Peter Ruzicka: ANTIFONE - STROFE; DIE SONNE SINKT; FÜNF BRUCHSTÜCKE; ANNÄHERUNG UND STILLE; SATYAGRAHA. Annäherung und Entfernung. Dietrich Henschel, barítono. David Levine, piano. Deutsches Symphonie-Orchester Berlin. NDR Elbphilharmonie Orchester. Peter Ruzicka, director. Wulf Weinmann, productor. Klaus Krüger y Johannes Kutzner, ingenieros de sonido. Un CD DDD de 59:23 minutos de duración grabado en la Jesus-Christus-Kirche de Berlin-Dahlem y en el Rolf-Liebermann-Studio de Hamburgo (Alemania), los días 13 a 15 de abril de 1987, 22 de octubre de 1986, 22 de mayo de 1988, 24 y 25 agosto de 2007, y 24 de octubre de 2008. NEOS 12216.

Paco Yáñez
1 febrero 2023
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Comenzamos 2023 visitando el catálogo del sello NEOS, discográfica que lleva años documentando pormenorizadamente la producción del compositor, director y gestor cultural alemán Peter Ruzicka (Düsseldorf, 1948). En 2022, NEOS alcanzó el que es ya cuarto volumen de su serie dedicada a la música orquestal de Ruzicka, por medio de un compacto que recorre casi cuatro décadas de la misma, comenzando por la que fue, precisamente, la primera pieza para orquesta de Peter Ruzicka, ANTIFONE - STROFE (1970), díptico compuesto cuando éste contaba tan sólo 21 años de edad.

Quizás, por ello, nos encontramos con una escritura un tanto bisoña y con una personalidad menos acusada que la mostrada, en este mismo disco, por las piezas de madurez. ANTIFONE - STROFE tiene algo de Big Bang musical, de consciente momento genésico en el que se afirma una voz en un nuevo medio; de ahí, su recurrente explosividad, procesos de consolidación del sonido y crucial importancia de la velocidad a la hora de afirmar y transformar los materiales orquestales con los que el joven Ruzicka jugaba en 1970. Ese movimiento incesante hará chocar entre sí las capas que componen ANTIFONE - STROFE, de forma —como reza su título— antifonal: tensando los extremos del arco orquestal desde unas disonancias que se van (con)centrando hasta que, en su núcleo (alcanzado en la segunda parte), se supera el deje pendereckiano antes tan manifiesto, para hilvanar un brillo melódico de amplias resonancias armónicas en el violonchelo, tras toda una catarsis en la que la percusión había alcanzado su clímax, llegando al punto más violento de este edificio orquestal (proceso que ya anticipaba, en 1970, las rutas estilísticas que habría de recorrer Ruzicka en años sucesivos, otorgando un valor progresivamente mayor a los elementos tradicionales en el lenguaje orquestal).

Todo ello es parte de lo que Ruzicka califica —en sus notas para este compacto— de «estado psicológico límite»: ése que confiere un programa interno a ANTIFONE - STROFE y a sus brutales contrastes; aunque, también, su anhelo de equilibrio, de luminosidad y de fe en las propias posibilidades musicales, con lo que la partitura se puede leer como todo un Bildungsroman orquestal. La lectura que en este compacto nos ofrece la NDR Elbphilharmonie Orchester es tensa y soberbia en lo técnico, mostrando la gran relación que une a la formación hamburguesa y al propio Ruzicka, aquí al frente de una NDR a la que lleva décadas dirigiendo.

También dirige Ruzicka a la Deutsches Symphonie-Orchester Berlin en la grabación de ANNÄHERUNG UND STILLE (1981) que aquí NEOS ha incluido: un registro del año 1987 con una orquesta alemana, la entonces RSO Berlin, con la que Ruzicka estableció la que quizás haya sido la relación fonográfica más fructífera de su carrera. Un buen ejemplo de ello lo habíamos tenido en Etym (1973), la pieza que constituye el antecedente más directo de ANNÄHERUNG UND STILLE, por cuanto ambas fueron escritas para piano y orquesta. En esta última nos encontramos, además, con otra de las características por antonomasia de Peter Ruzicka: la paráfrasis y el diálogo con la historia; en ANNÄHERUNG UND STILLE, con Robert Schumann, a través de partituras del compositor sajón como el Concierto para piano en la menor op. 54 (1841-45) o las Kinderszenen op. 15 (1838).

