en este campo.

Partitura gráfica in situ

Estas serían algunas posibles definiciones o clasificaciones que podría señalar de mis partituras gráficas. Pero se podrían realizar otras y conforme cree otras obras, este esquema tendrá que cambiarse seguro. Porque para mí, lo interesante de la partitura gráfica (frente al signo estandarizado y codificado) es su imposibilidad de cerrarla y por tanto su continua transformación. Esto se relaciona con la otra parte de la pregunta que se refiere al grado de indeterminación, improvisación o acompañamiento de instrucciones en la partitura gráfica. Sólo una de ellas tiene instrucciones, que son bastante precisas. De todo el resto no he fijado si pueden ser interpretables o ser utilizadas como material para improvisar. Por supuesto no tendría ningún problema en aceptar una propuesta para utilizar mis partituras como base a una improvisación o interpretación, o la idea de crear unas instrucciones o pautas para que sus signos estén más delimitados. La idea es que la obra sea abierta y su determinación y significado sean múltiples. En ese sentido, podría concluir la pregunta afirmando que el grado de indeterminación e improvisación es muy amplio y variable.

M.M.: ¿Sueles improvisar? Si es así, ¿Qué tipo de lenguaje usas en tus improvisaciones y qué instrumento eliges para hacerlo?

J.G.A.: Sí, la improvisación siempre me ha acompañado desde mis estudios en el piano. Posiblemente ella y su aspecto creativo, es la que me motivó a dedicarme a la composición y abandonar la carrera de intérprete, que en un principio deseaba hacer, pero finalmente la encontré demasiado monótona... (en mi caso particular, seguro que no en la de otros)...

El lenguaje que uso en mis improvisaciones es principalmente el lenguaje de la improvisación libre y muy pocas veces un lenguaje clásico-tonal, pero desde un prisma contemporáneo. El instrumento que primero utilicé fue el piano, pero luego para aprender las técnicas de otros instrumentos y asimilar su sonido para volcarlo en la composición, he tocado y tengo en casa el cello, violín, saxo alto, flauta dulce y dolçaina. También he tocado algo menos (porque eran instrumentos prestados en la Universidad de Graz), el clarinete, flauta baja, trompa y tuba. Por último el órgano también es un instrumento que me gusta mucho y tuve la suerte de realizar algunas improvisaciones en una iglesia y las grabé.

Cuando yo improviso es como un estudio solitario y "análisis táctil, en tiempo real" del instrumento y su sonido. Por ahora no me vería capacitado para improvisar en público y tampoco tengo los suficientes conocimientos de la improvisación como para hacerlo. Para mí, el "lenguaje de la improvisación libre", tiene mucha fuerza y conexión con el tipo de gesto que utilizo en algunas partituras gráficas. Es la música que suelo escuchar cuando he hecho alguna de ellas.

Intervención en Time and Motion Study III de Ferneyhough (detalle)

M.M.: ¿En tus obras hay relación con el juego?

J.G.A.: Desde una primera acepción, no mucho. Pero si se piensa bien y se mira en detalle, seguramente sí. No cabe duda que el trazado caótico, el gesto libre y no constreñido de algunas partituras gráficas, con su espontaneidad, tiene algo del juego (casi infantil). Como también la improvisación, sorpresa, humor, azar, descubrimiento que hay en otras obras mías, se relacionan muy bien con el juego. Al fin y al cabo, como dice Johan Huizinga en su libro Homo ludens  (Hombre que juega), la principal función del juego es aprender. Varios trabajos son sin duda aprendizaje, investigación, creación de formas, explorar nuevas combinaciones y relaciones, etc. La idea de Wittgenstein de los juegos de lenguaje, la he tenido en cuenta al crear alguna pieza.

También en mi opinión, la partitura gráfica tiene mucha relación con el juego desde hace tiempo, por ejemplo en la ""partitura gráfica"" de Satie, Sports et divertissements, esta relación es muy evidente. Como en otras de John Cage como Water Walk, de Sylvano Bussotti o Roman Haubenstock-Ramati.

