La experiencia de una ciudad incluye elementos que implican a todos los sentidos. La vida en movimiento produce sonido, y por ello, el oído puede brindar mucha información sobre el espacio. La arquitecta Valeria Escobar propone focalizar la atención en la escucha para descubrir una parte importante de la vida en Caracas.
Como cualquier mapa, los mapas sonoros aportan información relativa a una ciencia determinada —la acústica, en este caso- sobre la representación de un territorio. Permiten conocer sus características con distintos propósitos, que pasan por la medición de la contaminación acústica, la recopilación de materiales de paisajes sonoros, o proyectos con fines más personales. La arquitecta Valeria Escobar lo tiene claro: creó el Caracas SoundScape para paliar la nostalgia.
En la propia página web, se define el proyecto como “una representación audiovisual del paisaje sonoro de la ciudad de Caracas”, de donde procede su creadora. Según cuenta en una entrevista para Cinco8, Escobar tuvo la idea de crear este mapa interactivo al identificar, tras su marcha de la capital venezolana, la añoranza que sentía por el canto de los pájaros. Sin embargo, la ciudad no es solo un ecosistema compartido por los humanos y las especies, sino que incluye otros sonidos que también se ven reflejados en el mapa, como aquellos producidos por los medios de transporte. La finalidad del mapa es, en ese sentido, llevar la atención a lo que se percibe a través del oído en relación con la experiencia en la ciudad, y generar el interrogante de qué significa todo ello para quien escucha.
Caracas SoundScape se trata de un recurso gratuito y de uso sencillo. Al entrar en la página, aparece el mapa de la ciudad con un menú de los sonidos recogidos, clasificados por colores. Cada color sirve para delimitar las zonas del mapa en las que este sonido se encuentra presente, pudiendo visualizarlos uno a uno o de manera simultánea. En total, el mapa cuenta con diecisiete sonidos y, como hemos mencionado anteriormente, entre ellos se encuentran especies, medios de transporte, música, actividad de las personas… todos sonidos que, en comunión, forman una parte esencial de la vida en Caracas. No solo se permite ampliar el mapa, sino también avanzar a lo largo del día, bien mediante un deslizador manual o bien automáticamente, lo que posibilita la observación de las diferencias sonoras por zonas y franjas horarias.
El mapa sonoro fue colaborativo desde sus inicios y aún permite y anima a la participación de otros habitantes de la ciudad a través de un cuestionario enlazado en la página. El cuestionario ofrece la posibilidad de especificar cuáles de los sonidos propuestos se escuchan en una zona determinada, señalando la hora y la intensidad con la que se producen. Además, permite proponer otros sonidos característicos de la zona. Valeria Escobar explicaba en la entrevista para Cinco8 que estaba abierta a la recepción de audios que alimentasen el proyecto, pero que lo primordial era completar los datos de los sonidos ya propuestos, cuya recepción —software utilizado, pasos a seguir y otros datos técnicos- describe en otra entrevista realizada por la Fundación Espacio y disponible en formato vídeo.
A largo plazo, este proyecto podría ser una herramienta muy útil para estudiar las características de la ciudad desde un punto de vista sociológico, así como para observar la transformación de las áreas verdes de Caracas, que han estado sufriendo una gran tala de árboles en los últimos años, provocando cambios en el comportamiento de la fauna. Sin embargo, desde un punto de vista más subjetivo, el mapa constituye una maraña de colores del sonido, presente para quienes lo experimentan de forma cotidiana, y ausente para quienes lo añoran desde la distancia. Esta visión más personal del proyecto enlaza con la idea expresada por la arquitecta de que el espacio es una palabra vacía que se va llenando de vida y la vida, cuando acontece, da lugar al sonido. Trascendiendo la idea de que la arquitectura se centra únicamente en la masa, Valeria Escobar propone prestar atención a los sonidos que produce la vida en movimiento y que son tan característicos de una ciudad como el trazado de sus calles. Quizás en un futuro demos indicaciones diciendo: “cuando deje de escuchar las guacamayas, gire a la derecha”.
A excepción del contenido de terceros y de que se indique lo contrario, éste artículo se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International Licencia.