El pasado mes de junio ha sido un mes triste para la música de nuestro tiempo. Hemos perdido a dos personalidades. Una muy cercana, Virgina Flórez, y otra algo menos pero esencial para la vida musical europea, Claude Samuel.
No es tan fácil encontrar personas realmente comprometidas con la creación musical contemporánea, sobre todo fuera del contexto de la composición y la interpretación. Este pasado mes hemos perdido a dos. Por un lado, lamentamos una pérdida cercana, la de la musicóloga Virginia Flórez, terrible por inesperada y por prematura. Virginia fue una de las profesionales de la gestión y producción musical que más contribuyó a facilitar el funcionamiento de grupos de primera fila en España, como SIGMA Project, Neopercusión o Espai Sonor, y desde 2015 se encargaba de labores de producción en United Instruments of Lucilin, ensemble luxemburgués de primer nivel en Europa, dedicado también a la música de nuestro tiempo. Igualmente hay que recordar su paso por los cursos de música del Aula de Música de la Universidad de Alcalá de Henares, de la que fue directora adjunta de 2003 a 2006. No sólo su compromiso sino también su pasión por la música actual nos deja un hueco difícil de rellenar.
Por otro lado, en el país vecino Francia, ha desaparecido Claude Samuel, crítico musical y verdadera alma de Radio France y creador, entre otras muchas iniciativas, el Festival Présences. Su compromiso con la música de nuestro tiempo abarcó también el terreno educativo, y concursos como el Olivier Messiaen Competition o el Concours de violoncelle Rostropovitch fueron iniciativa suya.
La desaparición de este tipo de personalidades esenciales para vertebrar el tejido que soporta la creación artística, cada una en su ámbito, nos deja siempre un roto irreparable, ya que suele tratarse de personas con una iniciativa y fuerza especiales, cuya función no puede ser reemplazada. No se trata de cambiar un puesto, se trata de que se van personas con ideas propias y formas de hacer que no son reproducibles.
Podemos recordar a Virginia en una entrevista en Música Viva, hace pocos años y al hilo de la producción de la obra escénica Kein Licht de Phillippe Manoury, con participación de United Instruments of Lucilin. Como homenaje, aquí compartimos un fragmento de la obra interpretada por estos músicos en una producción en la que ella participó muy directamente.
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