Mesías Maiguashca nació en Quito, la capital de Ecuador, en el año 1938. Se formó en el Conservatorio Nacional de Quito, la Escuela de Música de Rochester, el Centro Latinoamericano de Altos Estudios Musicales del Instituto Torcuato di Tella y los Cursos de Nueva Música de Colonia (donde trabajó con Karlheinz Stockhausen). Realizó producciones en el estudio de música de la WDR de Colonia, en el Centre Européen pour la Recherche Musicale de Metz (en Francia, antigua capital de Lorena), en el IRCAM (Institut de Recherche et Coordination Acoustique/Musique, fundado por Pierre Boulez) de París y en el Zentrum für Kunst und Medien de Karlsruhe. Vive desde 1966 en Friburgo (Alemania), donde creó en 1988 con Roland Breitenfeld el K.O. Studio Freiburg y donde enseñó música electrónica en la Musickchockschule Freiburg desde 1990 hasta 2004 (el año de su jubilación). Algunas de sus obras más importantes son las siguientes:
AYAYAYAY (1971) es el resultado de la experimentación en el Estudio de Música Electrónica de la Radio de Colonia, con los sonidos registrados en su viaje a su tierra natal en 1969 con grabadora en mano (Mesías Maiguashca ya vivía por aquel entonces en Alemania). Allí grabó sonidos de la naturaleza (viento, ríos, animales, lluvia, etc.), ruidos de la ciudad (bullicio del mercado, tráfico de coches, etc.), eventos a los que asistió (actuaciones, emisiones de radio, grabaciones, etc.). Presenta dos aspectos tonales: sobre un tejido abstracto de sonidos electrónicos aparecen imágenes propias de determinados momentos de la vida cotidiana. Esta obra supuso una confrontación de Mesías Maiguashca consigo mismo y la sociedad ecuatoriana de entonces, pues la grabación de todos estos sonidos le recordaron su infancia y juventud y también las divisiones marcadas por la desigualdad entre ricos y pobres, indígenas y no indígenas, explotadores y explotados.
Su disco Oeldorf 8 (1976) fue coeditado por el sello holandés Nea Mousa y la Fundación Hallo de Ecuador. Esta grabación documenta la octava reunión del Grupo Oeldorf, que estaba formado por los compositores e intérpretes Pëter Eótvös, Joachim Krist, Dietrich Fischer, Gabriele Schumacher y el propio Mesías Maiguashca. Desde el año 1971 se reunían cada año para interpretar piezas compuestas por cada uno de ellos en un granero (que aparece en la portada del álbum). Esta obra comienza con una introducción con la voz de Maiguashca en la que proporciona información acerca de la interpretación y del concepto de la obra, que progresivamente van siendo devorada por los sonidos electrónicos errantes, puntillistas… que serán después de 10 minutos invadidos por una masa de tonos sostenidos que van aumentando su intensidad con lentitud. En la segunda parte podemos escuchar sonidos acústicos (de principalmente de instrumentos de cuerda, aunque también viento madera) que se van sucediendo con reposo y tranquilidad, sutileza; hasta que un zumbido de onda ascendente va construyendo un clímax de sonoridad cruda.
La ópera de cámara Los enemigos (1997) encargada y estrenada por el Centro para el Arte y Tecnología de Karlsruhe. Está compuesta para 2 tenores, un trío de cuerdas, 2 clarinetes bajos e instrumentos electrónicos. Cuenta también con la proyección de material audiovisual. Está basado en el cuento El Milagro Secreto de Borges, en el que un hombre llamado Jaromir Hladík es apresado y condenado a muerte por los nazis en 1942. Mientras espera a su turno en el pelotón de fusilamiento escribe una obra teatral llamada Los enemigos para justificar su vida. Le pide a Dios que le de tiempo para poder terminar su obra y sucede un milagro: cuando le disparan los soldados nazis las balas no terminan el curso trazado para alcanzarle y matarle. Se pone entonces a escribir su drama con intensidad y esmero y cuando pone el punto final, las balas reanudan su trayectoria y acaban con la vida del protagonista.
Lo que intenta realizar Maiguashca en esta obra es describir como Jaromir Hladík es capaz de completar la obra Los enemigos en el milisegundo concedido por Dios. Para ello se vale del montaje teatral, la proyección de vídeo, y la combinación de sonidos acústicos con electrónicos. Es una obra que reflexiona acerca de la relatividad de la realidad, pues esta se entiende siempre desde la linealidad de la ley de la causalidad. En cuanto esta ley se pone en duda se difuminan los límites entre el sueño y la realidad. Esto es lo que le ocurre al protagonista cuando le pide ayuda Dios, dando la sensación de que no somos más que peones de ajedrez en manos de un ente desconocido.
En La Canción de la Tierra (2013), inspirada por la obra homónima de Gustav Mahler y la cosmovisión de la tradición andina (a pesar de que ha ido desapareciendo por la imposición de la cultura europea), intenta expresar musicalmente la compresión andina del mundo en forma de alabanza a la naturaleza. Como dice el compositor ecuatoriano en sus propias palabras: “La primera vez que escuché Das Lied von der Erde de Gustav Mahler (hace unos 30 años, como estudiante en Europa), decidí componer también una ‘Canción de La tierra’, por supuesto con un contenido sonoro diferente. Sabemos que nuestra historia, la historia americana, no comienza con el ‘descubrimiento’ y la conquista por parte de los europeos. Sabemos bien que la superposición de la cultura europea sobre la americana la llevó al borde de su destrucción y su desaparición. La filosofía, la religión y las formas de vida europeas se convirtieron en la norma de la vida americana y en varios aspectos todavía lo son. Pero creo que existe una forma específica andina de aprehender el mundo. Ciertamente no puedo describirla, y mucho menos explicarla. ¿Se podría hacerla sonar?”.
La obra está compuesta para los tres elencos del Teatro Sucre de la capital de Ecuador: Orquesta de Instrumentos de Andinos, la Banda Sinfónica Metropolitana de Ecuador y el Coro de la Ciudad de Quito. A estos conjuntos tímbricos se les añade los cuatro objetos sonoros de madera y metal que diseñó el propio Mesías Maiguashca para la ocasión y un “mobile” de madera realizado por su hijo Gabriel Maiguashca. La obra se interpretó en su estreno de 5:00 a 6:00 de la madrugada el día 21 de junio de 2013 (día de la celebración del Inti Raymi, fiesta en honor del Inti, el dios sol), para poder dar la bienvenida al Sol durante su ejecución (en el Palacio de Cristal de Itchimbía, con lo cual su estructura arquitectónica acristalada permitía a los espectadores contemplar el amanecer mientras escuchaban La Canción de la Tierra).
En conclusión, Mesías Maiguashca es un músico imprescindible que ha sabido combinar la idiosincrasia, cosmovisión y sonoridad los pueblos andinos con la más vanguardista y experimental música europea, dando lugar a composiciones únicas que rebosan una extraña belleza fruto de un no menos extraño hibridaje.
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