¡10 ediciones no se celebran cada día! Es por ello que el Festival Mixtur ha preparado un libro conmemorativo en el que diferentes personalidades que han participado en el festival nos hablan de su experiencia y de sus recuerdos.
Para el décimo aniversario el Festival Mixtur ha preparado un libro digital. Este puede consultarse y descargarse de manera gratuita aquí.
Muy brevemente vamos a explicar el libro y así los lectores podrán conocerlo mejor. Los colaboradores del libro mediante entrevistas explican el festival, comentan sus reflexiones, etc. Se señalan ahora todos los participantes en el orden que aparecen en el libro de manera alfabética y organizados por idioma (catalán, castellano e inglés) en tres bloques:
DAVID ALBET
EDUARD BALAGUER
ANNA BOFILL LEVI
AGUSTÍ CHARLES.
LUIS CODERA PUZO
MERCEDES CONDE PONS
NÚRIA GIMÉNEZ-COMAS
MIQUEL GINÉ
MILA RODRÍGUEZ MEDINA
HÈCTOR PARRA
ASSUMPTA VALLS CASANOVAS
URBEZ CAPABLO
RICARDO DESCALZO
EZEQUIEL ESQUENAZI
ANDRÉS HERNÁNDEZ ALBA
RUBÉN LÓPEZ CANO
JOSÉ MANUEL LÓPEZ LÓPEZ
ELENA MENDOZA
LUIS NAÓN
LULA ROMERO
RODRIGO SIGAL
ÁNGEL SORIA DÍAZ
RAMÓN SOUTO CARIDE
CLEMENS HUND-GÖS
DUO HELLQVIST / AMARAL
FRED FRITH
RAUSHAN JUMANIYAZOVA
PANAYIOTIS KOKORAS
BERT PALINCKX
EVAN PARKER
PROXIMA CENTAURI
Junto a los textos de todos estos colaboradores, también hay un texto introductorio escrito por los directores del Festival, y otro en el cual redacto mi participación como coordinador del libro. Como el que redacta este artículo es el mismo que redactó aquel texto, lo incluimos aquí de forma íntegra, porque además es un texto que habla de forma general sobre el libro y su proceso. Para quien esté interesado en conocer este libro, esperamos que le pueda servir como preámbulo:
LA CREACIÓN DE UN LIBRO
El Festival Mixtur es una histórica hazaña digna de respaldar e imitar. Por eso ha sido un honor poder coordinar este libro dedicado a su décimo aniversario. Todo empezó con las primeras reuniones online, hablando sobre qué idea de libro podríamos concebir, quiénes habían acudido y apoyado el festival, qué usos podría tener este trabajo, a quién podría llegar, etc. Seguidamente, como coordinador escribí a los futuros colaboradores del libro explicándoles y haciéndoles la propuesta de participar en este, que por su actual formato digital, viajará de forma libre por el mundo. Con gran estima dedicada a su tarea, el equipo de Mixtur y el que escribe estas líneas a lo largo de meses fue pensando, organizando y redactando, el modesto trabajo que estáis leyendo y viendo ahora. Este en su totalidad quiere ser un pequeño e imposible resumen de la historia del Festival. Sin duda ahora mismo, el que más proyección internacional hay en el estado español y uno de los ya consagrados a nivel mundial. Centenares y miles de personas han pasado por allí y con su experiencia y recuerdos, han tejido tanto su persona como la de los otros. El carácter del Festival siempre abierto y en evolución, fue una de las ideas principales que quisimos reflejar en este libro. Por eso quien lo lea podrá encontrar disparidad de materiales, cada uno con su vida propia y autónoma. Como todos sabemos, los festivales generalmente suelen concentrar muchísimas actividades a la vez, que obliga a elegir unas y no otras. También el carácter internacional de Mixtur inevitablemente hace que una pluralidad de lenguas convivan y se entremezclen, potenciando la riqueza y diversidad cultural. Para este proyecto (a imagen refleja de lo que ocurre en el Festival Mixtur) se ha optado por conservar la lengua original en que los textos fueron escritos por cada uno de sus colaboradores, sin realizar ninguna traducción. También los textos no siguen ningún orden especial (sólo secciones temáticas y en las entrevistas un neutro orden alfabético y lingüístico). El libro puede ser leído desde múltiples direcciones y sentidos, al estilo del