Escuché la música de Noemi Savková por primera vez en el festival Ostrava Days en el verano de 2019, y ya me intrigó. Acabé incluyendo brevemente mis impresiones de entonces en mi artículo "Ideas sobre el sonido en Hlubina". Esta primavera, finalmente tuvimos la oportunidad de conocernos en persona, cuando participamos, con nuestras composiciones, en el proyecto internacional Connections: JAMU Brno / Real Conservatorio de La Haya. No tardamos en reunirnos para tomar un café y conversar. [Entrevista traducida del checo al castellano por Tom Moore]
Štěpán Filípek: Noemi, déjame empezar preguntándote: ¿siempre has querido hacer música?
Noemi Savková: En realidad sí, ya me interesaba el piano y en cierto modo todos los instrumentos musicales desde que era una niña. También empecé a tomar clases de piano y al año siguiente, más o menos, empecé a llevarle a mi profesora, Karin Bardonová, varias cositas musicales que había anotado..
S.F.: ¿Qué edad tenías?
N.S.: Alrededor de ocho años. Estaba en la ZUŠ [Escuela Elemental de Artes] de Vsetín [en Moravia, cerca de la frontera con Eslovaquia]. Pero sólo tenía una clase de piano a la semana, así que no había mucho tiempo para discutir mis intentos de composición durante las clases. Esto sólo cambió cuando empecé a asistir a clases de composición, donde me enseñaba el entonces director de la escuela de música de Vsetín, Roman Konůpka.
S.F.: Sé que desde pequeña también participaste en diversas actividades educativas organizadas por Ivo Medek...
N.S.: Sí,mi profesor recibió por casualidad una invitación para que sus alumnos asistieran a un taller para compositores muy jóvenes en Hradec nad Moravici [pequeña ciudad de Moravia, cerca de la frontera con Polonia]. Allí conocí la música artística contemporánea por primera vez. Fue una especie de shock, porque hasta entonces mi formación había sido más bien convencional.
S.F.: ¿¡Choque cultural!? (Risas)
N.S.: Si. (Risas)
S.F.: ¿Y luego fuiste al liceo o al conservatorio?
N.S.: Pensé en el conservatorio durante un tiempo, pero como tenía problemas en las manos desde muy joven, estaba claro que nunca podría tocar el piano al más alto nivel. Así que fui al instituto con la idea de ir a la JAMU para estudiar composición; como estudiante de instituto, ya tenía bastante claro que quería dedicarme a la composición en mi vida.
S.F.: Permíteme que te pregunte un poco más ampliamente sobre algo relacionado con tu idea original de componer. Personalmente, como primero estudié violonchelo y también me gano la vida como intérprete, hubo una cierta noción romántica de la música que perduró en mí durante mucho tiempo, que fue en cierto modo la motivación original para dedicarme a la composición. Sin embargo, el estudio de la composición me hizo comprender que esos artistas floridos de la historia de la música que me gustaban y a los que quería parecerme eran sólo una especie de imagen exagerada, y que la realidad creativa era mucho más prosaica. ¿Cómo fueron las cosas para ti?
N.S.: El romanticismo era lo más cercano a mi corazón como pianista, me gustaba Chopin en particular, pero también Beethoven y muchos otros. Probablemente influyó en mi trabajo en aquella época: los sentimientos emocionales, las narrativas, los estados de ánimo... En realidad, se quedó conmigo en algún lugar de mi interior.
S.F.: Voy a hacer un paréntesis aquí, y volveré a mi primera experiencia con su música. ¿Cuál es tu relación con el grupo que rodea a Petr Kotík y el festival Ostrava Days, y cuándo empezaste?
N.S.: El primer impulso vino de mi profesor en la JAMU, Ivo Medek, que me sugirió que me aplicara a Ostrava. Fui allí en 2019 como residente y se tocó mi pieza con dulcémele, que tanto le gustó. Por cierto, originalmente se suponía que había un clavicordio en el conjunto, pero no estaba disponible en Ostrava. Pero cuando vi el dulcimer en la lista de posibles instrumentos, decidí adaptar la pieza para él. Es un instrumento precioso.
S.F.: Esto nos lleva a tus estudios en la JAMU. ¿Fue una opción obvia para ti?
N.S.: Sí y no... Como he dicho, tenía muy claro que quería dedicarme a la composición, pero era una estudiante muy versátil en el liceo. Acabé solicitando la admisión en la JAMU con una sola solicitud. ¡Y funcionó!
S.F.: Este año estás completando un máster en la JAMU. ¿Has estado todo el tiempo en el estudio de Ivo Medek?
N.S.: Si, me ha seguido enseñando desde el curso para niños en Hradec nad Moravici.
S.F.: Pasemos a las cuestiones creativas. En primer lugar, me interesa conocer tus obras instrumentales. ¿Has escrito alguna composición para instrumento solista?
