Carta abierta (originariamente un correo electrónico) dirigido a mi amigo Paco Yáñez. En el que se comenta su reseña sobre el CD titulado Big Data, editado por la discográfica Wergo e interpretado por decoder ensemble. Se tratará de "reseñar la reseña" escribiendo sobre la música actual, influenciada por la actual tecnología y la sociedad de consumo. Dado que el origen de este artículo es epistolar, no se han omitido los "recursos formales" de este género, para que el lector se aproxime a este tema de manera más literaria y diferente, frente al artículo ordinario.

CARTA ABIERTA
Querido Paco.
Ya he leído tu excelente reseña al CD de big data.
No una simple reseña, sino también un agudo diagnóstico de nuestra contemporaneidad artística y social. Sólo voy a hablar de ello, porque si empiezo a hablar de las otras cosas de tus correos anteriores, este será enorme, me ha llevado ya varias horas (muy agradables) y tengo que ponerme a trabajar (las "deadlines" no me permiten "entretenerme en cosas agradables"). Los días deberían tener 50h, no 24h... Mi "reseña" del disco que voy a hacer, obviamente es personal, una opinión más. Creo que tu valoración sobre big data es formal y positiva, sin duda el CD tiene cosas interesantes, pero yo le veo más malas que buenas. Para mi gusto en tus comentarios hay demasiada inteligencia, lo valoras demasiado bien! O tal vez, mi inteligencia no me da para tanto y tú ves cosas de las que yo no soy capaz de ver... Voy comentando por apartados. La obra que más me extenderé y a la que veo más pegas, es la de Brigitta Muntendorf. La de Stefan Prins, me parece la mejor del disco. En casi todo lo que dices estoy de acuerdo contigo, en pocas cosas no. Casualidad, la primera idea que apuntas (al menos como la entiendo) no la veo. big data, no me "recuerda" la manera en que citan los compositores que comentas:
[...] una inmersión que va de la fascinación al distanciamiento crítico, y cuya prolija hibridación de estilos nos recordará a tantas ya sidas en los últimos siglos, desde la presencia de la música popular en Joseph Haydn a la del rock en Frank Zappa, pasando por Gustav Mahler, George Gershwin, John Zorn y tantos otros.
Creo que en la hibridación de big data se juega algo diferente a la de los compositores anteriores (Zappa y Zorn no los conozco bien, pero sí Haydn, Mahler y Gershwin). En los anteriores, los compositores aunque tuviesen las actitudes que comentas (fascinación, distanciamiento crítico, etc.), no por ello faltaba una gran admiración y respeto del material tratado (que no excluye el humor y lo sarcástico, hay que recordar la inteligente frase de Kierkegaard, que cito de memoria, no hay nada más serio, que la risa). Incluso en una pieza (para mí interesante) que llega a matar a Bach por amor (Killing Bach de Fillidei), se puede sentir ese sentimiento y respeto al citado, aunque sea matándolo (un acto típicamente surrealista, porque el "surrealismo, es también un existencialismo"). Ya que la relación que se establece entre el citador y el citado, sigue siendo humana y no maquinal, ni artificial (es decir industrial y administrada-programada). big data es la vanguardia de lo tecno, yo allí no veo ningún lado humano, "todo es número y datos digitales". Al menos antiguamente no se había llegado al actual radicalismo artificial y grado de enajenación. Por este camino, el futuro nos espera lo peor... Cuando algo llega al nivel de control y encorsetamiento que la tecnología necesita para su funcionamiento (y por ello todo lo tecno inevitablemente absorbe estos "ideales"), deja de existir el respeto y la admiración. Ya que allí la única existencia posible es "un producto plastificado de supermercado". Es en ese sentido, la música popular que Haydn escuchaba y le influenciaba, no es comparable y aplicable a la música pop de hoy (u otras músicas de consumo y entretenimiento). La música pop es una música simple, vulgar y llanamente comercial, administrada por el capitalismo de la industria cultural. No es un campesino que se le ocurre una melodía y empieza a cantarla, o un antiguo minero que para acompañar su ritmo de trabajo canta (por ejemplo de ahí nace el canto de las minas flamenco, que es canto auténticamente popular). Hay poco de "popular" en las "fábricas industriales" (estudios con sus managers y businessman) donde se produce la música pop (ejemplo paradigmático, los Beatles). Ideológicamente el capital llama a la música pop, popular, por la misma razón que en el tetrabrik de leche que nos venden, en la etiqueta vemos a unas vacas felices y libres en el