paseante errante que muchas veces acude al Festival. Por ello el lector puede elegir unos textos y no otros, en tanto el Festival marca unos límites inevitables dado su contexto y medios en que se realizar, pero luego el visitante tiene toda la libertad en lo posible de disfrutarlo como pueda y quiera. Entre otras razones, es también por eso que la libertad que puede encontrarse en el Festival Mixtur, le ha hecho apostar siempre por músicas no habituales, experimentales, arriesgadas, artes que interaccionan entre ellas, etc. en contra de la convención establecida y la limitada oferta ordinaria. Ese espíritu tan importante y desgraciadamente escaso en nuestro alrededor (musical y no musical), es lo que me dio la idea para que luego de un texto aclaratorio y necesario como el escrito hasta este momento, proponerme escribir otro diferente. Ahora desde un punto de vista más personal, redactando de forma original mi experiencia en el Festival que ha sido muy importante para mi formación y visión de la música y creación actual. A continuación les adjunto aquí un poema en prosa escrito expresamente para este libro y dedicado a los directores del Festival Mixtur, quienes con su constante e inigualable trabajo, se merecen nuestro incondicional apoyo. Esto sin duda se ve reflejado en la gran variedad de colaboradores que han dedicado su estimable (y muchas veces escaso) tiempo para que este libro fuese posible. Por eso el Festival Mixtur ha podido cumplir su décimo aniversario y seguirá por muchos años más creciendo y prosperando.
HACIA EL FESTIVAL MIXTUR, RECUERDOS DE NUESTROS PASADOS PASOS
dedicado a Oliver Rappoport y Oriol Saladrigues
Ya en tóxica nebulosa se nos aparecen los destellos del recuerdo, en que pasos atrás caminábamos hacia la Mística Ermita Mixta. Soltados por el azar celeste en la ciudad de Barcelona, quisimos nuestros estudios de piano terminar. Pero súbitamente algo cambió en el porvenir del firmamento musical. Verdadera epifanía, el Nuevo Sonido se nos apareció como alma ebria de infinito delirio, en donde la mediocridad era aplastada por la más bella y loca creación. Una música tiritando y vibrando nos quemaba la carne de nuestros porosos oídos. ¡Qué gusto haberla descubierto! ¡Qué ensoñación nos producía el abismo de lo nuevo! Pero aquello, en llanto y engaño, no lo encontramos en la Tumba del Conservatorio, sino en otro lugar... Inmensas decepciones entre gilipollas de título universitario, nos topábamos a diario con la rabia superdotada y la cancerígena melancolía. Y lo primero que pensamos fue en pírrica montaña inmoral el infernal conservatorio, y junto a él, a sus profesores que lo fornican y santifican. Un elegíaco incendio de vibraciones aéreas, viejas, casposas y malolientes, no cabe duda que daría como resultado un siniestro y aberrante concierto. Donde las infernales y sádicas llamas harían sonar el viento del harpa, los arcos del cobre y las percusiones del clarinete. Pero no menos interesantes, junto a estos, escucharíamos los siniestros y desesperados gritos de los jefes de departamento y secretarios de finanzas. Así se crearía una obra de arte total, grandiosa y espeluznante, como la melodía del Horror. Esa orgía sonora (en nada desdeñable) no podía compararse con el revolucionario sonido de la Nueva Música. Pero bienaventurados son los miserables desgraciados entre el caos de la ignorancia, porque a veces la mancha es elegida y se torna un Heroico Estandarte. Allí conocimos a nuestro primer Maestro, posteriormente de haber recibido pocas y vergonzosas clases con un anticuado y vejestorio profesor (por eso era tan famoso), que se enorgullecía de haber tenido alumnos de todo el mundo... Pero la mercancía no nos cegó y la rechazamos, ni los curas benedictinos, ni los esnobs benjamines, podían convencernos. En la rancia catedral, blasfemas e insultos quisimos proferir y dedicar, porque