El nuevo director del Museu de la Música de Barcelona, Jordi Alomar, encargado de organizar y llevar a cabo la exposición Ressò. Art sonor i música experimental a Mallorca que dio comienzo el 13 de abril y finalizó el 26 de junio. Hablamos sobre cómo se ha planteado esta muestra.

Sofía Inés Sánchez Naranjo
1 septiembre 2022
Share Button

Esta exposición articulaba un recorrido histórico y artístico que comienza en los años setenta del pasado siglo y se extiende hasta la actualidad, centrándose en el desarrollo y evolución del avant garde musical en la isla de Mallorca. El proyecto tomaba como punto de partida referencial la influencia de la estética de John Cage en la isla. Este enfoque es especialmente interesante puesto que, a pesar de que existe mucha bibliografía relativa a la recepción en España de las vanguardias, en general, y de la vanguardia musical estadounidense, en particular, sí es cierto que existe un sesgo -que, incluso, podríamos considerar en términos geopolíticos- que descentraliza la literatura relativa a los casos particulares de los archipiélagos pertenecientes a España.

En términos históricos, a mediados del siglo XX fue especialmente importante el caso de la Generación del 51 como mediadora de las corrientes experimentales introducidas por figuras como John Cage, siendo reseñable su llegada con la Merce Cunningham Company a finales de la década de los cincuenta. A su llegada, la modernidad musical española se encontraba definida por las técnicas del serialismo integral, por lo que las nuevas corrientes estadounidenses supusieron verdaderos y complejos debates en prensa y para la sociedad. Sin embargo, pocos años más tarde, en torno a 1964, se considera cerrado el período de asimilación –tal como afirma Ángel Medina Álvarez, catedrático de Musicología en la Universidad de Oviedo-. Más tarde, en 1982, en su libro 14 compositores españoles de hoy, Josep María Mestres Quadreny pone en evidencia la introducción de las ideas de aleatoriedad en la década de los años sesenta, lo que también se convierte en una prueba de la adecuación del país a las nuevas tendencias musicales.

Entre todos los sucesos que tuvieron lugar a nivel peninsular e insular, en Mallorca se encontraron figuras como Llorenç Barber o Xavier Carbonell, a quien está dedicada la exposición en homenaje por su fallecimiento este mismo año. Y, como no puede ser de otro modo, las iniciativas que dieron comienzo en la segunda mitad del pasado siglo continuaron evolucionando hasta dar lugar a artistas como Bennàsser-Colom o Montserrat Llabrés. Todos estos músicos y muchos más –un total de 34- tienen cabida en la exposición que tuvo lugar en el Casal Solleric y cuyo nombre no es baladí, puesto que Ressò (“Eco”) parece aludir a las corrientes artísticas que reverberan a lo largo de las décadas, metamorfoseando y adaptando su estética al contexto en que se van desarrollando.

De este modo, Ressò. Art sonor i música experimental a Mallorca ofreció, a partir de una perspectiva didáctica, desde contenido histórico y audiovisual hasta gran cantidad de obras que permitían al espectador la posibilidad de reflexionar y habitar su realidad sonora, desarticulando los límites entre entornos físicos y percepciones sonoras, intercambiando ecosistemas y correspondencias tímbricas o exponiendo complejas innovaciones tecnológicas en el campo de la experimentación sonora, así como conciertos y debates abiertos, todas estas actividades que tuvieron lugar con carácter gratuito.

Para más información relativa a cómo fue esta interesante exposición y la programación que se planteó en esos meses, se puede visitar el siguiente enlace.

A excepción del contenido de terceros y de que se indique lo contrario, éste artículo se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International Licencia.

Share Button