Siempre es motivo de celebración y curiosidad el estreno de una ópera de creación actual, como lo es en este caso ONIROS. Ein Musiktheater der Träume (un teatro musical de los sueños) el 28 de Noviembre del 2021 en Dresde (Alemania). Nos hubiera gustado escuchar y ver esta obra en vivo en nuestras tierras, pero desgraciadamente estas iniciativas abundan y se fomentan en el extranjero y muy poco en España.
ONIROS es sin duda una creación contemporánea que establece al compositor Arroyo en un nivel muy digno como creador ya consagrado y de gran experiencia, sobre todo en Centroeuropa. Con este trabajo de alrededor de tres años de duración, estrenado y gestado a lo largo de esta pandemia, es de destacar el esfuerzo no sólo del propio compositor, sino especialmente de todos los actores e instituciones alemanas por sacarlo adelante. La escritora y autora del libreto Carmen Guaita nos pone en la pista de qué elementos conforman esta obra escénica:
"Oniros es un personaje que surge de los ecos de la mitología clásica. Es el semidios que porta el espejo donde cada uno de nosotros puede ver reflejados sus sueños. No solo aquellos sueños que habitan en los laberintos de nuestra mente y nos visitan cada noche para contar a su manera lo que hemos vivido, sino los sueños más profundamente humanos: aquellos en que la imaginación y la memoria, despiertas, nos aseguran que es posible vivir una vida más plena, habitar en un mundo mejor. Por eso, en el reflejo del espejo de Oniros, Penélope abraza a Ulises mucho antes de que este regrese a Ítaca. Por eso Diambar, el migrante que va a cruzar el mar, se contempla ya habitando un país sin hambre.
Cuando el espejo se sitúa ante ellos y ante nosotros, nos hace preguntas angustiosas: ¿Es real la dimensión de los sueños? ¿Qué hay de verdad en tu abrazo soñado, Penélope? ¿Y en tu valentía, Diambar? ¿Dónde nos encontramos cuando soñamos? ¿En qué lugar exacto habitan la imaginación y la memoria? Una amenaza se cierne hoy sobre nosotros. La inteligencia artificial puede concedernos todos los deseos de forma inmediata, por tanto ya no necesitamos soñar. Oniros y su espejo, amenazados, nos advierten que una multitud sin sueños quizá no pueda llamarse humana[1]."
A partir de estos impulsos iniciales nos damos cuenta del potencial dramático y reflexivo que esta obra puede aportar al oyente-espectador. A ello hemos de añadir y resaltar la música de Alberto Arroyo, que con su gran complejidad y refinamiento técnicos ha podido crear una obra que se construye en un arco sonoro expandido de más de una hora, sin que su energía decaiga en lo más mínimo al oyente. Su destreza en el control formal queda más que patente por su habilidad de crear un buen ritmo entre secciones y balancear una constante masa sonora, en perfecta armonía con el libreto. De esta forma, el personaje Oniros comienza presentándose en un bello diálogo con el coro:
ONIROS- Los sueños no son la clave
ni la expresión ni la proyección
de la vida de vigilia.
Son capítulos de una aventura que el ser humano,
despierto o dormido,
vive siempre.
Ese es el secreto de mi espejo.
CORO- Ah, tu espejo.
Ese lago infernal que no refleja una imagen exacta
de las personas ni los objetos que se coloquen frente a él
sino que los distorsiona a su antojo[2].
El antropólogo Marc Augé ha jugado igualmente un papel importante y su libro La guerre des rêves[3] ha supuesto tanto para la autora como para el compositor un elemento fundamental en la reflexión en torno al fenómeno de los sueños. Augé concluye precisamente su estudio antropológico asegurando que la vida de los sueños puede tener un impacto enorme en la vida de vigilia, hasta el punto de cuestionar la paternidad de un niño o de arrebatar una vida humana.