campo. Cuando en realidad están encarceladas en una fábrica obligadas a producir leche, como una esclava, loca y explotada ramera... La ideología se encarga de esconder la auténtica realidad de la producción material. En el mundo antiguo, el auténticamente popular (el del buen flamenco, la música austríaca que escuchaban Haydn y Mahler, seguramente de orígenes campesinos, etc.), los pueblos son libres, ya que no están aún plenamente administrados y racionalizados, como en los actuales Estados-Empresa. En nuestro mundo, el de la ordenación sistemática y eficaz que obliga el proceso de producción capitalista, la libertad es falsa. Pero esa falsedad libertaria se utiliza propagandísticamente para esconder la abominable realidad de la explotación. Que no suene romántico este punto de vista porque sea una generalización, y como toda generalización, simplifica las cosas y de esa manera suena algo idílico y nostálgico. Pero hay un cambio de paradigma entre el mundo pre-moderno y no industrial de la música popular, y el mundo moderno, industrial o post-industrial de la música pop. La actual sociedad de los servicios y el consumo, cambia la fábrica por la oficina y el centro comercial; el trabajador-obrero, por el trabajador-consumidor; la sociedad jerárquica y colonial, por la imagen del famoseo espectacular neo-colonizador, permisivo e integrador; etc. Industrial, post-industrial; modernidad, posmodermidad; muchas veces estas dicotomías funcionan como trampas conceptuales, para hacer creer a la gente, lo que realmente no es. Es decir, lo que siempre ha hecho la propaganda, "engañar supuestamente con aires de verdad". Las democracias burguesas de la sociedad de consumo, tienen mucho en común con la sociedad nazi, Goebbels nos lo enseña muy bien, dice: Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad.
Continúo con tu reseña, escribes:
Conceptualismo-pastiche— nos ofrecía, amparado por los exordios teóricos de su colega Harry Lehmann, un buen ejemplo de que para los «nuevos conceptualistas» (así se define la pandilla de Kreidler) el presente y el futuro de la composición no pasan por los instrumentos tradicionales (para ellos, restos de un pasado burgués), sino por los archivos digitales disponibles en internet, con su marasmo de sonoridades, orígenes y formas diversas (incluidas las más pestíferas y horrísonas)...
Kreidler (como su amigo Lehmann) es un completo hipócrita... Que diga que por tocar el violín, te conviertes en burgués... ¿Y cuál es el origen de internet? ¿Quién maneja los cables allí? ¿A caso internet no nace del rico complejo industrial-militar USA? ¿A caso Facebook no se ha creado en el complejo industrial-académico de las universidades USA? Está muy claro que el concepto burgués de Kreidler (y su pandilla) es tan superficial y neutro, que la misma burguesía lo alaba y lo promociona, para "travestirse de izquierdista". Hay que tener en cuenta que ser un "punky rebelde", vende más que ser un conformista. Justamente ellos son la "crítica anti-sistema", que más favorece al sistema, y supuestamente le da una imagen de demócrata y pluralista. ¿A caso USA (como dice el "eslogan") es la tierra de la libertad y las oportunidades? Las respuestas son tan obvias, que es una pérdida de tiempo responderlas...
Parte de su fuerza proviene de su coherencia, y es que en este tipo de composiciones intertextuales, tan habitualmente entramadas a modo de collages, es frecuente el caer —como veremos en el caso de la segunda partitura de este compacto— en la dispersión y en la falta de unidad; y ejemplos ilustres tenemos de excelencia compositiva a lo largo de las últimas décadas de piezas creadas por medio de citas o inserción de músicas de diversos orígenes, ya sea la Sinfonia (1968) de Luciano Berio o el magno Requiem für einen jungen Dichter (1967-69), de Bernd Alois Zimmermann. Ambas genialidades comparten esa fuerte unidad, a pesar de la profusa disparidad estilística y formal de sus elementos constituyentes;
Una observación Paco, realmente interesante. Grandísimas obras. A escoger, elijo la de Zimmerman, que me parece realmente buena. Lástima que sea un compositor poco conocido y citado, sobretodo se suele reducir a la zona germánica. Entre las razones que diría, son porque no tuvo una vida mediática y "comercial" al estilo de Pierre Boulez, su trágica y prematura muerte, su actitud política y desdén al mundo, entre otras cosas, hacen que su nombre se cite poco. A diferencia de Boulez que está en todas partes (aunque cada vez menos), su música no le llega ni a la de los zapatos de Zimmerman.