M.M.: ¿Ves alguna relación o correspondencia entre las partituras gráficas y la improvisación dirigida por señas gestuales? Si es así, ¿cuáles?

J.G.A.: Sí, por supuesto. La primera relación es la que se establece en que son dos modalidades poco codificadas y por tanto pueden interpretarse de forma abierta. La significación o la interpretación de una señal o signo, no está en estos casos (generalmente) sujeta a un estricto sistema de códigos cerrados o manual de instrucciones. No obstante, el tener ya algo dado y limitante (sea una partitura gráfica o alguien dirigiendo por señales), posibilita la interpretación o lectura de la que uno puede derivar y explicar su acción o argumentación, al elegir ciertos elementos y no otros. En ausencia de cualquier limitación, se corre el riesgo de un amorfo todo vale... La dialéctica entre el límite y el no-límite, es lo que posibilita la libertad al crear un camino que puede y tiene que construirse. Ni se cae en la dictadura de todo fijado, ni en el absurdo del no saber qué. Ambas posibilidades en sus extremos son utópicas, porque los límites de una u otra forma, existen. Lo interesante es reconocerlos, aprovecharlos y ser libre de elegirlos y construirlos de la forma adecuada.

Límites de la limitación (en la partitura gráfica) (2 ejemplos de la serie)

Existe una clara correspondencia entre algunas partituras gráficas y las señales de quien dirige. Tienen en común el gesto como vehiculador y creador de la forma. Si pensamos que el gesto a través de la expresión corporal transmite una señal, "forzando los términos", podríamos decir que la música es gesto del sonido y la partitura gráfica una manera de representarlo. Se dice que el gesto es el antecedente de nuestro lenguaje, de la misma manera se dice (de forma ya no tan científica, poética o sensiblera, según se vea...), que la música es una forma pre-lingüística o el lenguaje de las espontáneas e in-mediatas (no mediadas) emociones, afectos y sentimientos, que luego la racionalidad codificó mediante en el lenguaje.

M.M.: ¿Cuál es la pregunta que te hubiera gustado que te hubiera hecho y no te he hecho?

J.G.A.: Tal vez sobre el marco institucional en donde se "suele o se podría inscribir" la partitura gráfica, en referencia al concepto de música, arte sonoro y arte visual. Lo que puede implicar una toma de posición y problematiza el tema de la identidad. En nuestros tiempos, de rápidos cambios, nuevas tecnologías y perspectivas, estos temas están muy presentes. Dónde poder desarrollar, interpretar, exponer o explicar la partitura gráfica, inevitablemente (para bien o para mal) suele condicionar de una u otra manera su creación y resultado. Al fin y al cabo, el ser humano es un ser político (que vive en la polis) y no puede renunciar a ello. Por tanto, se han de pensar estos temas, que en el terreno tan "poco limitable y no muy reconocido" de la partitura gráfica, adquieren cierto interés y actualidad.

Límites de la limitación (en la partitura gráfica) (2 ejemplos de la serie)