N.S.: Justo en mi primer año en la JAMU escribí una composición para oboe solista, que se llama Čeření. Surgió de la idea de una superficie de agua despejada, a la que intenté poner música. Por desgracia, la pieza aún no se ha interpretado...
S.F.: Es una pena. Quizá en algún momento en el Estudio de Música Contemporánea...
N.S.: Quizá, ahora que tengo una compañera de piso oboísta, me la toque.
S.F.: ¿Y qué hay de las piezas de cámara o de conjunto?
N.S.: Sin duda, mencionaría dos sextetos. El primero es el del cimbalón, que se interpretó en las Jornadas de Ostrava. Lo llamé Domů [Hogar]. La inspiración fue un paseo por Vsetín. En realidad, es un paseo desde mi casa hasta la colina y de vuelta. La parte del cimbalón asume el papel de una especie de columna vertebral de la pieza y debe simbolizar mis pasos. Los demás instrumentos simbolizan las percepciones del entorno, las transformaciones, por ejemplo, de los coches que pasan, o los sonidos del bosque, etc. El otro sexteto se interpretó en el contexto del proyecto RC Haag x JAMU Connections. La composición se llama A la corona y es más experimental. En ella utilizo algunas técnicas y conocimientos que adquirí en mis clases de teoría de la composición, principalmente la microtonalidad y los timbres. La forma del conjunto, sin embargo, se mantiene bastante simple: A-B-A.
S.F.: Hace poco me comentaste que estás trabajando en una ópera. ¿Puedes contar a los lectores algo sobre este proyecto?
N.S.: El título de la ópera es J.A.K. z Labyrintu (J.A.K. del laberinto) y estoy trabajando con El laberinto del mundo y el paraíso del corazón de Comenius. El tema es precioso, pero he tenido que adaptarlo por la amplitud del tema, y además lo he situado en un contexto contemporáneo. Por si a los lectores les interesa, el estreno tendrá lugar en el Teatro Orlí durante el festival Janáček de Brno el 10 de noviembre de 2002.
S.F.: Hemos hablado de algunas de tus composiciones, pero ¿dónde situarías tu trabajo académico? ¿Te sientes una experimentalista?
N.S.: No me siento una experimentalista; más bien, encuentro mi núcleo creativo en inspiraciones extramusicales y, tal vez, todavía en esos ideales románticos de los que hablábamos. No obstante, en el transcurso de mis estudios, asistí a varias clases y conferencias en las que fui conociendo todos los estilos y posibilidades posibles, que por supuesto, intencionadamente o no, influyeron en mi trabajo. La narrativa sigue siendo esencial para mí, pero tiendo a gravitar hacia el timbre y algunas otras técnicas extendidas.
S.F.: Así que estudiar en la JAMU te ha influido mucho. También me gustaría saber si te identificas con la llamada "escuela de composición de Brno" o si percibes rastros de Leoš Janáček o de algunos de sus sucesores en tu música?
N.S.: Es difícil de decir... Leoš Janáček es sin duda uno de mis compositores favoritos, así que desde un punto de vista estético, sí. Debo mencionar que en mi tercer año me familiaricé más con la obra y las técnicas de Miloslav Istvan, sobre quien Michal Indrák dio una conferencia. Es un poco arcaico desde mi punto de vista, pero definitivamente interesante. También me interesó mucho el método de la procesualidad, sobre el que disertó Ivo Medek. Ahora que lo pienso, directa o indirectamente, otras informaciones sobre autores de Brno y su obra me han influido.
S.F.: Ahora un poco desde un ángulo diferente. En los últimos años he tratado mucho los temas de género en la música. ¿Cuál es tu perspectiva sobre este tema y cómo te sientes como mujer joven en el mundo de la música en este momento?
N.S.: Sé que este tema se discute mucho en nuestra sociedad, pero personalmente no siento ninguna tensión. Quizás ya soy de una generación para la que el equilibrio de género es algo bastante natural. De hecho, ahora hay una mayoría de mujeres compositoras en la JAMU. Puedo decir que no he encontrado discriminación en la música, y considero que el trato justo es algo completamente normal. También añadiré que soy una persona religiosa y que percibo el papel de la mujer de forma un poco diferente al del hombre, pero eso no me impide sentirme libre.
S.F.: Es estupendo. ¿Puedes decirme en conclusión cuáles son tus visiones y objetivos artísticos para el futuro?
N.S.: Ahora que estoy escribiendo ópera, me gustan mucho los conjuntos más grandes, así que me gustaría seguir en esa dirección. Pero estaría bien simplemente tener oportunidades para escribir y seguir siendo creativa.
S.F.: Noemi, gracias por una entrevista tan agradable y te deseo mucho éxito artístico y personal.
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