Ante tal acechanza y cacofonía, PLAY ME back and forth nos propone la búsqueda de una estabilidad tan compleja como necesaria en estos tiempos de líquida volatilidad; unos tiempos en los que la hiperestimulación por parte de dichos medios se ha convertido (incluso, durante esta pandemia) en una constante que dificulta el encuentro con quien cada uno de nosotros pueda ser y sea.
Hay algo que delata mucho la estética y orígenes de esta obra. La sensualidad de la voz, muy del pop y la forma en que se vende cualquier mercancía, hoy totalmente sexualizada. La publicidad que cada día nos escupen en la calle, nos enseña que la ultra fetichización de la mercancía es la estrategia más eficiente de venta, por eso hoy el sexo ocupa la totalidad de las esferas sociales. El título de la pieza, PLAY ME back and forth, raya una ambigüedad, que no es irónica en el sentido noble de la palabra, sino yo tildaría de cínica. Es decir, el que se mofa de todo, imitando lo más vulgar, sin saber porque, ni le importa, ni se lo pregunta, etc. En resumen, el nihilismo de poca monta. Te recomiendo la excelente tesis doctoral que hizo Kierkegaard llamada Sobre el concepto de ironía en constante referencia a Sócrates (que repasa este concepto desde Sócrates, pasando por los románticos y llegando hasta él). PLAY ME back and forth es un título que juzgando la obra superficialmente como lo estoy haciendo, raya la estupidez máxima. Su título (como es de esperar, en idioma USA) podría ser perfectamente el nombre de la APP de un puticlub... La metáfora sexual del título, es más que evidente y en tiempos de "feminismo dictado por el Estado" y convertido en ideología oficial, una mujer (Brigitta Muntendorf, la compositora) debería ir con cuidado, al convertir a la mujer en objeto que hay que explotar... Sexualizando y convirtiendo su obra en una sucia mercancía, de la manera en que lo hace (la voz de la pieza, como no, tenía que ser de mujer al estilo de Madona), aquello raya lo siniestro, además de cinismo hipócrita. Lo que hace el Estado (el monstruo más frío que existe en palabras de Nietzsche) y sus servidores, poco interés tiene... Del texto de la letra, no sé nada, pero creo que tampoco vale la pena molestarse en averiguarlo. Si la obra es superficial (y es mi opinión), no merece más que un juicio superficial. No puede haber un juicio profundo, donde sólo hay superficie y estupidez...
El vídeo que "acompaña" la música de PLAY ME back and forth Y es malísimo en abundancia... Un cliché detrás de otro, en la forma de hacer vídeos entre los adolescentes progres. No por casualidad, el pasto fácil de la manipulación y explotación ideológica, además de que este tipo de propuestas y ensembles siempre son todos de "New Generation". En este vídeo no encontraremos ni una sola influencia de los grandes cineasta, como un Tarkovski, un Straub-Huillet, un Paradjanov, etc. Simplemente porque quien hace el vídeo, no tiene ni idea de quiénes son y si ha visto alguno de ellos (que lo dudo), no ha entendido lo más mínimo...
La compositora escribe la nota de programa de su obra directamente y sólo en la lengua Imperial, aunque "realmente la suya" sea otra. Citemos:
TEXTO ORIGNAL (VER TRADUCCIÓN BAJO) : One of the deepest impacts of digital culture on our self-reception is the revealing our own (physical) artificiality. Virtuality as a simulation of our "reality" discovers and creates social necessities and human needs by establishing new categories of contact with us and with others as well as new categories of acceptance and recognition of otherness - irrespective of whether resulting phenomena are constructive or destructive.
The text for play me back and forth was written by the Berlinbased author Michael Ebmeyer. The piece was composed for Decoder ensemble.
Brigitta Muntendorf
TRADUCCIÓN: Uno de los impactos más profundos de la cultura digital en nuestra autorrecepción es revelar nuestra propia artificialidad (física). La virtualidad como simulación de nuestra "realidad" descubre y crea necesidades sociales y necesidades humanas al establecer nuevas categorías de contacto con nosotros y con los demás, así como nuevas categorías de aceptación y reconocimiento de la alteridad, independientemente de que los fenómenos resultantes sean constructivos o destructivos.
