Con afán de ahondar en las características de la danza moderna y una de sus referentes más importantes, el siguiente trabajo expone una reflexión sobre Lamentation, una de las piezas más importantes del repertorio, un solo de danza estrenado en el año 1930 que fue creado por Martha Graham, pionera de la danza moderna en Estados Unidos.
Lamentation es un solo de danza estrenado en el año 1930 que fue creado por Martha Graham, pionera de la danza moderna en Estados Unidos, con el objetivo de ofrecer una temporada de programas continuados de danza que fuesen representativos de la estética estadounidense y que diesen salida al trabajo creativo relacionado con la danza. Antes de comenzar es necesario hablar de la influencia vanguardista en el momento.
Las artes plásticas, en concreto lo vinculado a lo abstracto, tuvieron un lugar significativo en la generalización estética vinculada al ballet, conformando uno de los grandes acontecimientos de la historia del arte y su aplicación a las diferentes áreas. Cuando se hace referencia a lo abstracto se atiende a cualquier objeto visual o producto artístico que no participa del código canónico establecido por la cultura, estableciendo así una serie de relaciones entre las diferentes disciplinas.
La danza y las artes visuales en la vanguardia conforman un periodo de confluencia en cuanto a colaboración y contaminación recíproca en los objetos artísticos. El siglo XX fue un periodo muy exuberante debido a la cantidad de manifestaciones artísticas, sobre todo desde la perspectiva de los artistas plásticos que se acercan a la danza. Esto dio lugar a producciones escénicas que resultaron muy innovadoras desde una colaboración interdisciplinar, enfocándose en una perspectiva dual: el concepto de obra de arte total de Wagner junto a la teoría de la correspondencia de Baudelaire.
El movimiento artístico se revitaliza, tras la primera Guerra Mundial, por parte de los artistas de vanguardia. El teatro se asentó como principal plataforma de difusión acogiendo la diversidad de las artes en un espacio compartido, y la danza comienza a entenderse como un proyecto interdisciplinar por excelencia con el desarrollo el ballet moderno poniendo el arte de vanguardia a su servicio. Poco a poco la danza comienza a estructurarse de una forma diferente a la que se hacía en el Romanticismo, dejando de lado las temáticas fantásticas y amorosas, la estética etérea y la división en diferentes actos. La danza moderna y sus correspondientes ballets se definían por la puesta en escena, los cambios en la dramaturgia y la reducción a un solo acto. Una de las principales características influenciada en gran medida por los ballets rusos, es la determinación de valores en la danza que hasta el momento se habían evitado, como la recuperación del primitivismo y el acercamiento a diferentes formas de expresión mediante la coreografía.
El teatro se convierte en un espacio social acogiendo la unión entre las diferentes artes, mostrando la divergencia entre estéticas, geometrías corporales y lenguajes expresivos que revolucionan el panorama dancístico, y, fomentan la ruptura con las bases de la danza clásica. La danza se convirtió en una mecánica muy habitual influenciada por las vanguardias plásticas, además de las pioneras en el ámbito; a modo de ejemplo se puede decir que el expresionismo estaba presente en la danza alemana, el constructivismo era puramente ruso, el dadaísmo sueco o el futurismo italiano que terminan por crear sistemas de movimientos determinados para las coreografías.
La consolidación de un arte tan nuevo en la cultura americana en el foco de sus importantes centros culturales y educativos, dio lugar a la importancia basada por el arte de principios, la creación de un nuevo lenguaje y la manifestación de preocupaciones conceptuales propias.
Martha Graham supuso la codificación de un nuevo vocabulario a partir del cual diferentes escuelas y estilos surgirán a lo largo del siglo. La creación de este estilo fue altamente personal y distaba de hilos narrativos, profundizando en la naturaleza femenina con importantes cambios al final de la década. A raíz del conocimiento del pensamiento de una obra de Carl Gustav Jung, Los arquetipos y el inconsciente colectivo (1933-1955), se preocupó por la trascendencia de la mujer en la historia, y gran parte de su repertorio mostraba la figura de la mujer como heroína. Hay que tener en cuenta que a principios del siglo XX se fueron desarrollando búsquedas en cuanto a danza escénica que apostaban por nuevos lenguajes al margen del académico. Sin embargo, no se puede eludir el hecho de que muchos de los creadores que tomaron este camino tenían una formación académica previa. Martha Graham se consolidó como una de las pioneras en la búsqueda de nuevos criterios estéticos ampliando las innovaciones en el ámbito coreográfico.
