La flautista Carmen Ojeda nos habla de su disco “Todo lo que No”, una propuesta con flauta preparada y live electronics en la que investiga sobre la idea de desecho sonoro, aquello que se descarta de la práctica convencional del instrumento.

Carmen Ojeda
1 noviembre 2019
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Todo lo que No parte de una acción sonora llevada a cabo el 3 de noviembre de 2017 en el Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM), de Las Palmas de Gran Canaria, en el marco del ciclo “CAAMSonora”.

Inicialmente se concibió como una única pieza de unos cuarenta minutos de duración creada en tiempo real y construida a partir de desechos sonoros descartados en la práctica convencional de la flauta. Se emplearon como herramientas una flauta preparada y electrónica en vivo.

Ésta sería a posteriori la base creativa de este disco, que supone la segunda entrega del sello  CAAMSonora, destinado a documentar y divulgar la actividad musical del CAAM.

Aquí igualmente se integra el catálogo de resultados de un largo proceso de investigación sobre el impacto en la sonoridad de la flauta de diferentes técnicas, objetos y efectos electrónicos. El resultado final es un disco diluido en una interacción continua entre sonido e inspiración, permitiendo el desenvolvimiento de la música con tanta libertad como en la actuación original.

Cada pieza se centra en una propuesta técnica diferente, a modo de estudios sobre sonoridades específicas. Unas veces, buscando un sonido aparentemente electrónico generado de forma exclusivamente acústica. Otras, extendiendo la sonoridad del instrumento con sutiles pinceladas electrónicas, para crear un juego ilusorio entre sonidos reales y procesados.

De aire y presión explora las posibilidades acústicas del tubo cerrado y la incidencia sobre él de diferentes velocidades y flujos de aire. Se deshumaniza el sonido, acercándolo al de una máquina.

En Matiz transitorio se juega con la producción de armónicos del piccolo, la flauta y la flauta en sol. Los sonidos se superponen, dotándoles de un espacio imaginario a partir del uso de amplias reverberaciones que crean un mundo de ensueño de inspiración zen.

Malas prácticas se sumerge en la investigación sobre la posibilidad de crear un drone a partir de la respiración circular y otras técnicas extendidas, así como la capacidad de modulación de éste con objetos adheridos a la flauta.

Maleabilidad de un click está compuesta casi totalmente de manera electrónica. El grueso de los sonidos utilizados parte de un key click sujeto a procesos electrónicos, que transforman su sonido hasta hacerlo irreconocible. Igual que la segunda pieza, Matiz transitorio, tiene carácter introspectivo e ilusorio.

El disco finaliza con Ocupación del vacío, de corte más clásico, centrada en el estudio de las sonoridades internas de la flauta y las técnicas del tongue ram, jet whistles, sonidos eólicos y glissandi. Ni en esta pista ni en la primera se emplean procesos electrónicos.

Desde un punto de vista sensorial, en el disco se generan espacios sonoros habitables donde el oyente puede acomodarse -o incomodarse- en la escucha. Además, los diversos ambientes, texturas, sonidos y ruidos del disco están cargados de un contenido visual personalizable que aflora en la imaginación de cada oyente.

Este trabajo discográfico está bajo una licencia Creative Commons y se puede escuchar en Bandcamp.

La materialización de este proyecto ha sido posible gracias a la colaboración de Tony Peña, Fernando Bautista y Yeray Navarro, quienes han brindado su ayuda y apoyo durante el proceso de grabación.

Aquí se puede escuchar el primer corte del CD, la pieza titulada De aire y presión:

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