El texto para play me back and forth fue escrito por el autor con sede en Berlín Michael Ebmeyer. La pieza fue compuesta para el conjunto Decoder.
Brigitta Muntendorf
¿Nuestra realidad (física) es artificial? Vaya... Para el comercio digital, no cabe duda que esto es todo un progreso (técnico y moral) y una gran comodidad. Eso de que las mercancías sean físicas, siempre ha sido muy engorroso y además con costes extra! Eso de que crear nuevas categorías... ¿ Muntendorf está hablando de Immanuel Kant o de Facebook e Instagram? ¿Aceptación y reconocimiento de la alteridad, de qué tipo? Porque algo sabemos, la revolución digital y la globalización es la forma más homogeneizadora que se ha conocido nunca en la historia de la humanidad. La cultura capitalista (la cultura del imperialismo USA), está hoy neo-colonizando todo los rincones del planeta a la velocidad de la luz (telefonía móvil, internet, TV, etc.). Pero llegamos a la " importante tesis" del texto. Muntendorf escribe: independientemente de que los fenómenos resultantes sean constructivos o destructivos. ¿Cómo... qué quiere decir esto... independientemente...? Por lo que parece hay gente que se cree Dios, independiente de todos los cambios, sean positivos o negativos... Ellos están en las nubes observando de "forma independiente" el mundo y por ello pueden juzgarlo de "forma objetiva" y como no, para que "dé el pego", expresan sus reflexiones con el lenguaje y la retórica académica. La filosofía de la Historia que procesa gente como Muntendorf, dicen estar más allá del bien y el mal de los efectos de la revolución digital. Ellos utilizan los frutos de esa revolución (eso está muy claro), pero no en sentido constructivo o destructivo! Palabras y palabras... ¿Cuántos discursos se han escrito, tan huecos y llenos de pomposos conceptos que no refieren a nada? La misma acción de ese tipo gente (sus palabras son engañosas y no nos dicen nada, pero sus actos no pueden engañarnos) son claramente promotores de utilizar una tecnología en el estilo de la sociedad de consumo. Es tan fácil de constatar esto, como que pagan grandes cantidades de dinero para poder utilizarla y solo hay que observar cómo la usan. Que luego vayan de una izquierda cool y progre porque mola más y está mejor visto, que ser de la rancia y conservadora derecha, es simplemente una bufonada ridícula...
Resumiendo, básicamente Brigitta lo único que dice en la nota de programa de su obra (con un lenguaje conceptual muy "intelectual", ya que de alguna manera tiene que demostrar el caché de sus estudios universitarios), es que ella constata una realidad cambiante (la revolución digital y sus consecuencias). No se necesita ser un analista de primera para entender que implica la "revolución digital", la cosa es más que evidente... No lo olvidemos, un cambio creado por los intereses del capitalismo global y los promotores de la tecnología informática, internet, móviles, etc. "Productos" que no los inventa el pueblo o las personas de la calle, sino los servidores de las grandes compañías (una minoría privilegiada que administra este mundo para explotarlo conforme a sus intereses). La constatación no crítica, ya que Brigitta está "más allá del bien y el mal", demuestra sin engañarnos que está claramente influenciada por la "hipócrita nueva situación digital". Es decir, Brigitta es una alienada, es decir un servidora del capital, es decir, una consumidora pasiva, que consume las ideas y productos que por "arte de magia", aparecen bien preparaditos en las estanterías físicas o digitales de los grandes almacenes (sea el supermercado o el Big Data). Concluyendo, Muntendorf y su gente no merecen ningún respeto y hay que criticarlos, porque su estrategia política es la negación de la auténtica pluralidad democrática, la oposición y la diferencia, por querer sucumbir e imponer (aunque sea de forma escondida) el imperialista pensamiento único.