¿La partitura gráfica tiene que estar en un museo, en una sala de conciertos, se enseña en una universidad o en un conservatorio, es creada por un artista o por un compositor, pertenece a las artes visuales o a la música, etc.? Son preguntas que denotan dualismos y diferencias que en vez de ser superados, por solidaridad y unión, muchas veces caen en "vulgares racismos y nacionalismos" (metafóricamente hablando). El problema de la clasificación, el control y la identidad, está presente en todos los lugares. Pero de lo que se trata, es de pensar si las obras son buenas o malas, no en qué lugar deben estar. En mi opinión, la partitura gráfica demuestra y ejemplifica las contradicciones que vienen dándose desde hace tiempo y la artificialidad y arbitrariedad de nuestro sistema cultural (que es uno más entre otros, ni mejor ni peor), empeñado en el poder y control disciplinar (tanto en su sentido artístico, como militar, económico, etc.). Las barreras son siempre permeables. Un manuscrito de Bach es también una excelente partitura gráfica, con una inmensa calidad plástica, lo mismo que una partitura de Ferneyhough. Nadie habla de ellas como partituras gráficas, porque no fueron creadas con esta perspectiva. Pero perfectamente desde un punto de vista actual, bien argumentado, podrían serlo. Hay cierta actitud esnob, por parte de algunos músicos (ellos se llaman a sí mismo artistas, porque esta palabra tiene más clase...) que pretenden que sólo la intención, marcos institucionales y actitudes superficiales, sean los verdaderos y últimos significantes de la obra. La conquista del poder y el prestigio simbólico (y cómo no, económico) de las artes visuales que desean algunos artistas sonoros, rechazando el término de música (como algo anticuado y sólo perteneciente a la composición-interpretación y no por ejemplo a las partituras gráficas u otras modalidades más experimentales), sólo demuestra sectarismo, falta de conocimiento y perspectiva histórica. Pudiendo potenciar la solidaridad entre disciplinas, hay algunos que se empeñan en crear nuevas jerarquías. Aún queda mucho trabajo de hibridación, donde no se rechacen ni se opongan diferentes prácticas, sino que se junten y puedan enriquecerse. La "lucha de clases entre lo visual y lo sonoro" sólo demuestra estupidez. Sobre todo en el contexto de una sociedad que ha convertido todo en espectáculo visual, por su rápida, eficaz y fácil imposición de modelos con un claro sentido ideológico-mercantil. El esnobismo de ciertos músicos que les gusta "imitar" el glamour y la imagen de los artistas visuales, es ridícula. La música nunca va a tener el mismo prestigio y presencia que las artes visuales en occidente, porque esta cultura (entre otras cosas) siempre se ha basado en la primacía del ojo frente al oído (ya en tiempos de Aristóteles se decía esto). Pero eso no tiene porque ser malo (por supuesto si uno no está interesado en el poder). Si decía que las instituciones musicales a veces no se dejan llevar tanto por las "últimas tendencias", esto les puede permitir tener cierta distancia crítica y no caer en el esnobismo superficial de la moda, muy presente en ciertos museos, ferias y galerías, donde el mercado del arte (individualista, elitista y clientelar) es muy fuerte. En contra del carácter más social-económico y colectivista de la música, pensada más allá de una relación dual vendedor-comprador. Todo y que esto son generalizaciones. En ambos lugares hay de todo, pero es evidente que en la institución de las artes visuales hay más dinero que en la musical. Eso explica muchas veces el gran interés de la música por coquetear con ese mundillo... El precio y el prestigio de una obra visual (por ejemplo un cuadro) siempre será más alto que cualquier encargo o ganancia de un músico (e incluso los de pop). En nuestros tiempos donde el sistema antiguo de las disciplinas se ha roto definitivamente, es momento para la solidaridad, no para crear otras disciplinas y actitudes que nos hagan volver a caer en errores que deberían estar superados. Instituciones visuales y musicales, deberían unirse y colaborar, en vez de competir por la conquista de los mercados y la lucha por el rango más alto. Lo visual (como el concepto) ha estado en la música desde siempre, con más o menos presencia. La cuestión es crear un buen balance y equilibrio, ya que muchas obras llamadas interdisciplinares, lo tienen todo, pero a la vez flojean en pobreza y falta de conocimiento en todo... La "partitura visual" (más allá de su "frontera gráfica") es un buen lugar, donde la síntesis puede ser de lo más fructífera desde cualquier campo, siempre que su creador apueste por un trabajo inteligente y resistente, que no se deje llevar por la simpleza y superficialidad de los dictados del capital. Tan poco interesado en la creación arriesgada, diferente y comprometida.

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