Diana Pérez Custodio nos habla en esta ocasión de su obra vocal Tiempo, escrita para voz sola sobre tres textos de la poeta cubana Georgina Herrera.
En nuestro último artículo traté sobre mi tercera ópera, Renacimiento, estrenada el 25 de enero de 2007; sin abandonar la temática de mis obras vocales voy ahora a avanzar dando un salto casi exacto de trece años. El 28 de enero de este 2020 tan peculiar, la mezzosoprano Ana Häsler estrenaba en el XV Festival Internacional de Música de Santa Catarina FEMUSC, celebrado en Jaraguá do Sul (Brasil), mi obra Tiempo, un rito in musica reversible para voz sola de mujer.
Ana había contactado conmigo meses atrás para proponerme formar parte de un proyecto en el que varias compositoras escribiríamos canciones para ella, siempre sobre textos que previamente había seleccionado para nosotras de entre algunas de sus poetisas favoritas. Entre los textos que recibí de Ana quedé atrapada por un pequeño libro de poemas de Georgina Herrera[1], escritora cubana con la que hace décadas mantuvo una bonita amistad; de hecho, uno de los poemas (Ana cantando) hablaba sobre la maravillosa voz de una jovencísima Ana Häsler.
Ana Häsler en el estreno de Tiempo
Elegí tres poemas que, aunque no estaban estructuralmente separados del resto, me parecieron formar un tríptico tremendamente conmovedor: Total recuerdo, Amor, ya en la memoria y Total olvido. La escritora expresaba en el primer poema (el único rimado) su hermosa certeza de que el amor que siente no podrá olvidarlo nunca; en el segundo hablaba del mismo amor pero desde la lejanía del tiempo; transcribo literalmente el tercero:
¿Quién eras tú?
Yo, ¿qué sentía?
¿Cuál fue el suceso
entre nosotros?
¿Cuándo?
Este proceso de destrucción irremediable de la memoria me conectó con algún caso muy cercano y muy real y me desgarró el alma. Así que me propuse hacer una pieza totalmente desnuda de virtuosismo para la voz, sin más acompañamiento que un pequeño cuenco tibetano ocasional, pero cargada de intensidad dramática gracias a una detallada partitura escénica que incluye un mapa de recorrido físico. Esa partitura no pudo ser más que manuscrita, pues hay lugares que los editores digitales no pueden alcanzar.
Pero en el proceso de componer la obra tomé conciencia de algo que a veces se nos olvida, como se olvida el amor en el tercer poema: que el arte tiene la capacidad de crear realidades alternativas, de ofrecernos experiencias que la vida cotidiana no puede. Y así decidí que mi pieza fuera reversible, es decir, que la cantante pudiera elegir entre el “tiempo real” que marca el orden de los poemas originales y un “tiempo mágico” que los leyera justo al revés, comenzando en el dramatismo del total olvido para concluir con la felicidad del total recuerdo.
Mirar las cosas desde el otro lado siempre ayuda a comprender mejor; sólo hay que, como Alicia, atreverse a cruzar el espejo. Ana escogió el tiempo real para su estreno, pero me ha expresado su intención y, sobre todo, su deseo de cantar la obra al revés en cuanto ello sea posible. Aquí está el vídeo de aquel Tiempo del pasado 28 de enero. Gracias a Ana por vivirlo y hacerlo vivir.
Notas
- ^ HERRERA, G. (1996): Gustadas sensaciones, La Habana, Ed. UNIÓN.
A excepción del contenido de terceros y de que se indique lo contrario, éste artículo se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International Licencia.