Así, las piezas de Schumann resuenan en la distancia, una y otra vez, transformadas melódica y armónicamente a través de dinámicas, tempi, ritmo o de las alteraciones y permutación  de sus intervalos, cual sueños o ecos de la propia infancia, enmarañadas en un presente cuya forma orquestal se presenta con un mayor expresionismo, por lo que se acaban conformando dos planos muy acusados (el del ayer y el del hoy) en proceso de diálogo y transformación. Los once años transcurridos desde la composición de ANTIFONE - STROFE hasta la de ANNÄHERUNG UND STILLE dan lugar a un gran crecimiento artístico en el lenguaje ruzickiano, algo que fueron consolidando partituras intermedias tan potentes como la antes citada Etym, así como Torso (1973), Emanazione (1975), Abbrüche (1977-78) o Gestalt (1979), entre otras (buena parte de ellas aún inéditas en esta serie orquestal ruzickiana de NEOS).

El registro que aquí escuchamos tiene como solista a un David Levine muy contemplativo al piano, reforzando ese plano de cierta irrealidad que se asocia a su instrumento en ANNÄHERUNG UND STILLE, como eco de la historia entrevisto a lo lejos. Las cuarenta y dos cuerdas de la RSO Berlin que acompañan al piano se muestran mucho más aceradas y cortantes, a un nivel impresionante, rubricando lo que ya conocíamos, pues estamos ante una grabación publicada originalmente en el año 1990 por Koch Schwann (311 082). Mientras, en el sello Thorofon (CTH 2220) nos encontramos con otra grabación de ANNÄHERUNG UND STILLE, efectuada en 1984 con Justus Frantz al piano y la SWF Sinfonieorchester dirigida por Günter Herbig, una lectura algo más pausada y atenta a los ecos e intersticios tímbricos, a la diferenciación entre piano y orquesta, mientras que la versión dirigida por el propio Ruzicka a la RSO Berlin es más unitaria y firme, así como más fluida, con momentos tan líricos como el comienzo de la primera pieza, frente a otros de fuerte virulencia, como la tercera parte; resultando, en conjunto, más redonda la interpretación que hoy reseñamos, además de que cuenta con una mejor grabación, lo cual no es baladí, teniendo en cuenta los muchos pasajes en los que las cuerdas de la RSO realizan toda una serie de modulaciones dinámicas en red, agazapadas en pianísimos orquestales.

En el compacto de Koch Schwann al que nos acabamos de referir estaban igualmente presentes las dos siguientes partituras que escucharemos en esta nueva edición de NEOS, si seguimos un orden cronológico. Tal es el caso de SATYAGRAHA. Annäherung und Entfernung (1984), obra en la que las cuerdas de la RSO Berlin vuelven a sonar abrumadoras, portando ecos que van de Gustav Mahler y Charles Ives a Aram Jachaturián y Allan Pettersson, por lo que la intensidad expresiva es manifiesta, entre un obscuro lirismo decadentista y una suerte de ecos que no se corresponden estrictamente con citas literales, pero que, por su parecido, nos tienen en continua tensión entre aquello que parece ser reconocido pero que, finalmente, no lo es. Con su título, Peter Ruzicka se remite a la estrategia de la no violencia de Mahatma Gandhi, algo que deviene todo un programa para una música inicial y finalmente contemplativa, mística y serena, únicamente perturbada por unas explosiones orquestales que parecen derivadas de la más temprana ANTIFONE - STROFE, cuyos arrebatos no son capaces de mover esa sólida línea horizontal que establece el unísono de violines y violas en el comienzo de la partitura: una suerte de canto que convierte en música el silencio interior alcanzado en la meditación budista. Ni los metales ni la percusión podrán desestabilizar, con sus sucesivos ataques y disonancias, ese eje armónico tan próximo a la voz humana, de gran calidez y convicción, que se mantiene incólume hasta unos compases finales en los que se sublima de forma más interiorizada y pacífica, pasadas las tempestades y los arrebatos de violencia vividos en el ecuador de una partitura de casi diez minutos de duración. De nuevo, la RSO berlinesa demuestra su grandísimo estado de forma en los años ochenta del pasado siglo, así como su trabajo tan continuado en el repertorio contemporáneo, dejándonos, con Peter Ruzicka otra vez al frente, una versión de tal calidad, que se entiende que haya sido rescatada para esta nueva edición.

