Česká komorní tvorba = Composiciones de cámara checas. Jarmila Svobodová-Žilková, Marta Boháčová, voz. Ludmila Ježová, oboe. Milan Etlík, clarinete. Miloslav Masier, fagot. Miloš Kopecký, clarinete. Miroslav Kejmar, trompeta. Václav Mazáček, Václav Voják, Jiří Svoboda, Vladimír Černý, percusión. Miroslav Langer, piano. Coro de niños de Kühn. Jiří Chvála, director. Prague Duo. Duo Boemi di Praga (Josef Horák - clarinete bajo, Emma Kovárnová – piano). Panton, 8111 0299 (LP, 1983)
Josef Ceremuga: Tři capriccia pro hoboj, klarinet a fagot [3 Caprichos para oboe, clarinete y fagot] (1979). Josef Páleníček: Rybník u dvou sluncí - čtyři pastorely pro dětský sbor a komorní ansámbl na texty Vladimíra Šefla [Estanque de los Dos Soles – cuatro pastorales para coro de niños y conjunto de cámara sobre textos de Vladimir Šefl]. Josef Schreiber: Lidová nokturna pro zpěv, flétnu a harfu [Nocturno folclórico para voz, flauta y arpa] (1963)
Josef Boháč: Zpěvy samoty - miniatury pro zpěv, basklarinet a klavír [Canciones de soledad - miniaturas para voz, clarinete bajo y piano].
Se trata de una interesante colección de música para conjuntos de cámara poco habituales, que presenta obras de algunos compositores checos menos conocidos, piezas que datan de los años sesenta y setenta, y que fueron grabadas en 1982. Josef Ceremuga (1930-2005) nació en Ostrava, donde comenzó sus estudios musicales, y luego fue a la AMU (Academia de Artes Escénicas de Praga), donde fue alumno de Řídký, Dobiáš y Haba. Los Tres Caprichos son bagatelas de buen humor (moderato-lento-allegro vivace) en el estilo que uno esperaría de un quinteto de viento-madera - melódico, cantabile, adecuado a los instrumentos - sin rastro de empujar los límites o un tufillo de vanguardia. Sabrosos bombones.
Anteriormente escribí una reseña del segundo concierto para piano de Josef Páleníček (1914-1991). Su Rybník u dvou sluncí es un conjunto de pastorales que evocan la campiña checa y, en particular, sus estanques de peces (ryba=pez). Bohemia y Moravia están, por supuesto, lejos del mar, y en la Edad Media sus industriosos ciudadanos construyeron al menos 20.000 estanques de peces (no todos han sobrevivido hasta nuestros días). Los oyentes más veteranos quizá conozcan los arreglos vocales de las Voces Búlgaras, una especie de punto intermedio entre la música folclórica pura y la música de concierto moderna. Las pastorales de Páleníček se sitúan en el mismo mapa, con melodías modales y disonancias suaves, y las voces del Coro de Niños de Kühn brillando con un tono hermoso y una entonación cristalina (si le gusta Britten y las voces de los niños, sin duda disfrutará de estas obras). Los poemas (en checo) son del musicólogo y crítico Vladimír Šefl (1924-1988).
El más oscuro de estos personajes es Josef Schreiber (1900-1981), un moravo que estudió composición con Petrželka en Brno y Josef Bohuslav Foerster en Praga, pero que pasó la mayor parte de su carrera como académico en Ostrava y Olomouc, escribiendo una biografía de Dvorak y textos pedagógicos. La mayor parte de su producción compositiva fue, con mucho, música coral. Estos nocturnos están quizá más cerca de la música folclórica que los Páleníček, melodías sencillas (a menudo con el "chasquido escocés" característico de la dicción checa), con la flauta haciendo sombra a la voz (duos de arpa/flauta, aquí hay algo que añadir a su repertorio.
Las Canciones de la soledad de Josef Boháč son seis meditaciones sin palabras (todas menos una, largo o larghetto) para una soprano vocalizadora Marta Boháčová (la esposa del compositor) acompañada por los Due Boemi (el dúo de marido y mujer de Josef Horák y Emma Kovárnová, que actuaron juntos durante cuarenta años, estrenando muchas obras nuevas). El compositor da sensiblemente un descanso a la cantante en los movimientos dos y cuatro para que los Due Boemi pueda tomar el centro de atención.
A excepción del contenido de terceros y de que se indique lo contrario, éste artículo se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International Licencia.