Retomando el análisis de la obra, la estrategia del vídeo que "acompaña" la música (por no decir que en el ambiente moda, es siempre la "música" quien acompaña al vídeo), es típica de la hiperestimulación del centro comercial o la discoteca (poco se diferencian el uno del otro). Escuchar un solo sonido, les aburre a esa gente tan hiperactiva! La sobredosis, es su meta artística... En referencia a lo que escribes que la obra tiene la intención de crear la búsqueda de una estabilidad, yo diría todo lo contrario. PLAY ME back and forth, desde mi punto de vista no pretende lo más mínimo una búsqueda de estabilidad. El alienado fluye conforme los rápidos cambios de la moda. Ya que toma la realidad existente (en nuestro caso la efímera sociedad del espectáculo), sin cuestionarla ni criticarla, simplemente la acepta de forma conformista. Puede aceptar la crítica que estimulan los Aparatos Ideológicos de Estado (en expresión de Althusser), pero no la crítica auténtica que se opone al Estado y su ideología (en expresión de la Escuela de Frankfurt, la de la teoría crítica). Como alienados que son (aunque están en el plano privilegiado y aristocrático del intelectualoide de la música contemporánea) simplemente imitan la realidad a la que se alienan. Es decir, la realidad capitalista de caducidad programada con su irracional y absurda dictadura de mercado. El que resiste a esa realidad, crea y potencia su propio mundo para enfrentarlo al injusto capital y poder sobrevivirle o golpearle con sus propias armas. Por ejemplo, como tus interesantes palabras sobre la búsqueda de una estabilidad tan compleja como necesaria en estos tiempos de líquida volatilidad.
En referencia a la sexualización de la música, cuando el 2018 fui a Darmstadt, uno de los conciertos organizados tenía el título de "Sexo y música". Normalmente había 3 conciertos al día, previsiblemente el último era ese y se celebraba por la noche (al estilo del "Night Club"). Luego de tragarme el primero, que fue una absoluta mierda, y en el segundo directamente me fui a los pocos minutos de empezar (no me apetecía perder el tiempo otra vez), al tercero ni acudí (me quedé leyendo en el hotel) sabiendo que no me iba a encontrar una sorpresa agradable, escuchando buena música. Pues el "Night Club" con un encargo por el "prestigioso" Instituto para la Nueva Música de Darmstadt (lo que comúnmente se conoce como el Festival de Darmstadt), iba dirigido a Kreidler. Su estreno fue la pieza más comentada durante el Festival. Por lo que me dijo la gente que acudió, era un vídeo en el que aparecía Kreidler (en pelotas con un buen rabo empinado, al lado de dos "stripe-girls") tocando el piano imitando y mofándose de Glenn Gould, y a veces enseñando su ano muy cerca del objetivo de la cámara. La metáfora es evidente... Ahí tenemos la "línea dura y vanguardista" del Festival. Por suerte no me ensucié los ojos (para esos "creadores", los oídos están pasados de moda) con esa inmundicia... En el festival hay otras cosas interesantes (pocas excepciones que confirman la regla), pero eso es lo que se "vende" como la nueva Nueva Música de hoy. Como comprenderás, después de "acudir al prestigioso Darmstadt" del que ha salido lo mejor de lo mejor, mi decepción del Festival fue enorme...
Pero volviendo a la reseña ¿por qué el ensemble Decoder no se vende a los grandes escenarios de la música pop? Harían mucho negocio y tendrían un gran público, pero es verdad que prefieren estar en la música contemporánea que tiene mucha clase, y claro, el pop es para el vulgo... Sin duda el trailer del festival donde participan (Big Data Weekend), es muy de la "estética pop". Uno siente verdadero horror por los "monstruos" que lo protagonizan, serían perfectos para salir en un reality-show de la TV, estoy seguro que tendrían un gran éxito (y grandes honorarios y premios). Las personas que se muestran allí de esa forma tan descarnada y desnuda (el desnudo no siempre ha de ser literal), tienen algo de siniestro... Según la teoría del psicoanálisis de Freud (mis muy escasos conocimientos en ello me dicen que el psicoanálisis de Lacan va por otros senderos, como el de Deleuze-Guattari), la simbolización es el proceso donde lo siniestro es humanizado para que pueda existir el sujeto y la cultura. Las fuerzas que habitan el inconsciente si no son simbolizadas, provocan la destrucción, es decir, la "desnudez psicótica". Generalizando, el arte clásico (sobretodo el religioso), sirvió para este fin de forma muy clara, el arte moderno para romper este fin (aun conservando en terminología de Theodor W. Adorno su momento de verdad, y por eso en tensa relación dialéctica). El arte (por decirlo con la coletilla de siempre) posmoderno, perdería el momento dialéctico por renunciar al pasado y convertirlo todo en desnuda mercancía sin sentido. Hay una frase de Debord que me gusta mucho (cito de memoria, por tanto a lo mejor no es así exactamente), cuando la mercancía llega a lo abominable, lo abominable en sí, se convierte en mercancía del libro, La Sociedad del espectáculo, finales de los 60. Hoy 2021, casi 60 años después, lo de los 60 se ha extremado, intensificado y expandido de forma asquerosa... Continúo con tu reseña:
Únicamente escuchando con mucho sentido del humor Lied mit Chor: "Nachtigall mit Melodei" podremos tomar cierta distancia e, incluso, tomárnoslo como un ejercicio de rastreo y muestreo de la diversidad estilística tan propia de los medio de (in)comunicación e internet: posibilidades cuyo mayor interés residiría, ya, en lo sociológico, más que en lo propiamente musical, ámbito en el que a esta partitura le queda mucho para poder ser considerada una obra de enjundia.