Ingresó en la escuela de danza Denishawn junto a la también conocida Doris Humphrey. De esta escuela se puede decir que fue fundada por el gimnasta Ted Shawn y Ruth Saint Denis en el año 1915, promoviendo una estética centrada en el estudio del gesto del movimiento humano pero no solamente del cuerpo occidental, sino también mostrando interés en danzas orientales y gestos del movimiento de otras culturas. Con el paso del tiempo la bailarina termina por independizarse profesionalmente y crea una nueva lógica del movimiento con su propia sintaxis, distinta a la del ballet clásico. En el año 1935 se tiene constancia de que la bailarina comenzó a experimentar con nuevas temáticas que estuvieron presente en sus coreografías posteriores, como la mujer pionera e independiente, el folclore americano inspirado en el lejano Oeste o el folclore centro-americano. Coreográficamente hace que la bailarina asuma un papel en el que sea su recuerdo de hechos pasados el motor de la acción y no el hecho en sí; por lo que hace que el tiempo sea subjetivo en tanto que es la heroína la que dicta la duración e intensidad de sus recuerdos y pensamientos. La vitalidad de sus coreografías, la cultura y la lucidez de su propuesta de movimiento hizo que se catapultara como una de las grandes referentes y pioneras del momento; de hecho fue tan relevante que terminó por desarrollar una técnica propia conocida como la técnica Graham. Dicha técnica conformó uno de los principales métodos utilizados en la danza moderna a través de un lenguaje codificado, que pretendía expresar las emociones humanas a través de la plasticidad y la coreografía. Por ejemplo, en el caso de este trabajo, Lamentation recibió el sobrenombre de la danza del dolor, pero no del dolor de una persona, una historia o un recuerdo, sino la personificación del dolor.
Lamentation es un solo de danza moderna coreografiado por Martha Graham que utiliza una pieza musical para piano compuesta en el año 1910 por Zoltan Kodaly, op. 3, No. 2, siendo una de las obras más emblemáticas de la coreógrafa. El estilo musical define una de las primeras obras que se adentra es una fase posromántica que evolucionó en favor de las mezclas y armonías complejas que caracterizarían parte del repertorio de la estética musical del siglo XX. Las tensiones entre intervalos, el color armónico difuso, y una composición musical en base a escalas cromáticas son las protagonistas de este tema y estilo de composición del autor. No se puede hacer referencia a una estabilidad tonal y una claridad sobre el reposo de la melodía en algún tono u otro ya que la oscilación entre notas y escalas es continua.
Martha Graham en Lamentations
A modo de marco teórico, y para comprender porqué danza y música fueron tan relevantes en este periodo, es necesario mencionar a compositores que participaron de las innovaciones que trajo consigo el nuevo movimiento estético y las técnicas compositivas. La música comienza a componerse con diversos sonidos que posteriormente se procesaban y se terminó conformando la denominada música concreta, sin embargo, era la antítesis de la música instrumental abstracta porque se servía de sonidos de la realidad. La música instrumental abstracta es la estética en la que podríamos incluir la obra de Zoltan Kodaly en el que la participación musical se muestra completamente novedosa. Pioneros en estas formas compositivas fueron Pierre Schaeffer y Pierre Henry, cultivando un estilo musical muy literario que con el paso del tiempo comenzó también a adquirir tintes y sonoridades más electrónicos. Podríamos decir que la música se inclina hacia una manipulación sonora intuitiva a la práctica del sonido. La música se vuelve un arte plástico por la tipología de composición tan característica. Más conocidos son aquellos compositores que revolucionaron el panorama escénico con sus producciones pudiendo destacar también las figuras de Igor Stravinski o Sergei Prokofiev, aunque en una línea compositiva diferente.
La tonalidad es el punto de referencia y en este periodo hay una división entre modernistas y atonales, representando una alternativa a la estética romántica, en retirada. Las cuestiones armónicas evolucionan en función de la flexibilidad cromática, y la formalidad es característica de la música europea. Este nuevo grupo de compositores revitalizan las estructuras formales y conceptos globales referentes al sonido. Podemos definir a este tipo de música dentro de un universo sonoro de vanguardias que desarrolla un lenguaje personas como novedoso sin que haya un aporte teórico previo. El agotamiento del proceso romántico y la necesidad de un cambio, generan un camino hacia la desnudez expresiva basada en las tensiones entre intervalos influyendo en la composición posterior.
