Entrevistamos después del primer concierto de su nuevo proyecto a los cuatro miembros de RHEA QUARTET, Pablo Fernández, Iris Guzmán, Julia Segovia y Jaime Augusto Serrano, un joven cuarteto de saxofones con ideas muy particulares e interesantes que nos desvelan en esta charla.

Paula Cervel Balboa
1 diciembre 2019
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Paula Cervel: ¿Cómo se forma el Rhea Quartet procediendo los cuatro de lugares tan alejados entre sí?

Pablo: Unos cuantos nos conocíamos de cursos de especialización, pero no fue hasta hace tres años que coincidimos cursando Julia, Jaime y yo el Grado Superior con Iris, que cursaba el Máster de Interpretación Solista. Como queríamos formar un cuarteto de saxofones, los tres del superior decidimos buscar un cuarto, y después de probar con Iris, nos encantó la experiencia. Y desde aquí se empieza a formar el Rhea Quartet.

P.C.: ¿Tuvisteis problemas al principio por disparidades en cuanto al estilo interpretativo, por haber estudiado en distintas escuelas y con distintos profesores?

Iris: Yo creo que sí, ¿no? Nos costó adaptarnos. Pero el hecho de que yo fuera a clase con el mismo profesor que ellos al final pues…

Pablo: Nos hizo crear un poco un lenguaje común.

Iris: Sí. Y ya poco a poco, “nuestro” propio lenguaje. Que yo creo que ya lo hemos formado desde entonces.

P.C.: Entendemos que el nombre del grupo viene de la pieza de Francisco Guerrero, ¿es así? ¿Qué sentido le dais?

Jaime: En parte sí, pero tiene una doble explicación: Justamente cuando llevábamos un mes y medio más o menos como cuarteto, nos salió nuestro primer concierto en un centro cultural de Madrid. Allí nos pidieron un nombre para el programa. Eso coincidió con que el profesor Marcus Weiss, vino a dar una clase al centro y le pedimos opinión directamente sobre qué nombre creía que podíamos tener. Le habíamos dado muchas vueltas. Habíamos tenido como cinco o seis nombres y ninguno nos acababa de convencer.

Pablo: Nos estuvo preguntando un poco sobre nuestra identidad y sobre cómo éramos y nos dijo que había una obra que nos representaba.

Jaime: Y que además es la obra más importante que hay para ensemble de saxofones. Es de Francisco Guerrero, como bien has dicho: Rhea. Y no sé… le cogimos “feeling” al nombre rápidamente. Nos gustó y se quedó. Y creo que hemos conseguido crear una personalidad a través de ese nombre con la que nos sentimos muy identificados.

Pablo: La segunda razón para este nombre surgió de la siguiente manera: A raíz de que nos propusieran el nombre y que nos gustara (porque además era pegadizo y corto, algo que considerábamos importante), buscamos en internet Rhea, para ver lo que salía, teníamos un poco de miedo por lo que pudiéramos encontrar. Vimos dos cosas: Un pájaro, por un lado, y, por otro, lo que es más importante: uno de los anillos de Saturno, con el que nos sentíamos también identificados. Entonces, por los símbolos de unión y demás, creímos que era un buen nombre para el grupo y que nos podía representar. Y así se quedó.

P.C.: ¿Cómo compagináis el ajetreo del cuarteto con el resto de vuestras ocupaciones individuales? Sé que dais clase…

Pablo: Mal.

Iris: A mí no me da la vida.

Julia: Es complicado. Los cuatro trabajamos en diferentes escuelas de música de aquí, de Madrid, salvo Jaime que trabaja en Guadalajara. Es difícil encontrar tiempo para todo. Y además del trabajo, cada quince días vamos al Conservatorio Superior de Música de Zaragoza, porque estamos haciendo un máster de música de cámara con el Cuarteto Quiroga. Pero intentamos ensayar cuatro días por semana más o menos, siempre por la mañana ya que por la tarde trabajamos.

Pablo: Hay otra parte de tiempo que no contamos pero que me parece muy importante. Todo lo relacionado con la gestión tanto personal como profesional del cuarteto. Solemos hacerlo a través de mensajería instantánea y nos ocupamos del correo, el calendario, la página web del cuarteto… Todas estas cosas las hacemos nosotros también fuera del horario de ensayo, así que también requiere su tiempo aparte.

P.C.: ¿De qué va el nuevo ciclo de conciertos que vais a empezar? ¿Qué es lo que queréis conseguir con él? ¿En qué se diferencia de cualquier otro concierto normal, qué enfoque intentáis conseguir?

Jaime: Para empezar, tenemos una parte pedagógica que es algo innovadora (fue propuesta de Pablo). Juntamos la idea clásica de la schubertiada con la pedagogía en un ciclo pedagógico, pero no destinado a niños, que son el destinatario habitual de este tipo de conciertos. Nosotros lo enfocamos a un público general. Esto nos permite hablar un poco más de tecnicismos y de anécdotas que pueden ser un poco fuertes, como la de Gesualdo en este primer concierto, y algo inadecuadas para un público muy joven. En resumen, queremos hacer divulgación musical para un público que ya tenga unos conocimientos previos porque es adulto y entendemos que está más formado. Además queremos hacer notar nuestro instrumento, no solo dentro de la música de nueva creación, si no sacando a la luz todos sus valores para demostrar que el saxofón puede interpretar música de cualquier estilo.

P.C.: ¿Y cómo os las apañáis, siendo el saxofón un instrumento tan joven, para tocar música de la Edad Media, por ejemplo?

Julia: Lo que hemos hecho ha sido elegir una serie de piezas muy representativas de estas épocas, desde el canto gregoriano hasta el renacimiento, para este primer concierto, y las hemos adaptado. Hemos buscado obras de fácil adaptación atendiendo al registro de nuestro instrumento. Para hacer los arreglos usábamos los manuscritos, Sin embargo, como ninguno somos expertos en notación musical antigua, nos hemos tenido que apoyar en grabaciones de YouTube y arreglar alguno de los temas de oído, ya que muchas veces nos resultaba más fácil que el manuscrito. Y en cuanto al tema del reparto de voces, y decisiones como si añadíamos o no pequeña percusión, lo determinábamos en función del registro y experimentando de forma conjunta en el ensayo, probando las distintas sonoridades que podíamos crear. Así terminábamos de configurar la versión final.

P.C.: ¿De dónde procede la motivación o la inspiración para iniciar este tipo de proyectos?

Pablo: Pues principalmente viene por dos vías. En primer lugar, nuestro propio interés. En nuestros conciertos siempre intentamos generar una panorámica de la música que contemple tanto nuestra propia perspectiva como la de la obra original. Tenemos mucha curiosidad al respecto. Esto siempre nos lleva a investigar un poco el trasfondo de la herencia musical de la que hemos bebido. Y ese interés nos ha llevado tan atrás como hemos podido, es decir hasta las primeras notaciones musicales. En segundo lugar, la vía de la pedagogía. Los cuatro compartimos esa necesidad de difusión y divulgación de la música. Creemos que los grupos jóvenes tenemos la responsabilidad de crear el nuevo público que será el que llene las salas en el futuro, cuando el público actual que es predominantemente gente mayor desaparezca, porque todo tiene fecha de caducidad y ese público también. No queremos ver las salas vacías. Hemos decidido tomar el relevo para la creación de ese nuevo público.

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