¡Muy bueno lo que dices! Yo esta obra no pude ni terminarla...
Tras lo escuchado en Lied mit Chor: "Nachtigall mit Melodei", hasta un compositor tan heterogéneo como el belga Stefan Prins (Kortrijk, 1979) nos sonará con un monolitismo digno de Anton Bruckner.
Lo mismo opino! Prins comparado con el otro, se parece a nuestro venerado Bruckner. Continuas escribiendo:
Prins se entronca con el pensamiento de un compositor al que tanto debe como Helmut Lachenmann, cuando en los ensayos de sus obras el alemán dice a los músicos que sufren «deformación profesional» a causa de sus muchos años en los conservatorios. Aquí, esa «deformación» es sometida a un nuevo aprendizaje del instrumento, así como de su relación con la fisicidad del músico: reinventada como lo es una música que nos sitúa de lleno en un siglo XXI del que Stefan Prins se ha convertido en uno de sus mayores exponentes en el ámbito de la nueva música. Hände ohne Orte nos ofrece una estupenda posibilidad de comprobar hasta qué punto hay un lenguaje, un estilo y una unidad subyacentes (ya no sólo en esta pieza, sino con respecto —como hemos visto anteriormente— a otras de su catálogo) en la música del compositor belga.
Es muy muy interesante tu observación Paco. Estuve en el Festival Ensems del 2019 en una conferencia de Prins y lo primero que citó fue a Lachenmann y su idea de recontextualizar un instrumento, como si fuese uno nuevo y diferente al ordinario. Pero a diferencia de Lachenmann, Prins lo lleva al terreno del tecno y dudo que Lachenmann tenía esa intención... Otra de sus referencias era que Beethoven con su Hammerklavier participaba de la tecnología más avanzada de su época (como hacen los compositores tecno de hoy en día), ya que esta sonata fue escrita para un nuevo modelo de piano de martillos (de ahí viene el nombre Hammerklavier). Yo creo que este razonamiento es un abuso y no me parece muy verdadero, pero el tiempo dirá... Dudo que la tecnología analógica del piano de la época de Beethoven, pueda compararse y tenga una relación estrecha con las últimas revoluciones tecnológicas que se incluyen en las composiciones de "la vanguardia actual" (este tipo de comparaciones se parecen mucho a las ya comentadas entre la música popular y la música pop). Según esa lógica, el piano Hammerklavier ha dado paso a incluir nuevos instrumentos en las composiciones contemporáneas, como el último iphone, un nuevo software, un super circuito de chips, etc. Pero hay que tener muy en cuenta que lo digital nadie (salvo los expertos) sabe realmente cómo funciona (aquello tiene más de "magia", que de "técnica") y en ese sentido es por esencia alienable, ya que sus usuarios para utilizarlo han de "creer" en esos "artefactos". Esto no ocurre con la tecnología analógica (como los pianos), que por muy complejos que puedan ser, su sistema mecánico y artificial de funcionamiento es entendible (incluso para los profanos). Además la adaptabilidad y evolución de la tecnología antigua a una nueva (por ejemplo del clave a los pianos actuales), no resulta tan vertiginosa y rupturista, como los últimos inventos actuales que se suceden de forma muy acelerada y se crean muchas veces para ser incompatibles con los anteriores (por razones puramente comerciales). El tiempo dirá si la historia de la música incluirá "la nueva tecnología actual como nuevos instrumentos"... O simplemente estas composiciones (como su tecnología conscientemente fabricada para que caduque) caducarán también y serán olvidadas... Obviamente Prins tienen todo el derecho a realizar las lecturas del pensamiento de Lachenmann o Beethoven que quiera. La otra cosa es si de verdad ha entendido su pensamiento y obra en su totalidad y profundidad, y no sólo en el aspecto particular y parcial que le interesa. Sobre todo si al citar a una persona, no sólo se citan sus palabras, sino también se utilizan para propio beneficio (tal vez no correspondido), como por ejemplo el prestigio que Lachenmann ha obtenido merecidamente con su enorme esfuerzo y resistencia, contra todos los que se le oponían.