En cuanto a la danza, es importante destacar en esta técnica que el uso torso es relevante porque muestra el eje central en la expresión de las emociones, aunque también se tiene en cuenta que la coreógrafa hace hincapié en una técnica que no desatendía los principios de tensión y distensión muscular, los movimientos pélvicos y estiramientos completos del cuerpo, o la respiración como enfoque para la liberación de las emociones. Su famosa contracción dio lugar a la importancia de la respiración y a la gravedad como principios de su movimiento, siendo fundamentales en el desarrollo de la técnica que iba a separarse de la elevación y los preceptos clásicos. Hace un uso percutido de los pies que ya se había visto en el expresionismo alemán y marca los movimientos de manera angulosa, alejándose de las formas armoniosas que hasta entonces habían caracterizado la danza. Su escuela evolucionó a lo largo del tiempo y Martha Graham cambió radicalmente la estética de la danza; no solo dio lugar a un nuevo lenguaje y una forma diferente de bailar, sino que además tuvo la capacidad de regularlo y codificarlo para que su trabajo no fuese en vano. Su importancia fue rápidamente comprendida por sus sucesores y la danza moderna fue evolucionando hacia una técnica plenamente desarrollada, capaz de adaptarse a diversas interpretaciones.
Lo anteriormente mencionado tiene un gran vínculo con la música de vanguardia ya que se dejan de lado las formas estructurales canónicas en favor de nuevas formas de composición. La música electrónica, electro-acústica y los nuevos géneros musicales se abren paso para unirse a la danza moderna en una renovación artística completa. En el año 1930 Martha Graham crea un solo llamado Lamentation, inspirado en una escultura de Ernst Barlach, expresionista alemán. Esta coreografía explora temas que iban a perdurar durante la trayectoria de la artista, sobre todo el tema de la mujer generadora de vida junto a la importancia del vestuario que se aleja de las fantasías clásicas que expresaba Isadora Duncan o del orientalismo de Saint-Denis. Es una pieza que dura menos de cuatro minutos y muestra la personificación del dolor.
Dentro de su contexto artístico supone una ruptura con lo anterior porque la bailarina está sentada sobre un banco en lugar de estar de pie. La coreografía se basa en ejecutar diagonales enseñando formas asimétricas en contraposición a las formas a las que acostumbraba la danza hasta ese momento, simbolizando la sonoridad musical; del mismo modo que se rompe la tradición de la coreografía, la tradición musical también se rompe en favor de una música mucho más incisiva.
A través de la coreografía y la música se quiere mostrar la energía y la distorsión que produce el dolor mediante formas, líneas visibles y sonoridades. Sigue un orden progresivo y se puede observar cómo la pieza comienza con la bailarina sacudiendo su cabeza de un lado a otro, siguiendo el movimiento con los pies y terminar con balanceos y torsiones; a medida que avanza la coreografía, la intensidad lo hace con ella y al personificar el dolor, los movimientos se vuelven más amplios acompañado por la música. El rostro de la bailarina es inexpresivo y por eso los movimientos y los sonidos enmarcan la carga expresiva de la misma.
Se puede observar que la contracción es el principal fundamento de la coreografía y la sonoridad estridente el musical, teniendo su génesis en cómo el dolor y el sufrimiento se manifiestan en el cuerpo humano. El movimiento se inicia en la pelvis y se expande por todo el cuerpo alargando todo lo posible las extensiones, siempre manteniendo una alineación entre cabeza y cuello con la columna vertebral; en cada contracción se realiza una exhalación, coincidiendo con los puntos de reposo de la música.
La música transmite un deseo de huida y poder escapar al dolor que puede estar representado por la danza. Con la coreografía y el sonido se expone el sufrimiento de un cuerpo que se lamenta como consecuencia de su encarcelamiento, queriendo escapar continuamente. La expresividad es notable en esta pieza mediante los movimientos angulares y los movimientos descritos anteriormente que no se trasladan al escenario, sino que están en el propio cuerpo de la ejecutante. Lo espectacular de Lamentation es que se cumple con el hecho de transmitir el dolor y la agonía a pesar de que no haya un desplazamiento por el espacio o expresiones faciales.
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