Hemos de destacar el tratamiento vocal que hace Arroyo en su partitura, pues resulta para nosotros muy logrado al emplear una técnica vocal contemporánea y remitirnos a su vez a técnicas de la tradición musical tales como ornamentos guturales barrocos del tipo ribattuta di gola (Cacciari), distorsiones, gritos y cantos ahogados, registros extremos, “jadeos” rápidos y sutiles, etc. No podemos olvidarnos que el coro, siempre lontano percibido de una forma bella desde la lejanía, puntúa la partitura ocasionalmente con un carácter solemne al estilo de la tragedia griega. Cierto parecido podemos encontrar en compositores como Luigi Nono, quien también remitieron en otros trabajos suyos, uniendo lo nuevo y lo viejo en una entrañable y noble síntesis. Siguiendo las reflexiones del propio Alberto Arroyo, se observa ese espacio y combinación entre temas "supuestamente opuestos", pero que se abrazan, se mezclan y confunden:
"El espacio entre realidad y ficción, así como ciertos fenómenos de la percepción como el déjà-vu, la memoria y el olvido, las alucinaciones, las ruinas, los espejos, etc. son elementos que siempre me han fascinado y que han sido importantes en otras obras de mi pasado. De esta forma se tematiza y pone en cuestión si ciertas ficciones pueden alterar nuestra vida y hasta qué punto pueden hacerlo. En ONIROS, la virtualidad y la digitalización abren nuevos interrogantes en torno al ser humano como sociedad: Si las nuevas tecnologías pueden concedernos todos nuestros deseos y sueños, ¿en qué tipo de sociedad y humanidad viviremos?"[4]
De igual modo, la experiencia en el espacio es parte esencial de esta obra escénica, pues ONIROS comienza sonando antes de que el público entre en la sala –lo que el compositor llama ‘espacio-sueño’ [Traum-Raum]–. Lo hace a través de puertas semi-abiertas que dejan pasar el sonido de la orquestal de la introducción hacia el exterior. Cuando el público por fin accede al ‘espacio-sueño’, la misma música vuelve a sonar, invitando al oyente a cambiar la percepción de la misma. En esa línea finaliza también el tiempo y el espacio en ONIROS: el contratenor Filoniros abandona el espacio-sueño a la vez que canta y se pregunta dónde habitaremos. Poco a poco su voz se percibe desde la lejanía y expande el espacio de esta obra escénica. Esta apertura de las fronteras del tiempo y del espacio abrazan la idea de un ritual del sueño, de una suerte de iniciación que viaja desde el mundo de vigilia hasta la soñación.
Destacado es también el trabajo visual, que superpone realidades corporales (los cantantes y músicos presentes) y virtuales (voces y cuerpos percibidos desde la lejanía, pregrabadas o filmadas en vivo). Esta superposición y diálogo de diferentes realidades funciona como una suerte de ilusión de tiempos y espacios y pone el foco en los retos a los que el ser humano, de forma corporal y virtual, se enfrenta en la actualidad.
Con esta breve introducción a ONIROS queremos invitar al lector a escuchar y a sumergirse en una gran creación contemporánea que el destacado compositor Alberto Arroyo nos ha legado. Este es su primer trabajo escénico-musical de grandes dimensiones y estamos seguros que le sucederán muchos más. Con ello terminamos y enlazamos el link donde puede escucharse ONIROS de manera completa:
Notas
- ^ Notas al programa de ONIROS. Ein Musiktheater der Träume: https://drive.google.com/file/d/1OuHzgTvq7rFaNuy5sQ0HWkESO-yUG4Am/view
- ^ Texto extraído del libreto ONIROS de Carmen Guaita: https://drive.google.com/file/d/1Ii7m3WMXX1XIvGZ2r2oCGzxKIinTuza1/view
- ^ Marc Augé. La guerra de los sueños. Ejercicios de etno-ficción. Editado en Gedisa, 2010.
- ^ Texto extraído de este link: https://drive.google.com/file/d/1OuHzgTvq7rFaNuy5sQ0HWkESO-yUG4Am/view
A excepción del contenido de terceros y de que se indique lo contrario, éste artículo se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International Licencia.