Stack overflow: Exploiting 24 preludes, una música de una poderosa com-pulsión rítmica, en la que los teclados MIDI están conectados a fuentes electrónicas que lanzan samples con los referidos preludios chopinianos, de forma que escuchamos los originales comprimidos armónicamente, así como acelerados, lo que eleva la sensación de vértigo que los propios Préludes ya confieren por su virtuosismo. Pero, a pesar de la explotación tan evidente del opus 28 chopiniano, no serán muchos los momentos en los que podamos reconocer las piezas decimonónicas, por cómo Kranebitter las amalgama y enreda con sonoridades instrumentales y electrónicas que parecen al borde del colapso a lo largo de los 13:24 minutos que Stack overflow: Exploiting 24 preludes dura. Ello es parte del sentido conceptual de una pieza que juega con los procesos de saturación y fallo en los sistemas informáticos motivados por un exceso de información: una buena metáfora de eso que hoy en día somos nosotros mismos en esta sociedad hiperconectada.
Muy buena idea. Pero me pasa lo mismo con tu valoración de la obra de Brigitta, creo que piensas que estos "compositores" son demasiado inteligentes... Yo sólo veo inteligencia en ti, no en los compositores que comentas. Me parece que la intención del compositor va más con la excitante adrenalina de un film comercial al estilo Fast & Furious, que una metáfora de la sociedad actual o incluso de un decente homenaje al gran Chopin. Yo no he podido terminar la obra. Es demasiado para mí... Creo que los oyentes modélicos y músicos que con gusto interpretan esta obra, sólo la pueden disfrutar y soportar durante tanto tiempo y con ese nivel de saturación, si van drogados (literal o metafóricamente). No hay otra forma... Leí una vez, aunque ahora no recuerdo donde, que había unos empresarios (o capataces o jeques), que drogaban a sus trabajadores porque las condiciones laborables eran tan infrahumanas, que era la única manera de poder soportarlas... Hablando de saturación, los compositores llamados saturados (Bedrossian, Cendo, Robin, etc), me interesan mucho más y creo que su nivel de saturación es humano y razonable. Ellos toman el modelo Lachenmann con razón. Y Lachenmann siempre fue "existencialista-humanista" (hablando de forma rápida y simplificada). La saturación de los saturados, es digna de un ser humano, no de una máquina. La de las generaciones que no toman al humano y su percepción como su modelo, sino a la máquina del Big Data, se pierden y destruyen en sus paraísos artificiales. Es decir, acaban alineándose con un monstruo... No todos los límites se pueden pasar, y por eso ciertas obras no se pueden soportar...
Cierra este vibrante compacto el decano de esta selección presentada por Wergo, el alemán Leopold Hurt (Ratisbona, 1979), de quien escuchamos Dissociated Press (2017), partitura para narradora, ensemble y banda magnética que se encuentra próxima a la de Brigitta Muntendorf por el uso tan constante de la voz en un primer plano. En el título de su partitura, juega Leopold Hurt con las reminiscencias que éste genera de la Associated Press, lo cual no es, ni mucho menos, casual, pues Hurt se adentra en la tirante construcción de la verdad y la posverdad en estos albores del siglo XXI a través de la manipulación de las noticias. Utilizando algoritmos y recursos textuales de internet, Leopold Hurt construye una narración que por momentos carece de sentido, mientras que, en otros, hace resonar música rap y otras fuentes que, como en las anteriores partituras, nos hablan de un mestizaje muy propio de las urbes contemporáneas, así como de las propuestas de fusión en el ámbito de la música germánica más joven.