Por su parte, y según Habakuk Traber, uno de los más destacados estudiosos de la obra de Peter Ruzicka, en las FÜNF BRUCHSTÜCKE (1984-87) el compositor alemán buscaría (re)dirigir el estilo fragmentario que había caracterizado a sus primeras partituras, conduciéndolo hacia un trazo más amplio y unitario. De nuevo, compositores como Gustav Mahler o Allan Pettersson se asoman bajo la partitura de estas FÜNF BRUCHSTÜCKE para enraizar históricamente sus cinco piezas, ya por la prolija heterogeneidad de sus materiales, ya por lo que Traber califica como una expansión continua del canto como proceso de desarrollo melódico aglutinante. Ello se produce, especialmente, en las piezas primera y quinta: páginas a las que sumaría otra influencia que creo no menor, como la de Bernd Alois Zimmermann, además de un furioso neoexpresionismo que, a través del propio Zimmermann, conecta a Peter Ruzicka con Alban Berg. Mientras, en las piezas centrales es imposible no pensar en Anton Webern; destacadamente, en unas Sechs Stücke für Orchester op. 6 (1909, rev. 1928) cuya marcha fúnebre se asoma casi cual cita en diversos momentos: llegando, más que a una impronta, a lo que parece literalidad. Por tanto, las resonancias de la prolija sección de percusión cobran un papel importantísimo, desdoblándose como hibridación de un paisaje suspendido y de una direccionalidad arrolladora que apuntalan con ímpetu los metales. Cinco piezas, de este modo, no sólo heterogéneas, sino en las que se percibe un arduo proceso de búsqueda que diría aquí aún no resuelto, pues a estas FÜNF BRUCHSTÜCKE les falta, como conjunto, la entereza y la solidez en cuanto a lenguaje y personalidad que Ruzicka acabaría de alquitarar en los años noventa del pasado siglo; de un modo muy especial, por medio de la ópera y su encuentro con la voz.

Si repasamos el ya muy generoso catálogo discográfico de Peter Ruzicka, comprobaremos cómo las orquestas de las radios alemanas son una presencia constante en sus monográficos, circunstancia que nos habla de la ejemplar labor de dichas formaciones en pos de la nueva música (algo de lo que deberían tomar nota nuestras instituciones musicales públicas, tanto orquestales como de radiodifusión: tan dadas al populismo y, en los últimos años, directamente a los contenidos más triviales y fuera de lugar en este tipo de emisoras). Entre las muchas orquestas radiofónicas alemanas que han encargado, estrenado y/o sido dirigidas por el propio Ruzicka, dos de ellas han llevado al disco compacto las FÜNF BRUCHSTÜCKE: tanto la RSO Berlin, a la que aquí escuchamos en una grabación de los años ochenta, como la Symphonieorchester des Bayerischen Rundfunks, que en el festival musica viva realizó la que tengo como versión de referencia de estas piezas, el 5 de octubre de 2018, también con Peter Ruzicka al frente, en un registro publicado igualmente por el sello NEOS (11933). Es, la bávara, una versión más redonda y musical, donde la berlinesa presenta algo más de aristas y violencia, por lo que, en conjunto, ambas lecturas son complementarias y realmente sobresalientes, pero quizás haya un punto más de plenitud en la postrera lectura del año 2018, con una sección de percusión de bellísimos timbres.