estúpidos hay en todo el mundo, pero nuestra respetable educación desgraciadamente tal osadía no nos permitió. Ni la fama (esa necia ramera), ni la integración (esa vulgar aspiración) son nuestros sagrados valores, porque más bien son los del suicidio del perdedor. Las nefastas y crápulas ordas que decoran esos santuarios con hipócritas bloques de miel, nada significan para nosotros. Irrefrenablemente hacia la Nueva Música quisimos y destinábamos encomendarnos de por vida. Sólo de la mano de nuestro Nuevo Maestro (Raptados por su inteligente Confort) podríamos tal meta lograr en aquel tugurio de mala muerte, llamado el Cementerio del Conservatorio Consolatorio (que orgullosamente se autoproclamaba vizco Orfeo). En aquella Viciosa y Licenciosa Academia, no se escuchaba la Lira de los Dioses, sino la pederastia sonora de niños sacrificados. El perfecto y absoluto crimen sería su único remedio, al destilar y purificar la sangre de su sonido. Los Conservadores en sus botes de garbanzos, sólo saben crear blancas casas que mortalmente nos aburren... Pero nosotros adoramos las brillantes casas negras, corroídas por la oscura destrucción poética. Como relicarios y bizantinos tesoros siempre con sus gemas nos acogerán y resguardarán. Compongamos en ellas homéricas óperas de ruidos, gritos y susurros, con su resplandeciente belleza que lo quema todo. Invoquemos la balada de la Nueva Música, las latas de conservas con sardinas, nos hacen vomitar... Así nuestro Maestro en 2016 nos invitó a pasarnos y descubrir el Festival Mixtur. Y allí fervientemente acudimos, hartos y asqueados de escuchar los polvorientos galimatías, con los que nos crucificaban cada día en las Carcelarias aulas. Y como inmortales obreros caminamos hacia la proletaria Fábrica del Festival, construida con harmonías contrapuntísticas, pilares de ritmo, hierro de guitarras y ladrillos de piano. Nuestra hermandad dignamente comulgaba el chasquido de sus máquinas. Para la reacción, la fábrica era inspiración de miedosos y angustiosos dolores. Para la revolución, la fábrica era donde se desangraba y eliminaba a los gorriones. Sorprendidos y estupefactos, los nobles muertos y sus almas venían y nos observaban. Beethoven, nos amaba; Lully, no odiaba... En el Festival Mixtur no escuchábamos una sinfónica matanza de cerdos llenos de piojos con sangre azul. Esa denigrante abominación era para famosos auditorios y ricos teatros de ópera. Los Rossini con sus mezquinas bufonadas y Canallas Canelones, sólo se interesan en hacer de la música un asqueroso negocio. Pero la auténtica Nueva Música detesta y escupe el bochornoso Capital. Con gran poesía le repugna el rentable mercado, porque sus profusas mercancías nos embrutecen con su humillante hedor de flatulencia. Los guiñoles del sonido y su comedia del arte sólo nos hacen reír, por muchos premios y respetos que merezcan por la Estatal Clase Dirigente. Su mayor honradez es su mayor ridículo, no pueden mentirnos y la Historia sumiéndolos en el olvido no los dejará pasar. Repitamos: ¡No pasarán! Ya que la Nueva Música no es del gusto de los gobernantes políticos, y esa palabra, apuñala nuestro corazón... Sólo de poetas sonoros puede levantarse la festividad del Monumental Edificio del Festival. La monárquica zarzuela, la disco-pandereta y el psicodélico pop (la explotable Trinidad), es la única "música" adorada y esnifada por el Real gusto Regidor. Pero la combatiremos con Solidaridad de Oro Salado en esperanzas de Oriente, porque lo extranjero, lo incógnito, es nuestro auténtico Sabor. La combatiremos con los Rasgos Ponderantes de los Olivos, la fortaleza de tus ramas es nuestra verdadera y única Pasión. ¡Dediquemos Odas e Himnos a nuestros Salvadores! Para que la vanguardia sonora de sus esfuerzos y alabanzas, se una y nutra, con y en la Eterna Posteridad.
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