Leyendo esto, me he puesto a volver a escuchar la obra porque el planteamiento parece interesante y muy difícil de resolver a través del sonido (no a través del concepto, por ejemplo en la filosofía). Pero en estas composiciones suele pasar, que el resultado siempre decepciona. Para representar una idea potente sobre la verdad en el siglo XXI, utiliza mucha notita (cuando hay muchos otros sonidos), ritmos raperos y música de ascensor... Además el compositor confía muy poco en el sonido, la palabra (el concepto) como una locutora de radio, se lo come todo. Por eso utiliza la música como fondo, al estilo de un supermercado. Estas obras que se muestran sin mostrarse, siempre chirrían. La ambigüedad creo que es fundamental en el arte (especialmente en el más bueno), pero cuando la ambigüedad es demasiado ambigua, uno no sabe si es fallo, acierto o incongruencia. Es muy buena tu tesis porque los medios de (in)comunicación, suelen jugar con esta ambigüedad para informar y desinformar a la vez:
por más que la coherencia interna de los mismos y su sentido direccional (tanto técnico como artístico) se muestre un tanto titubeante: aquilatado y prístino reflejo de buena parte de los medios de (in)comunicación que nos rodean.
Y ya concluyendo, cito:
[...] un conjunto cuyas propuestas artísticas son de lo más rompedor y, como tales, conforman todo un reto para nuestra forma de entender el hecho musical, creando una tensión con nuestros imaginarios previos que recuerda a tantas novedades en el pasado y su choque contra lo establecido.
Yo no veo mucha ruptura (superficial tal vez, pero no profunda). ¿Hay ruptura entre el primer iphone que salió en el mercado y el último actual? Simplemente lo que hay es acumulación superficial y perfeccionamiento de la misma esencia. Yo sí que veo ruptura entre el contexto histórico y musical de un Haydn y un Beethoven (por ejemplo sea en la función, uso y estatus de la música y el compositor). Pero duda que esa ruptura ocurra entre los compositores del CD big data y sus antecedentes y contexto histórico. Simplemente ellos hibridan y se dejan influenciar (del pop a la música de vanguardia) de manera tal vez más radicalmente terrorista que otros, pero realmente su estética, es muy fácil y evidente de comprobar sus orígenes. Es verdad que yo he estado Una temporada en el infierno (Rimbaud), traduzco "Una temporada en Darmstadt", tu creo que por ahora te has librado de eso... Yo ya me he "quemado" tanto de ese tipo de estética, que veo mucha más novedad en la lentitud y microanálisis de las obras de Pierluigi Billone o los usos de la tonalidad en las recientes composiciones de Lachnemann, que en la "nueva tecnología que nos salvará de la muerte eterna y su música". En la misma conferencia de Prins, poco después de citar a Lachenmann, él mismo emocionado alababa un "filósofo" (no recuerdo su nombre) que dice que en 50 años dejaremos de morir, gracias a la tecnología actual... Esta "nueva" fe en la Religión de la Ciencia, es muy ingenua... En caso de que fuera cierto algún día (que lo dudo), con el dinero que valdrá "librarse de la muerte", como es de esperar, seguro que sólo el 0'00001% de la población mundial, podrá pagarse esta "sofisticada operación santificada". Los capitalistas sabrán muy bien cómo hacer de esa tan antigua y vieja aspiración humana (el faustiano anhelo inmortal), un buen negocio sucio, que por ahora no ha hecho más que matar a la gente y robarle. Por tanto, da más muerte, que vida eterna... Le veo más interés (filosófico y artístico), creer en Cristo, que en el "Big Data" y su tecnología. Y sobre esto escribes acertadamente:
Las tomas de sonido están a la altura de las interpretaciones: excelentes, con una muy equilibrada presencia de fuentes acústicas, electrónicas y vocales.
¡De eso no cabe duda, el tema tecno, lo controlan a la perfección!!!!!! El filosófico-conceptual-artístico, me parece que ya no tanto... Y para concluir:
De modo que, una vez más, el Decoder Ensemble nos conduce a los límites entre los estilos y a la más apurada estética del mestizaje en estos tiempos convulsos tan marcados por la necesidad (muchas veces, artificialmente autopropulsada y enloquecida) de lo nuevo.
¡Excelente tesis final! Enhorabuena Paco ¡Tus comentarios, son mucho más loables e inteligentes que a los que se los dedicas! ¡No cabe duda, que bajo tus palabras, son muy afortunados!
¡Seguimos hablando de todo!
¡Fuertes abrazos y viva la dialéctica!!!
Joan
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