Por último (si seguimos el orden cronológico antes mencionado, pues en este compacto ocupa el segundo lugar), con DIE SONNE SINKT (1997-2007) alcanzamos al Peter Ruzicka de plena madurez y, por tanto, a ese compositor que podríamos (con tantos matices) adscribir el llamado Neorromanticismo. DIE SONNE SINKT es un ciclo vocal inicialmente concebido, en 1992, como una partitura para soprano (o barítono) y piano, si bien cinco años después fue ampliado para orquesta y, a lo largo de una década, añadiéndose canciones, de forma que, de las cuatro iniciales para voz y piano, se llega a las ocho que finalmente Ruzicka firmó como (lo que parece) versión definitiva del año 2007.

Estamos ante un ciclo basado en fragmentos poéticos del último Nietzsche y, por tanto, ante textos que van de lo sombrío y pesimista a asomos de luminosidad como el que escuchamos, musicalizado por Peter Ruzicka, en el comienzo de una séptima canción, Tag meines Lebens, en la que resuenan ecos de la última de las Vier letzte Lieder (1948) de Richard Strauss, por su radiante comienzo. Ahora bien, las improntas estilísticas no van, precisamente, por los derroteros de un Strauss igualmente tan fascinando y afín a Friedrich Nietzsche como el propio Ruzicka, sino que diría que se dirigen y nos remiten, como en el caso de las FÜNF BRUCHSTÜCKE, a Alban Berg, aunque cierto es que esto dependerá de cómo se perfile cada interpretación de DIE SONNE SINKT, apuntando la lectura que ahora nos presenta el sello NEOS (con toma hamburguesa efectuada en agosto de 2007) hacia ese mundo bergiano, por su mayor lirismo, que lo que el propio Ruzicka había hecho en noviembre de 1998; entonces, con Andreas Schmidt como barítono, acompañado por la RSO Frankfurt (Thorofon CTH 2402): una interpretación más sombría y schonberguiana. En global, me ha gustado más ésta de NEOS con la NDR Elbphilharmonie Orchester; en buena medida, por un Dietrich Henschel más redondo en el canto, con no pocos ecos de otro Dietrich, Fischer-Dieskau, en el timbre de su voz y en su liederística entonación.

Concluye así, con este proceso de distanciamiento del yo a través de las fuentes literarias (procedimiento que Ruzicka habría de enfatizar en años subsiguientes, por medio, fundamentalmente, de la poesía de Paul Celan), un compacto con unos altísimos niveles interpretativos, así como con los tan dispares paisajes orquestales que hemos visto, que nos dejan con ganas de conocer nuevas entregas de este ciclo orquestal ruzickiano, pues NEOS tiene aún pendientes un buen número de páginas escritas por Ruzicka para esta formación en los años setenta, ochenta y noventa del pasado siglo, además de las ya compuestas en el XXI.

Como ya es habitual en esta serie del sello NEOS —así como en sus compactos dedicados a las obras para cuarteto de cuerda (Minguet Quartett) y piano (Sophie-Mayuko Vetter) de Peter Ruzicka—, las tomas de sonido, procedentes de radios alemanas, son excelentes. El completísimo libreto (de treinta y nueve páginas, en alemán, inglés y francés) incluye, además de los datos completos de los registros y de fotografías de compositor e intérpretes, unos muy reveladores ejemplos de partituras, los textos nietzscheanos de DIE SONNE SINKT, así como ensayos a cargo del propio Ruzicka (más escuetos) y de Peter Becker (más extensos y sustanciosos), que nos servirán para conocer un poco mejor estos paisajes en los que la gran tradición alemana de finales del siglo XIX y comienzos del XX se adentra ya en el tercer milenio.

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